Al margen |
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Este Blog, no es de carácter científico, pero si busca seriedad en el desarrollo de los temas.
Está totalmente dirigido a los amantes del género. Espero que todos aquellos interesados en el tema del asesinato serial encuentren lo que buscan en este blog, el mismo se ha hecho con fines únicamente de conocimiento y desarrollo del tema, y no existe ninguna otra animosidad al respecto.
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Jorge Omar Charras
ajedrez, informatica, casos reales, policiales etc.
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//19 de Diciembre, 2011 |
Issei Sagawa |
por
jocharras a las 21:02, en
Hombres Asesinos |
Este
japonés había mencionado en algunas entrevistas que era el tipo de hombre que
la mayoría de mujeres no encontraría atractivo. Sabedor de su falta de
atractivo físico y de su extrema timidez, estaba obsesionado con tener a su
lado "la mujer perfecta". El libro "Asesinos Caníbales"
de Moira Martingale, describe a Issei Sagawa
como un estudiante japonés inteligente, obsesionado con las mujeres altas de
rasgos occidentales. Su fantasía se hizo realidad mientras estudiaba Literatura
Inglesa en la Universidad de Wako en
Tokio, allí se relacionó con una
mujer alemana que daba clases de idiomas. "Cuando
me encontré a esta mujer en la calle, me pregunté si podría comerla".
Un día de verano, se coló en su apartamento e intentó matarla. Para su deleite,
ella estaba dormida y tenia ropa pequeña que cubría algo de su cuerpo. Busco
algo para apuñalarla o golpearla y descubrió un paraguas. Sin embargo, antes de
que pudiera hacer algo, la mujer se despertó y lo descubrió, gritó desesperada
provocando la huída del intruso por lo que empezó a investigar y vigilar a sus
potenciales víctimas para planear sus ataques. Su fantasía se vuelve hacer
realidad cuando viaja a París y
encuentra a la mujer que nunca pudo sacar de su mente. Su piel blanca, la forma
carnosa de sus nalgas y sus bonitos senos le habían enamorado. Empezó a
conquistarla. Sagawa
creía que el amor que sentía por las mujeres que le gustaban lo podía demostrar
comiéndoselas.
Mientras
estudiaba en el Censier Institute de
Paris en 1981, Sagawa conoce a una mujer alemana, alta, rubia
y bonita llamada Renee Hartevelt. Declaró luego que cuando se sentó a su lado en
clase, se enamoró inmediatamente y no podía dejar de pensar en la piel blanca
de sus brazos. Era la mujer perfecta para lo que tenía en mente, pero tenía que
ser cuidadoso y preparar mejor su plan. Renee tenía 25 años, hablaba tres idiomas y con un
futuro prominente. Sagawa le pidió que le enseñara alemán, su
padre era multimillonario y podría pagarle cualquier sueldo. Ella aceptó. Le
gustó su inteligencia, su conocimiento de pintura y literatura europea, le
escribió cartas de amor, le invitó a conciertos y exposiciones de arte. Sagawa
era bajito, con rasgos femeninos y además cojeaba.
Cierto día invitó a Renee a cenar en su apartamento, le
pidió que le leyera un poema de un escritor alemán, después de que ella salió, Sagawa
olió y lamió el lugar donde ella se había sentado y juró que se la comería,
esto le permitiría poseerla para siempre. A los pocos días la volvió a invitar
a cenar, grabó la lectura de su poema preferido con la voz de Renee,
el 11 de julio de 1981 se preparó para hacer realidad su última fantasía. Al
llegar a París, había comprado un
rifle calibre 22 para su protección, hizo sentar en el suelo a Renee al
estilo japonés para beber el té, en la bebida mezcló un poco de whisky,
hablaron durante varias horas esperando que el licor en el té hiciera su
efecto. Sagawa
declaró su amor a la bella alemana y trató de llevarla a la cama. Lo rechazó y
le explicó que solo quería ser su amiga.
Sagawa se levantó desconcertado y mientras Renee se
sentaba en una silla, trajó un libro de poemas para que lo leyera y el caníbal
japonés empezó a ejecutar su macabro plan, grabó las últimas palabras y le
disparó con su rifle en el cuello, cayó de la silla y le continuó hablando.
Desvistió el cadáver y se contentó porque ahora ya no se negaría a su amor. Con
un cuchillo le cortó el pezón izquierdo y un pedazo de nariz para comerlos.
"Corté su cadera",
escribió luego en su cuento titulado, "En la Niebla" y se
preguntó donde debería morder primero, seleccionó las nalgas pero las encontró
difícil de morder. Describió paso a paso su ritual, la apariencia de grasas,
músculos y su sabor. Cuando la grasa salía por los cortes hechos con el
cuchillo, la describió de consistencia y apariencia del maíz amarillo, la olió
y encontró que no tenía ningún olor. Siguió cortando para encontrar la carne
mas profunda, puso dos filetes en su boca "su
sabor es de un rico pescado crudo similar al sushi, no he comido nada más
delicioso", se encontraba feliz de haber cumplido su
fantasía.
Usando un
cuchillo eléctrico empezó a cortar a Renee en partes, hizo varios filetes para
mordisquearlos crudos, el resto lo guardó en su refrigerador. Preparó una
comida rápida de carne humana frita con mostaza, tomó fotografías del cadáver
mutilado y tuvo relaciones sexuales con lo que quedaba de él. "cuando yo la abrazo", grabo en una
cinta de audio, "ella suspira y
le digo que la amo". Cuando cocinaba y comía de sus restos,
escuchaba la grabación que Renee había hecho de la lectura del poema, su ropa
interior la usaba como servilleta para limpiar su boca. Al cocinar un seno le
dio asco por su apariencia grasosa y encontró que los muslos eran más deliciosos.
Exhausto finalmente, tomó lo que quedaba del cadáver, lo llevó a su cama y
durmió con él.
A la
mañana siguiente descubrió que el cuerpo no olía mal y continuó comiendo, en
particular el brazo que le gustó mas del cuerpo, recortó el ano y lo puso en su
boca, pero su olor muy fuerte le hizo escupir, intentó comerlo friéndolo, pero
eso no disminuyó su olor, se dio por vencido y lo devolvió al cadáver. Después
de un cierto tiempo, varias moscas grandes pulularon alrededor del cadáver, Sagawa
tomó esto como señal que había perdido a Renee. La "luna de miel" había
terminado. Con un hacha la cortó en pedazos más pequeños para meterla en una
maleta. Mientras la desmembraba se excitaba y con la mano del cadáver procedió
a masturbarse. Cortó su nariz, sus labios y su lengua a mordiscos y las guardó
para sus fantasías sexuales posteriores. Escribió: "Yo
quiero su lengua, no puedo abrir su mandíbula, pero puedo alcanzarla entre sus
dientes”. El paso final de Sagawa fue explorar los órganos interiores los
cuales quemaron sus manos con los ácidos digestivos, con una hacha cortó la
cabeza y escribió: "Ahora comprendo
que soy un verdadero caníbal".
A la media noche del segundo día guardó todos los pedazos bajo llave
en su maleta, llamó un taxi y pidió que lo llevase a Bois de Boulogne,
llevó la maleta al parque y trató de tirarla al lago pero le era muy
pesada. Cuando descubrió que varias personas lo miraron se asustó, las
tiró rápidamente y huyó. Una pareja que paseaba por el lugar vio una
mano de mujer llena de sangre y llamaron a la policía.
Cuando la policía llegó a su apartamento dos días después del
asesinato con una orden de captura, abrieron el refrigerador y
encontraron pedazos de un cuerpo de una mujer, incluso los labios.
Sagawa confesó lo que había hecho y añadió
que tenía una historia médica con una enfermedad mental. De hecho, sus
descripciones fueron detalladas y el juez decidió que él no era competente para
juzgarlo: estaba realmente loco. Sagawa fue condenado a un periodo indefinido
de prisión en el asilo Paul Guiraud,
los tres psiquiatras que lo evaluaron dijeron que nunca se curaría. Su
multimillonario padre, Akira Sagawa, presidente de Kurita Water Industries en Tokio, hizo un trato para que en 1984
su hijo fuera transferido al hospital psiquiátrico Matsuzawa en Japón. El
fiscal creyó que allí estaría preso de por vida, pero solo permaneció preso 15
meses y quedó en libertad en agosto de 1985, de nuevo, gracias a su padre. |
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