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Hombres y Mujeres Asesinos
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//20 de Noviembre, 2010

Josef Mengele el " El Ángel de la Muerte "

por jocharras a las 10:42, en Hombres Asesinos

Josef Mengele el " El Ángel de la Muerte "

    Nació en una respetada familia católica bávara. Amaba el arte y la música, e hizo el juramento hipocrático de sanar a los enfermos y de no entrar a una casa sino para sanar a sus pacientes. Eso fue lo que juró. Lo que hizo: torturar, deshumanizar y masacrar. El Doctor Mengele envió a cientos de miles de inocentes a la muerte en los campos de concentración nazi, donde era conocido como "El Ángel de la Muerte". ¿Qué sistema social, jurídico y político pudo crear a un hombre como Josef Mengele? Un médico responsable de seleccionar a miles de judíos para primero experimentar y luego exterminarlos en los campos de concentración de Auschwitz . Un hombre que realizaba los más dolorosos experimentos sobre gemelos, con la esperanza de descubrir el secreto de los nacimientos múltiples, para así crear genéticamente la Súper Raza Aria que dominaría al mundo durante los mil años que, según Hitler, duraría el Reich.

    Para tratar de comprender la personalidad de Mengele y develar sus malignos impulsos, debemos ver cómo era el mundo el 11 de marzo de 1911, día en que nacía el Ángel de la Muerte Josef Mengele, el médico macabro de Auschwitz .

    La Alemania que vio nacer a Josef se encontraba al filo de la Gran Guerra de 1914. Mientras su padre Karl prestaba servicio militar en el frente, su madre Volgoria controlaba el negocio familiar de venta de implementos agrícolas, y criaba a sus tres hijos: Josef, Karl y Hallois.

    La guerra terminó en 1918 con la derrota de Alemania y el humillante Tratado de Versalles, que redujo el territorio y el poderío militar germano. Pero la ética germana para el trabajo no se extinguió, y en pocos meses Alemania era una nueva nación. Karl Mengele regresó a reconstruir su empresa en Gÿinzburg, e hizo de ella la más grande en la región, y a su familia una de las más respetadas en Bavaria. Aún hoy se los respeta, a pesar del infame criminal de Auschwitz .

    Karl Mengele pasaba poco tiempo en la gerencia de su planta, sus horas transcurrían en el laboratorio, inventando máquinas que permitieran automatizar todas las labores agrícolas. En cierta forma compartía con su primogénito el gusto por la investigación, quien la pondría en práctica años más tarde en los campos de Auschwitz , inclinado sobre los microscopios, silbando una tonada familiar, y perdido en la macabra pasión de su proyecto de investigación.

Un buen estudiante.

    En la década del ‘20, Alemania era el centro cultural y artístico del mundo. La medicina y la música florecían y Berlín era considerada una de las ciudades más refinadas, sobrepasando incluso a París. Nuevos conceptos sobre la evolución de la raza humana se discutían. Las teorías de Darwin eran contrastadas con los nuevos descubrimientos y una nueva ciencia causaba revuelo: era la EUGENIA o EUGENESIA: el estudio de los cruces genéticos.

    Ese ambiente sería de extrema importancia en la vida posterior de Mengele. Desde joven supo que el negocio familiar no era para él. "El padre de Mengele era de duro carácter. Cuando llegaba a la fábrica lo hacía gritando. Era una persona muy dura. Y su madre estaba hecha con el mismo molde. Era una devota católica, piadosa, aunque muy recta de carácter y de dura disciplina. Mengele siempre tuvo el impulso por hacer algo muy especial, para probarse y superarse a sí mismo. No tenía amor ni calor hogareño. Un ex compañero de escuela recordaba que desde aquellos tiempos, Mengele decía que debía hacer algo especial, que definitivamente pruebe su capacidad académica" (Gerald Astor, actor y autor del libro "El último nazi").

    La familia Mengele tenía cuantiosos recursos, y su fábrica empleaba a 1.200 personas. Josef Mengele asistió a una escuela pública, y posteriormente al Gymnasyum, destinado a quienes tenían aspiraciones académicas. "Era un estudiante brillante y extraordinariamente ambicioso. Siempre intentaba hacer algo fuera de lo común, para ser un gran científico" (Julius Disbach, ex compañero de clases de Mengele). Otro amigo de esa época lo describió como agresivo y muy patriótico.

    En 1930, Mengele ingresó a la Universidad de Münich, ciudad que se convertiría en un centro de la agitación política. Allí, fue impactado por un discurso de Hitler sobre la superioridad de la raza germana. En esos tiempos muchos estudiantes se unieron al movimiento nazi. La "herencia" y la "eugenia" eran términos aplicados normalmente por la comunidad científica, que en su mayoría apoyaba a Hitler y a su concepto místico del pueblo alemán, pueblo que no podía florecer si parásitos como los judíos, gitanos y otros, los contaminaban. El antisemitismo ganaba impulso y la comunidad científica parecía estar de acuerdo. Pureza hereditaria, eutanasia, esterilización de los indeseables y superioridad racial mediante la eugenesia, ocupaban a la comunidad científica. La eugenesia se convirtió en una palabra sagrada. Este término fue creado por el primo de Charles Darwin, Francis Caultin en 1833, y literalmente significa "buenos genes". El propósito de Caultin, basado en sus estudios sobre mejoramiento de animales, era aplicar estos conocimientos para mejorar la raza humana, para una mejor sociedad, con gente más exitosa: gente superior. Aunque no hubiera sido su intención, Caultin sembró una de las semillas fundamentales del Holocausto, con un siglo de anticipación.

    Nadie abrazó esta idea con mayor pasión que Mengele. En 1934 se unió al Partido Nazi, pero siguió con sus estudios y recibió el Doctorado en Filosofía, para luego aprobar los exámenes de ingreso a Medicina. Se trasladó a la Universidad de Frankfurt y comenzó a investigar en el Instituto de Herencia Biológica e Higiene Racial bajo la tutela del doctor Ottmar von Verschuer, ardiente nazi y especialista en la ciencia eugenésica, mediante la cual se crearía la raza superior. Durante esta época, Mengele publicó un buen artículo sobre la genética y los niños, y al igual que su mentor, se concentraba en el estudio de los gemelos. En el sudeste de Polonia, las puertas de los campos de concentración de Auschwitz  llamaban a Mengele. Allí, el científico encontraría gemelos en abundancia, quienes no tendrían otra opción más que participar en sus mortales experimentos genéticos. Pero Auschwitz  es el final de un largo camino, y varios años habrán de transcurrir hasta que Mengele se convierta en el Ángel de la Muerte para más de 4.000 hombres, mujeres y niños indefensos.

El sagrado juramento

    La transición de la magia a la Ciencia de la Medicina fue un proceso gradual que duró siglos. La medicina era el arte de la curación en la antigua Grecia, y era celebrada por los griegos con el juramento de Hipócrates, Padre de la Medicina. Este juramento ha llegado a nuestros días, y es pronunciado por todo nuevo médico: "El régimen que adopto será para el bien de mis pacientes, y no para su perjuicio. No administraré drogas a ningún paciente ni entraré a casa alguna, sino para beneficio de los enfermos". Es difícil imaginar que Mengele alguna vez haya pronunciado estas palabras. Pero sí hizo el juramento, que era reverenciado por los médicos alemanes, a pesar de contradecirse con su antisemitismo. Una extraña dualidad existía en la Alemania Nazi.

Héroe nacional

    Josef Mengele se hizo miembro del cuerpo de elite Waffen SS, una organización que exigía pureza racial en sus miembros, cónyuges y familiares, preferiblemente hasta la 4° generación. Mengele se había enamorado de Irenna Schumbaimm, de quien más tarde afirmaría: "Era hermosa y bien educada... fue el amor de mi vida". Cuando él decidió casarse con Irenna, hubo un interrogante acerca de sus antepasados, porque uno de ellos fue hijo extramatrimonial y había dudas acerca de sus ancestros. Mengele debió redactar documentos afirmando que no existían rastros de impurezas raciales ni sangre judía, algo que sería un pecado imperdonable para un oficial nazi de su jerarquía, proveniente de una familia aria pura, y además católica. Por otra parte Irenna provenía de una familia luterana. Todo esto hacía su situación extremadamente incómoda. ¿Quién hubiera pensado que el novio, cuyo atractivo aspecto ario sólo era afectado por la separación de sus dientes incisivos, se convertiría en el nazi más buscado y esquivo de la historia, con una recompensa total de US$ 3,4 millones por su cabeza, por crímenes contra la humanidad?

Mengele terminó el servicio militar obligatorio con su grupo de elite SS en los Alpes Tiroleses. Volvió a sus estudios en Frankfurt, donde vivía junto a Irenna en una hermosa casa cerca del río Main. En septiembre de 1939 comenzaba la Blitzkrieg y Polonia caía en manos de Alemania en menos de un mes. Mientras la guerra se desarrollaba a favor de los nazis, Mengele permaneció con Irenna concentrado en su investigación biológica. Pero cuando la guerra se extendió a dos frentes, con el ataque sobre Rusia, Mengele y su unidad fueron movilizados al frente oriental; poco después fue herido en combate, por lo que le otorgaron condecoraciones y se convirtió en un héroe nazi. ¡Un doctor condecorado por valor en combate, con todo lo que ello significa! Mengele recibió, además de las condecoraciones normales por servicio en el frente ruso, la Cruz de Hierro en Primer Grado, y luego la Cruz de Hierro en Segundo Grado: un honor al que muy pocos accedían.

Auschwitz

    Cuando las heridas de Mengele sanaron fue declarado no apto para combate. Por ello, se ofreció voluntariamente como médico de campamento: es decir como médico en los campos de concentración. ¿Por qué querría alguien con tan elevadas calificaciones y antecedentes, ir a un sitio como Auschwitz ? "Porque él buscaba "zwillingen" (gemelos) para sus experimentos y tendría a numerosos de ellos y hasta se podía dar el lujo de matarlos. Allí, desde el principio, dispuso de 226 gemelos, con edades entre 2 y 18 años. Y podía hacer lo que quisiera con ellos." (Michael Barembaum, médico, director del US Memorial Museum).

    Una de las asignaciones de los médicos de campamento era recibir los trenes cargados con judíos. Estos doctores tenían un poder terrorífico: podían decidir instantáneamente si un prisionero iba a la muerte en la cámara de gas, si se lo destinaba a experimentos, o si iba a trabajos forzados. La mayoría de los alemanes llamaba a Auschwitz  "Anus Mundi" o "ano del mundo", pero para el Ángel de la Muerte era su paraíso de investigación. En muy poco tiempo, se haría famoso por descubrir los secretos de la vida. Y los trenes seguían llegando. Mengele era uno de los pocos médicos de campamento que podía llevar a cabo la tarea de selección a sangre fría, siempre en busca de gemelos.

    Eva Mozes Kor, sobreviviente de Auschwitz  relata "Cuando el tren se detuvo, escuchamos a muchos nazis dando órdenes afuera. Envolviendo al campo había enormes muros con alambres de púas. Todo allí era de un color tétrico. Uno debía obedecer inmediatamente las órdenes o moría. Debía ser instantáneo, como un flash. Ello decidiría entre la vida en el campo o la muerte en las cámaras de gas. Mi madre nos sostenía a mí y a Miriam, mi hermana gemela de las manos. Nosotras nos quedamos congeladas en ese lugar. Mi madre no nos soltó. Mi padre y mis otros hermanos desaparecieron en la multitud, y jamás los volvimos a ver... De pronto, apareció Mengele gritando en alemán "¡zwillingen, zwillingen!", es decir "¡gemelos, gemelos!". Se detuvo frente a nosotras y mirándonos a mi hermana y a mí, preguntó si éramos gemelas. Mi madre no sabía qué decir; sólo atinó a preguntar: "¿es eso bueno?" Allí, un oficial SS ordenó: "¡responda por sí o no!". Y mi pobre madre dijo "sí, son gemelas". Mi madre fue enviada en una dirección, y nosotras en la dirección opuesta. Cuando me di vuelta, la vi por última vez, extendiendo sus brazos hacia nosotras..."

    Eva Mozes Kor jamás volvería a ver a su madre, y la colección de conejillos de india de Mengele seguía creciendo. Regularmente enviaba los resultados de sus trabajos al Instituto Kaiser Willheim de Berlín, a su maestro von Verschuer. Mengele luchaba contra el reloj para descubrir los secretos que permitieran crear una raza aria pura, mientras la marea de la guerra se volvía adversa a Alemania.

Ciencia al servicio del odio

    El interés de Mengele en el genotipo humano rubio de ojos azules es curioso, pues ni él ni sus superiores respondían a esa descripción. Mengele estaba fascinado por los ojos azules, y se decía que tenía una colección de ellos en las paredes de su oficina, similar a una colección de mariposas. Constantemente trataba de cambiar el color de los ojos de los niños.

    ¿Por qué podría alguien querer cambiar el color de los ojos? ¿Qué hacía tan especial a los ojos azules? Mengele intentaba responder mediante sus experimentos eugenésicos, ¿Por qué la "raza superior aria" presentaba más cantidad de personas con ojos azules, que con ojos de otros colores característicos de las razas inferiores? Para resolver el intrincado rompecabezas genético Mengele tendría un poder de decisión absoluto: podía hacer lo que quisiera.

Personificación del Demonio Nazi

    Las investigaciones de Mengele tenían un fin claramente demarcado: lograr la absoluta perfección de la raza aria y asegurar su reproducción. Es por ello que intentaba descifrar los secretos de los nacimientos múltiples. Cuando se sabía que tocaba el turno de las rondas de Mengele, la tensión invadía por igual a prisioneros, guardias y doctores de la SS. Todo el mundo se aterrorizaba cuando comenzaba a revisar a los recién llegados, en su frenética búsqueda de gemelos. Cuando él llegaba con su terrible voz, los guardias nazis se aterrorizaban, y eso aterrorizaba aún más a los judíos. Mengele siempre se presentaba con su uniforme impecable y sus botas de cuero perfectamente lustradas, muy elegante, como un caballero refinado y aristocrático, caminando como si fuera dueño del universo, absolutamente seguro de sí mismo, mirando a los ojos a cada uno de los recién llegados. "Lo veíamos vestido inmaculadamente, con un par de guantes de cuero en una de sus manos, y con un pequeño látigo para cabalgar en la otra. La relación entre "sujetos" y "amo" es muy difícil de explicar, y aún luego de haberla vivido, no puedo explicarla" (Eva Mozes Kor).

    Mengele sabía el efecto que causaba en las mujeres, y calculaba perfectamente sus ademanes para lograr el resultado deseado. GiSSela Weird, una doctora judía prisionera, recuerda: "Mengele se deleitaba presentándose ante nosotras, exquisitamente perfumado... tan elegante y atractivo... Vestía hermosas camisas de color azul. Muchas mujeres decían: “me encantaría pasar la noche con él”. Era su forma de hacernos enloquecer: se debe estar loco para respirar el humo de los crematorios, y seguir viendo en él a un hombre tan atractivo como para pasar la noche".

    En otras ocasiones, su lado oscuro surgía descontrolado. Un sobreviviente lo recuerda ejecutando a un joven de 17 años, por robar carbón. Mengele le disparó en ambas rodillas, luego lo tomó del cabello y le disparó en la cabeza. "Robar está prohibido, y ustedes deben respetar las reglas de este lugar" dijo, para luego salir caminando como si nada hubiera ocurrido.

    A excepción de ocasionales visitas, Irenna Mengele no convivía con su esposo. Auschwitz  era muy poco cosmopolita para ella, por lo que es dudoso que conociera cabalmente lo que ocurría, como así también que Mengele le hubiera sido fiel durante su estadía en el campo. "Mengele gustaba seleccionar las más bellas mujeres judías para pasar sus horas libres. Las hacía pasar una bella noche, tocando el piano. Pero en todos los casos, por la mañana, las mataba" (Siegfried Halbreich, sobreviviente). Mengele era un excelente pianista. Incluso se conoce una grabación suya, cantando y tocando. A menudo, tocaba para los invitados, mientras las notas se paseaban, macabras, por el campo, hasta el amanecer.

    ¿Estaba Mengele loco, o sufría otro desorden mental? ¿Acaso la búsqueda de los secretos genéticos humanos, destruyeron todos los restos de conciencia en él? Las opiniones varían, pero algo es seguro: Josef Mengele fue la personificación del peor demonio. Se convirtió en un verdadero símbolo del terror nazi. Es absolutamente imposible leer la acusación hecha contra él en la ex Alemania Oriental, que describe cabalmente sus atrocidades, sin siquiera dejar caer una lágrima. "Fuimos completamente sobrepasados por su monstruosidad" (Eli M. Rosenbaum, director de la Oficina de Investigaciones Especiales del Departamento de Justicia del Gobierno de los Estados Unidos). Lo más importante es ver que su mente operaba como la de un científico, concentrándose en sus estudios y experimentaba dejando de lado los sentimientos. "Realmente no pienso que Mengele tuviera remordimientos por lo que hacía. Pienso que en su mente de científico, justificaba lo que hacía. El nos inyectaba hasta cinco inyecciones juntas, para ver qué pasaba. Muchas veces uno simplemente se moría. No teníamos idea de qué eran esas inyecciones" (Eva Mozes Kor). Mengele inyectaba en las venas toda clase de substancias, como fenoles, cloroformo, nafta, insecticidas... Algunas veces, directamente en el corazón. El mataba a los objetos de sus experimentos para hacerles autopsias. Hacía vivisecciones, para estudiar los límites de resistencia a los traumas y el dolor en los seres humanos. Una vivisección, es lo mismo a hacer la autopsia en un ser vivo. De más está decir que lo hacía con la persona consciente y sin anestesia... Obviamente, nadie sobrevivía. De esta forma, los experimentos de Mengele cobraron hasta 60 víctimas diarias.

    Demente o no, los experimentos de Mengele llegaron a su fin. El invierno se acercaba y el Ejército Rojo avanzaba hacia el campo de muerte. El 26 de noviembre de 1944, Einrich Himmler, máximo jefe de las SS, telegrafió a todos los Comandantes de Campo ordenando suspender las muertes. Así comenzaría la huida de Mengele, desde Auschwitz  hacia una vida de constante tortura.

Últimos servicios al Führer

    Antes del desmantelamiento del campamento, Mengele hizo su selección final, enviando a 461, de un total de 509 prisioneros recién llegados, a una muerte instantánea. Fue su último servicio en Auschwitz . Con el sonido de los cañones rusos cada vez más fuertes, Mengele reunió sus registros y anotaciones, y el 18 de enero de 1945, el Ángel de la Muerte desapareció para siempre.

    "Los experimentos duraron hasta el momento mismo en que se dio la orden a todos los nazis, de abandonar el campo. Esa fue la última vez que vi a Mengele" (Eva Mozes Kor). Así comenzó uno de los más grandes movimientos evasivos de la historia.

Constante huida

    Mengele dejó su uniforme de oficial de la SS, y vistió el de oficial de la Wehrmatch (ejército alemán) y se dirigió a una unidad hospital que iba hacia el sur. Cuando finalmente, en mayo de 1945 Alemania capituló, Mengele terminó en dos campos de prisioneros de los aliados, ignorado por sus captores. Ello se debió a que él había pasado por alto muchos de los trámites necesarios para ser parte de las SS. Esos trámites, capturados por los oficiales aliados de Estados Unidos, eran utilizados para determinar qué sujeto era arrestado en forma automática. No hay documento que explique por qué Mengele carecía del tatuaje obligatorio de oficial de las SS, que se hacía en la parte interior del brazo izquierdo, dos pulgadas por debajo de la axila. Antiguos doctores de las SS, confirmaron que no estaba tatuado. Otro de los elementos que jugó a su favor fue la urgencia con que los aliados liberaron a millones de prisioneros de guerra alemanes. Mengele se retiró calladamente entre la multitud, usando un nombre falso, y con la ayuda de su familia trabajó en una granja de la zona de Rosenheimm, cercana a su ciudad natal de Gÿinzburg. Entre 1945 y 1949, fue visitado varias veces por Irenna. Ella no estaba feliz con la situación, aún cuando en 1942 dio a luz un hijo de Mengele, producto de una de sus visitas a Auschwitz .

    Las listas de criminales de guerra circulaban por la República Federal de Alemania y los doctores y oficiales de las SS estaban siendo juzgados. Mengele estaba atemorizado y pidió a Irenna que huyera del país con él. Irenna se negó. Decepcionado pero resuelto, huyó a Italia en 1949; poco después abordó un buque que lo llevó a Buenos Aires. En Argentina se sentiría seguro, gracias a una organización secreta conocida como ODESSA, encargada de otorgar salvoconductos a antiguos oficiales SS. La presencia de comunidades alemanas ofrecía confianza, y ciertas zonas de Argentina le recordaban las montañas de su Baviera nativa. Mengele se sentía como en casa, en su residencia en la zona de Florida, en Buenos Aires, viviendo bajo el nombre de Helmut Gregor. Más tarde en la década del ‘50, consideró que la caza de criminales de guerra había terminado, y comenzó a decir su nombre. Incluso, habría llegado a obtener la nacionalidad Argentina. Inició una compañía de implementos agrícolas con su verdadero nombre... ¡Hasta figuró en la guía telefónica!

    Su padre lo visitó y le informó que Irenna demandaba el divorcio, a lo que él accedió. ¿Qué otra cosa podría hacer? Era sólo una formalidad. Irenna tendría su libertad y él seguiría adelante con su vida en Argentina. Tiempo después su abogado le informó que el Gobierno alemán había mandado cartas al Gobierno argentino, solicitando la extradición de nazis. Mengele cayó en pánico. Con la ayuda de ODESSA huyó al Paraguay, donde tramitó su ciudadanía. Bajo las leyes Paraguayas ya no podía ser extraditado. En aquellos tiempos, este país era gobernado por el dictador Alfredo StroeSSner, descendiente de alemanes y admirador de los nazis. Seguro, aunque intranquilo, Mengele se dejaba ver en las calles de Asunción.

    En 1960, en Argentina tuvo lugar el secuestro de "Otto" Eichmann, a manos de un comando de la policía secreta israelí. Eichmann estuvo a cargo de la sección judía de la Gestapo y de los traslados a los campos de concentración. En Paraguay, Mengele ya no se sentía seguro, e incluso antes de enterarse de la noticia, se ocultó aún más. El MOSSAD, servicio secreto israelí y creador intelectual del secuestro de Eichmann, estaba tras sus huellas. En aquellos días, era un hecho público que perseguían a otros jerarcas nazis, por lo que Mengele debió huir... el juicio de Eichmann hacía eco en sus oídos...

    Eichmann fue sentenciado a la horca, y Mengele sintió también la soga en su cuello. Por ello, decidió viajar al Brasil, donde se ocultaría durante el resto de su vida, ya no como el Ángel de la Muerte, sino como un hombre atemorizado, solitario y fugitivo. Cuando llegó a Brasil en la década del ‘60, su vida se disuelve. Durante los siguientes años se reportaron varias apariciones. Fuentes confiables como el Departamento de Estado de USA, el Centro Simón WeiSSenthal y el MOSSAD israelí identificaron a Mengele en lugares y estilos de vida aparentemente contradictorios con su historia, con documentos falsos, bajo nombres como José Mengele, Helmut Gregor, o Wölgang Gërhard, con la ayuda y protección del as de la Luftwaffe, Hans Lücklobe, líder de la ODESSA que también había ayudado a otros nazis como KlauSS Altmann o "Barbie". Dos novelas se basaron en Mengele: "Los niños del Brasil" y "Hombre maratón", ambas llevadas al cine, aumentando su reputación a proporciones míticas e interfiriendo con la búsqueda que llevaban a cabo los Gobiernos de Alemania, Estados Unidos e Israel.

Impunidad

    Las recompensas ofrecidas por Alemania, el Centro Weisenthal e Israel para su captura, sumaban US$ 3,4 millones, cifra que hoy en día debiera ser multiplicada por doce, una suma impresionante, pero que no dio resultados. En junio de 1985, la noticia del descubrimiento de la tumba de Wölfgang Gërhard recorrió al mundo. Los restos que habían permanecido bajo tierra desde 1979 fueron exhumados. El equipo forense concluyó que eran los restos de Josef Mengele, el nazi más buscado desde la Segunda Guerra. Si esto era cierto, ¿cómo fue su vida desde su huida del Paraguay en 1960, hasta su presunta muerte en 1979? En Brasil fue puesto en contacto con refugiados bávaros, todos ex pertenecientes al movimiento nazi que se habían refugiado en Brasil luego de la guerra. Ellos se alegraron al encontrar a Mengele en la frontera, donde lo instruyeron sobre su nueva "identidad". Se disfrazó como un suizo de apellido Stammer, comerciante de implementos agrícolas. Una familia adoptiva que verdaderamente llevaba el apellido Stammer, lo estaría esperando. Además, fue entrenado para mantenerse anónimo, ocultarse y a quiénes recurrir si alguien intentara detenerlo.

    Mengele pasó dieciséis años viviendo con los Stammer en una granja cercana a Sâo Paulo, adquirida por la firma alemana Mengele. En 1976 la convivencia con sus familiares adoptivos se tornó imposible, por lo que solicitó una nueva familia. Peter y Geza BoSSert se ofrecieron para acoger a Mengele en su hogar, donde permaneció hasta su muerte. Según testigos, Mengele pasaba sus horas construyendo botes y jugando con los hijos de sus anfitriones. Su temor a ser atrapado crecía, y siempre dormía en su pequeña y oscura habitación, con una pistola al alcance. En 1976 recibió la visita de su hijo Rolf, quien luego declararía para una revista alemana "Mi padre asegura que nunca hizo algo incorrecto en Auschwitz . Dice que sólo seleccionaba prisioneros para trabajar, y nada más. Odio lo que hizo, pero es mi padre, y quiero creer en él".

Su muerte

    Según la evidencia descubierta en 1985, 1979 sería un año marcado en la vida de Mengele. "En 1979 fue invitado a pasar un día de playa, a 50 millas de Sao Paulo. Mengele se introdujo en el mar, hasta que el agua alcanzó sus rodillas. En ese momento desapareció. Sufrió un ataque cardíaco, cayó al agua y se ahogó. Cuando fue llevado a la playa, y a pesar de los esfuerzos, no pudo ser resucitado". Geza BoSSert hizo los arreglos para que Mengele fuera enterrado en el cementerio de Ambu, bajo una lápida que lleva el nombre de Wölfgang Gërhard, y allí permaneció hasta su exhumación en 1985.

    Expertos forenses de Estados Unidos, Alemania e Israel se encargaron de las investigaciones. Se enviaron muestras óseas a Inglaterra, donde existen bancos de datos para su comparación. Esa comparación se retrasó muchos años debido a que la ex esposa de Mengele, Irenna, y su hijo Rolf, se negaban a dar muestras de sangre. "Fue allí que decidí ir a Alemania con mi hermana gemela, y durante tres semanas protestamos frente a la fábrica Mengele. Yo simplemente dije: ¡nosotros entregamos la sangre de millones en Auschwitz ! ¡Cómo pueden negarse a dar una simple gota, para el estudio de la verdad!" (Eva Mozes Kor). Finalmente las autoridades alemanas presionaron a Rolf y a su madre, y se obtuvieron las muestras requeridas. El examen de ADN dió un resultado: el hombre sepultado en Ambu, Brasil, fue el padre biológico de Rolf Mengele.

    En 1992, el Departamento de Justicia, cumpliendo con una solicitud del Departamento de Estado de los Estados Unidos, publicó dos grandes volúmenes titulados "En cuanto al tema Josef Mengele". El informe concluía que Estados Unidos nunca tuvo relaciones con Mengele, y que las investigaciones forenses determinaban que los restos exhumados en Brasil, correspondían a Mengele. Los gobiernos de Alemania e Israel estuvieron de acuerdo con el informe. Otro extracto del informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos de 1992, concluye con que el hecho que el Ángel de la Muerte haya sido capaz de perpetrar sus crímenes, para luego morir familiarmente como un anciano en Brasil, evidencia de una enorme conspiración para la impunidad.

    A pesar de todo ello, muchas de las víctimas o sus descendientes quedaron inconformes con la forma de la muerte, e incluso con la veracidad de la misma. "La muerte de Mengele no se condice con el sentido de justicia. Si pensamos que murió, quisiéramos que haya muerto de cáncer u otra enfermedad, muy lentamente, órgano por órgano, y sólo luego de una muy larga y dolorosa agonía. Sin embargo, y aunque hubiera estado consciente durante el ataque cardíaco, su muerte se habría consumado en sólo dos o tres minutos. La muerte fue terriblemente benévola con él, e injusta con nosotros" (Michael Rosembaum).

    La doctora GiSSela Weird, sobreviviente de Auschwitz , quien hizo sus estudios de medicina en la Alemania de preguerra, afirmó: "Sé que todos los estudiantes de medicina realizan el juramento de Hipócrates. Es como una página de la Biblia que Mengele ensució". De hecho, alguna vez Mengele pronunció las palabras sagradas del juramento hipocrático: "Si cumplo acabadamente con este juramento, ganaré para siempre reputación entre los hombres, por mi vida y mi arte. Si lo transgredo, que lo opuesto recaiga sobre mí". En cierta forma, su juramento se ha cumplido: el Ángel de la Muerte, demonio-médico de Auschwitz , es un sinónimo universal de muerte y genocidio.

 

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//06 de Octubre, 2010

Miguel Angel Salinas

por jocharras a las 13:04, en Hombres Asesinos
MIGUEL ANGEL SALINAS

La masacre de Rio Cuarto (Córdoba - Argentina )




Miguel A. Salinas. La torva y provocativa mirada de un asesino múltiple.

La vida cotidiana de Río Cuarto fue cortada de cuajo el 16 de septiembre de 1987. La ciudad ya no sería la misma después de esa fatídica mañana, cuando un grupo aún indefinido de delincuentes perpetró un baño de sangre inédito en la crónica roja del país: la masacre del Banco Popular Financiero.

Ese luctuoso 16 de septiembre de 1987 se cumplían 32 años de la Revolución Libertadora que derrocó al gobierno constitucional de Juan Domingo Perón, 13 años del asesinato del dirigente gremial y ex vicegobernador de Córdoba Atilio López, y 11 años de la Noche de los Lápices, que sesgó la vida de seis estudiantes secundarios en La Plata. Ese día, en la sucursal Boulevard Roca del Banco Popular Financiero de Río Cuarto, siete trabajadores bancarios eran brutalmente fusilados con un revólver Orbea calibre 38 Special, descargado por dos veces consecutivas hasta acribillarlos con una docena de disparos para llevarse el magro botín de 35.000 australes. El por entonces gerente de la entidad bancaria, Roberto Vicente Denner, fue el único sobreviviente de la matanza.

El atraco y múltiple homicidio se cobró las vidas de Jorge Garay, José Rubén Bianco, Angel Angellini, Alejandro Angel Muzzio, Víctor Meynet y Ricardo Ferreira.

En el juicio oral, llevado a cabo dos años después, fueron sentados en el banquillo de los acusados el ex cabo de policía Miguel Angel Salinas, su esposa María Rosa Boni, Francisco "Pancho" Nievas y Juan Carlos "Garganta" Lucero. No fue llevado a juicio el ex policía Miguel Angel Coy, a quien la Justicia dictó falta de mérito.

La extenuante zaga de audiencias en Tribunales no alcanzó a develar las incógnitas que rodearon al luctuoso suceso. No se pudo acreditar si actuó otro policía más, como aseguró Denner, dado que resultó fallido el reconocimiento intentado en alrededor de 200 legajos policiales que cubrieron adicionales en ese lugar desde enero de 1986 hasta el 16 de septiembre de 1987.

Denner describió al supuesto copartícipe del asalto como una persona de mediana estatura, robusta, de tez mate, bigotes y dientes cortitos, de cabello oscuro y profundas entradas. Y dijo que vestía de civil en oportunidad del asalto.

El caso estuvo rodeado de sospechas sobre la participación de importantes personajes vinculados con el poder político y económico de Río Cuarto. Al momento del atraco y múltiple homicidio, el Banco Popular Financiero era la entidad privada más importante del sur de la provincia.

Se hablaba de la existencia de una mesa de dinero y de actividades vinculadas con el lavado, que nunca pudieron ser comprobadas pero que revolotearon persistentemente en el imaginario colectivo. No fueron pocos los que desconfiaron de la presurosa versión policial que dio por resuelto el caso la tarde misma de ese negro 16 de septiembre, con la aprehensión de un cabo de policía, su esposa y dos lúmpenes del bajo fondo. Un trámite demasiado expeditivo para desentrañar el caso policial más escalofriante de la historia de Río Cuarto.

En el múltiple crimen del Banco Popular se cruzaron personajes del tenor del subcomisario Hugo Aspitia, denunciado por los organismos de derechos humanos por su participación en la represión ilegal durante la dictadura militar, que por entonces se despeñaba como Jefe del Servicio de Adicionales de la UR 9; el comisario Carlos Enrique Barbero, a quien Nievas acusó primero de apretarlo para que "limpiara" a Coy del hecho y luego de haberlo presionado para incriminar al ex policía en la matanza; o el mediático abogado Daniel Lacase, conocido recientemente en todo el país por su intervención como portavoz del viudo de Nora Dalmasso en el todavía irresuelto crimen del Golf Club, que en aquella oportunidad actuó como defensor civil de las víctimas de la masacre.

El 16 de septiembre de 1987 Barbero estaba interinamente a cargo de la policía por cuanto su titular, comisario Fernando Bornancini, se encontraba en Córdoba. Ante el Tribunal, Barbero admitió que visitó dos veces en la cárcel a Nievas, aunque negó haberlo presionado. Según su relato, Nievas implicó a Coy: "Ese día fui en moto a buscar a Salinas y nos fuimos con él y su mujer hasta la estación de trenes y allí nos esperaba el otro milico. Vinimos caminando. Los dos policías adelante y yo y la señora atrás tomados del brazo como si fuéramos una pareja. La mujer y Coy se quedaron en las inmediaciones y Salinas y yo fuimos al banco", dijo Barbero que le relató Nievas.

Un festín con olor a muerte

El testimonio de un perito en balística de la UR 9 fortaleció la presunción de que fueron más de dos los participes de la masacre de Río Cuarto y que al menos una de las víctimas fue ultimada fuera de la oficina del gerente de la sucursal Nº 2 del Banco Popular Financiero, donde posteriormente aparecieron acribillados a balazos los cuerpos de los infortunados empleados.

El cabo Carlos Alberto Vizzio declaró que a Rubén Bianco, a quien una docente de Escuelas Pías observó cuando lo obligaban a ingresar al banco, le tuvo que haber disparado un segundo delincuente, que no era el que lo redujo, apostado a más de un metro de la puerta. Y que luego lo remató con un disparo ejecutado a menos de cinco centímetros de su pómulo derecho.

Denner dijo que había escuchado algunos disparos fuera de la oficina mientras estaba tirado en el suelo boca abajo junto a Garay, en tanto que Muzzio y Angelini permanecían sentados respaldados contra una pared con las manos tomándose las rodillas "en posición fetal". De haber sido así, mientras dos sujetos reducían y asesinaban a Bianco, una o más personas debieron permanecer custodiando a los empleados inmovilizados en la gerencia.

El caso de gatillo fácil que produjo un festín de sangre con olor a muerte en la sucursal bancaria riocuartense conmovió al país.

El cabo Guillermo Ireno Torres, quien fue el primero en llegar al escenario de la masacre, relató el tremendo cuadro de sangre que encontró en la entidad financiera. Estaba asignado en la localidad serrana de Achiras y venía a Río Cuarto los días francos o de licencia para cumplir adicionales en los bancos de la ciudad, donde tenía radicado su domicilio. Frente al Tribunal dijo que esa mañana salió desde la sede de la UR 9 con otro policía de apellido Gutiérrez para hacer el adicional en la sucursal Nº 2 del Banco Popular Financiero, donde debían ingresar a las 7.50. Por razones económicas, las autoridades bancarias habían prorrogado en 45 minutos el ingreso del personal de adicionales.


"Tocamos varias veces el timbre de la puerta, al no contestar nadie mi compañero dio la vuelta al edificio para ver si veía algo. ¡Che Torres! no hay nada, ¿qué habrá pasado?" le comentó Gutiérrez, "pero como yo había visto la chata que traía los valores de la Casa Central estacionada sobre la calle San José de Calasanz y con el motor en marcha, le dije el flaco tiene que estar por acá y me volví a la parte lateral del banco para golpear. Cuando golpeé la puerta ésta se abrió; hago dos pasos dentro del pasillo y grito ¡Che!...¿no hay nadie acá? Miro hacia todos lados y empiezo a ver piernas...al correr la vista más allá le dije a Gutiérrez mirá qué es esto, ¡Dios mío esto es un desastre!".

En su declaración, Torres señaló que los cuerpos de las víctimas estaban boca abajo en la oficina de la gerencia esposados y que al menos tres se encontraban con vida.

Al solicitar la pena de reclusión perpetua a Salinas y Nievas, el fiscal Jorge Samuel Welner dijo el 8 de noviembre de 1989, al cabo de dos horas y media de una medular e impecable exposición: "Pareciera que hubieran descendido los Jinetes del Apocalipsis para sembrar la muerte, el horror y la miseria".


17 septiembre 2010

Hay vida más allá del dolor
La masacre de Río Cuarto

Nadie pensó, ni piensa después de veintitrés años, que fue por un, si se quiere, escuálido fajo de dinero. Quizá hubo algo más que un puñado de australes. El ensañamiento fue tal que puede equipararse a la orden cumplida por alquilados sicarios. En el imaginario colectivo se instalaron rápidamente imágenes de encumbrados personajes del poder político provincial, cuyos alcances inimaginables llegaban hasta la misma cima policial. No era de extrañar, ya que aún se respiraba el tufo autoritario de la dictadura militar en su estructura operativa.

Por la tarde, a últimas horas del espeluznante día, uno de los más altos Jefes policiales declaró que la investigación estaba casi cerrada y que los culpables estaban todos detenidos. Acostumbrados como están los argentinos a la lentitud de las investigaciones policiales e instrucciones jurídicas, las declaraciones del jefe policial tuvieron un regusto a sorna, y no hicieron más que agigantar sospechas sobre la misma fuerza. Sospechas que días posteriores fueron colmando las expectativas públicas, ya que Roberto Denner, el único sobreviviente de la masacre y potencial testigo de cargo, dijo que en el hecho participaron más de dos, no menos de cuatro. Se suma a esto la detención de otro agente policial, ya que Nievas también sostiene que participó otro sujeto más, y posiblemente policía. Pero es el propio Denner, en los primeros momentos cuando reaccionó de las gravísimas heridas recibidas, quien repetía constantemente que había habido seguro más “milicos” en el hecho.



Juez de Instrucción Eduardo Bustamante. No logró determinar cuantas personas actuaron en la masacre. Las dudas persisten aún.


No extrañó tampoco la cerrada posición del juez de instrucción Eduardo Cesar Bustamante, quien al finalizar una gran movilización social al año del sangriento suceso, se negó destempladamente a recibir un petitorio que los organizadores le querían entregar solicitando se agilice la investigación y así llegar al juicio. Al parecer la movilidad social lo sacó de sus cabales y no justipreció ni supo ni pudo manejar con equidad la situación. El mismo juez que luego se lamentaba que con esta causa se había “ganado un desprestigio social fenomenal” (sic), fingía desconocer así lo que la ciudadanía pensaba de él a priori. Es posible que haya habido que tapar turbios manejos económicos en un banco que hasta ese momento y en apariencias, era de crecimiento constante y pujante. Pujanza devenida de una región que mueve ciento de millones de dólares anuales, y que por ese entonces se repartía en cinco o seis bancos entre estatales y privados.

Y llegó el día del juicio. También llegó el día de la sentencia. Un policía, Miguel Ángel Salinas; su mujer, María Rosa Boni y Francisco Nievas fueron de acuerdo al tribunal los únicos culpables. Prisión perpetua con accesorias ellos, cinco años para ella. Salinas, quien fue el mayor responsable, fue liberado en 2007 por un ignoto juez de apellido Arocena.


Esta escueta reseña de un verdadero tema escabroso, de ribetes increíbles y de dolores transidos, como fue la masacre de Río Cuarto al Banco Popular Financiero, es para introducirnos a veintitrés años de ocurrida, en la vida y pasión de los que a duras penas son sobrevivientes: sus familiares. Una de esas familias reside en Las Higueras. Lo que sigue es el sentido vía crucis de Sylvia Lorca, viuda de José Rubén Bianco, que desde aquel 16 de septiembre de 1987, orada su vida pero no la vence. Una prueba es ella. Otra prueba son sus hijos.

Sylvia Lorca de Bianco: "El dolor es una llaga abierta a la eternidad"

Dolor. Nada puede suplir el intenso dolor. Toda forma imaginable para paliar el recurrente ir y venir del pensamiento, choca contra una barrera grasosa de más y mayor dolor. No es dolor físico. Peor. Es una opresión que aguza el alma con fuertes pinchazos de angustia. La tribulación no cesa, en sentido contrario, se agiganta y más cuando se acerca la fecha maldita. No puede espantarse el dolor con un agitar de manos, con un cambiar de posición, con un desplazarse de aquí para allá o más allá o más acá. La amputación de la presencia de Rubén es idéntica a la que mencionan esas personas a las que han debido cercenarle un miembro. La impresión es que está allí. Aunque no esté, el miembro ausente duele y la mano para calmar va hacia él como si estuviese. Esta analogía no es ociosa ni tampoco exagerada que ni el tiempo ha podido mitigar. Creo que el dolor es actínico; nunca apagará sus brasas. Es una llaga abierta a la eternidad”.

Muchas personas me dicen que esta situación es así porque todavía no he realizado el duelo. Es posible que así sea. No en mi caso, es decir, no para mí. He leído por allí alguna vez, que en psiquiatría se considera una lista de situaciones donde el estrés está puntuado por el grado de afectación. Es así que, quien ha perdido un hijo, tiene el mayor coeficiente de tribulación y ocupa el primer sitial que la psiquiatría le da por el elevado sufrimiento, por ser antinatural. El segundo lugar llanamente lo ocupa la pérdida del o la consorte. No creo que una vida compartida por elección y amor, pueda ser diluida con la simple acción como se da vuelta la página de un libro. No. Esta acción es como barrer bajo la alfombra. Es como presumir el olvido. Y el olvido, por su esfuerzo, hiere más que la muerte”.

Desde esa fatídica mañana me he sentido en estado de orfandad. La oquedad hizo más ostensible el recuerdo. El vacío imposible de llenar dejo de ser una frase hecha. Cómo explicarles a mis tres hijos, que en ese momento tenían ocho años, seis años y cinco meses, Julia, Federico y Adolfo, la muerte de su papá. Aún hoy se me dificulta si quisiera hacerlo con ellos ya mayores; estoy en ascuas y huelgan las palabras. La leve atenuación del sufrimiento que el tiempo ejerce en su transcurso sobre nosotros los humanos, es una cuestión de grado y es más susceptible de unos a otros. He tratado con intensidad y gran dedicación que ellos, primero en sus mentes de niños y hoy en la subjetividad de adultos, puedan asumir la ausencia paterna”.

Cómo explicarles que unos cernícalos troncharon de cuajo la vida de seis personas humanas, entre ellos, su padre. Cómo decirles que también toda una ciudad, una provincia, un país, estaban azorados y sin hesitar ante tamaña orgía de sangre. Cómo dilucidarles que todo ese ensañamiento pudo haber estado dormido en la mente, y de pronto, así como así y como una roja explosión, llegar a infringir la muerte de personas absolutamente inermes, quizá por inducción, quizá por puro placer, quizá por odio, quizá por envidia. Cómo sembrar en el alma desahuciada de mis hijos una mínima esperanza, si mi propia alma giraba desconsolada (y aún lo hoy lo hace). Puede explicarse. No puede creerse”.

Adolfo Bianco: Su dedo admonitorio señala que Salinas es un asesino irredento.

El desconsuelo no es menor en el menor de sus hijos, Adolfo. “He pasado todos estos años esperando a mi padre. La necesidad de su presencia fue trastocando mi vida. Como dice mi madre, ella transitó toda clase de especialistas y profesionales para poder hacer de mí el rescate más positivo, para que tuviese una vida normal. Estoy más sereno pero eso no quita la recurrente mueca de dolor cuando veo, por ejemplo, que alguien puso en libertad al asesino Salinas. Yo no deseo la muerte de nadie, pero quiero que él, particularmente él, hubiese terminado sus días en la cárcel. Es un animal. Un asesino irredento. Una inmundicia humana. Un irrescatable. Las víctimas, además de las seis viudas y sus hijos, ha sido la sociedad en su conjunto”.

Hoy, además de la pesada mochila, Sylvia continúa con una desigual lucha. “Los emolumentos que recibo como pensión, no están ni estuvieron ajustados a la categoría que tenía Rubén como gerente, es decir, nunca fueron liquidados como corresponde. Tengo un largo juicio todavía irresoluto, por cuestiones jurídico burocráticas. El juicio es con la Anses. Pero aunque es problema, no tiene el tenor del dolor. Mis hijos, profesionales ellos, siguen con sus vidas lo mejor que pueden. Yo seguiré luchando para que todos encontremos sosiego. Hay vida más allá del dolor”.

Sylvia hoy es docente jubilada y eso le da libertad para participar socialmente en obras que la dignifican aún más. No quiere atosigarse de trabajo pero su entrega a la actividad social es incondicional. Dice que lo aprendió de Rubén.


“Tres veces me llamaron asesinos a sueldo para preguntarme si quería que limpiaran a Salinas”



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Roberto Denner

Hace un año, la Justicia dejaba en libertad a Miguel Angel Salinas, el delincuente más sanguinario de la historia policial riocuartense. Roberto Denner, el único sobreviviente de la masacre del Banco Popular Financiero, confió a PUNTAL que fue sondeado por sicarios que se ofrecieron para eliminarlo

¡Milico hijo de puta... me quiso matar pero yo le cabeceé la bala!” Eso, le contó a su hermano, fue lo único que Roberto Denner dijo cuando lo llevaban en estado desesperante en una ambulancia.
Boca abajo, con el mentón apoyado en la alfombra de la sucursal Bulevard Roca del Banco Popular Financiero,  el gerente supo que le tocaba el turno de ser fusilado y lo único que pensó era que no debía ser un blanco fácil. Encadenado como estaba, lo único que le quedaba era sacudir su cabeza una y otra vez.

Por eso a mí me dieron el balazo acá”, dice colocándose el índice detrás del cráneo.  “Y la bala hizo un recorrido hasta dañarme una vena, si me daba en la arteria no lo cuento”.


El “milico” no era otro que Miguel Angel Salinas, el policía que había compartido largas horas de guardia en el banco junto a Denner y a Jorge Garay, José Rubén Bianco, Angel Angelini, Alejandro Angel Muzzio, Víctor Meynet y Ricardo Ferreira, los empleados que fueron fríamente ejecutados por Salinas y por Francisco Nievas, “un ratero de toda la vida que hasta entonces no había matado a nadie”, evoca el hombre de la voz y la altura imponentes.


Veintiún años después de aquella imposible mañana del 16 de septiembre de 1987, Denner se resigna en la calma de su casa a un retiro forzado. A los 61 años se siente con fuerzas para seguir trabajando. Repartió 300 currículum sin suerte. Su esposa Graciela le sugiere que haga arreglos en su jardín y él retruca de mala gana: “eso es trabajo de una hora y después qué hago”.


Las horas de ocio lo convierten en presa fácil de los recuerdos. 


 “No te olvidás más. Por muchas razones, no te olvidás más. Todos los días te acordás de algo. Siempre sale una anécdota de alguno de los muchachos fallecidos. Lo tengo presente a diario y si no la gente te lo hace acordar porque desgraciadamente en Río Cuarto todos me conocen  como el que se salvó y a mí me molesta porque no soy ningún héroe. Por ahí estoy con un amigo y te presenta a otro y dicen “este es Denner el de la masacre del Banco Popular”.


Hace un año, los familiares de las víctimas y él sufrieron un nuevo cimbronazo cuando se enteraron, por los medios, que un desconocido juez cordobés había liberado al ex cabo Miguel Angel Salinas.


A los pocos días, un sicario llamaba al teléfono de su casa para ofrecerle matar al hombre que le arruinó la vida. Era el primero de una serie de llamados. Nunca hasta ahora lo había contado. Sólo la policía y su esposa lo sabían.

Lo primero que le dije fue que lo denunciara a la policía”, interviene su esposa Graciela Roque.

Denner recuerda el episodio:

-Pocos días después de la liberación de Salinas recibí tres llamados anónimos. Eran asesinos a sueldo. Eran voces masculinas. Dos dijeron ser de la ciudad de Córdoba. Uno dijo que lo tenía de vecino en el barrio. Me preguntaban qué quería que hiciera con él y cuánto había arriba.

-¿Cuál fue su reacción?

-Los frené en el acto, les dije que estaban totalmente equivocados. “Vos no sabés quién soy”, dije “vos creés que yo voy a andar haciendo eso”. En el acto cortamos, y llamamos al departamento Investigaciones e hice la denuncia. Porque suponte que lo hubieran matado, en el cruce de llamadas yo quedo pegado.


-¿La oferta de matarlo se repitió?

-Sí, al otro día hubo otro llamado y al otro día otro. Siempre eran voces distintas y, al tercer llamado para que me dejaran de molestar dije: “tené cuidado con lo que decís porque tengo el teléfono intervenido y en estos momentos te están grabando”. Eran macanas, pero cortó en el acto. El segundo que llamó dijo “nosotros sabemos lo que le ha ocurrido a usted en Río Cuarto, acá en Córdoba Salinas anda haciendo propaganda de que hace trabajos de plomería, machimbre y electricidad, y la señora tiene un kiosco”. “¿Y qué pasa con eso?”, les dije yo.  “Y que podemos llegar a un acuerdo si quiere que lo limpiemos”. Al jefe de investigaciones lo llamé por teléfono y le pedí que dejara asentado mi llamada en el libro policial, falta que después me acusen de instigador.


-¿Sabe si ese tipo de insinuaciones les fueron hechas también a los familiares de los bancarios asesinados?

-No, no lo sé porque después no he vuelto a estar con ellos. Los llamados fueron después de la marcha que nosotros hicimos en la plaza. Siempre eran llamados a la nochecita. Entre las 8 y las 9 de la noche. Ellos decían ser de Córdoba, pero incluso podían ser de acá. Yo quería dejarlo bien claro para no tener complicaciones. Más allá de que para mí ellos tendrían que haber recibido la pena de muerte cuando los juzgaron. Pero eso no existe en la Argentina lo que no significa que yo voy a salir a matarlos. No voy a ensuciar el apellido mío y el de mi familia


-¿Cuál fue su reacción un año atrás cuando supo que lo liberarían?

-Lo tomé muy mal. Me explicaron que lo soltaron porque a la causa se la sacaron a los jueces de acá y la llevaron a Córdoba cuando crearon la figura de los jueces de ejecución penal. El doctor Arocena es el que lo libera a Salinas y lo tomé muy mal porque pienso que una sola persona no puede decidir si están dadas las condiciones como para que una persona quede libre o no. Para mí tendría que haber habido un tribunal. Pero...

-¿Se lo imagina cruzándoselo?

-No. Pero creo que estuvo acá. A mi me contaron que fue a un bar del centro a tomar un café y el dueño del bar lo conoció y lo hizo retirar. Pero bueno, son dichos.

-Algo que puede o no ser cierto.

-No, debe ser cierto porque quien me lo contó es una persona seria y además no te olvides que él acá tiene familiares, así que puede ser totalmente cierto.

-¿Habló de este tema con los familiares de las víctimas?

-Ellos tomaron pésimo el tema de la liberación. El año pasado hicimos  todos una marcha de repudio en el centro, es lo máximo que podíamos hacer.

-¿Usted está interesado en la vida actual de Salinas o prefiere no tener noticias de él?

-De mi parte, no me interesa. Pero si me lo cruzo en la calle capaz que lo ignoro, o incluso te digo más: lo marcaría. Si lo viera en el centro, lo señalaría. “Este es Salinas, el atorrante que asesinó a seis compañeros míos”. Lo marcaría para que salga corriendo.


-¿Cómo juzga la reacción de la gente después de la liberación de Salinas?

-Toda la gente con la que hablás está en desacuerdo. Digo, la gente mayor porque hay mucha gente joven que no conoce del tema. Pero todos manifiestan su repudio. El día que lo liberaron empezó a  sonar el teléfono desde las seis de la mañana, de los medios de todo el país. Yo me desayuné así.

-En una de las últimas visitas del gobernador a Río Cuarto, familiares de Nievas pedían que Schiaretti interviniera para lograr su liberación. ¿Cree que eso se producirá?

-El está encerrado en la cárcel de San Francisco y tengo entendido que tiene pésimo comportamiento. Si no lo han liberado es porque  realmente no tiene buen comportamiento. Pero a ese... no. Yo apunté siempre a Salinas porque ahí había algo más espeso. Salinas no ha ido porque sí como fue vestido de policía y a cara descubierta. Está claro que fue a matar, pero hay algún protector de adentro de la policía, que yo no puedo señalar con nombre y apellido porque no tengo las pruebas.

-¿Las familias de las otras víctimas coinciden con usted?

-Con dos, coincidimos en el apellido de la persona. En su momento, era un alto jefe de la policía.

-Y el móvil era quedarse con el dinero.

-Y sí. Nosotros recaudábamos muy mucho dinero. Pero lo que no tuvieron presente, porque Salinas hacía como tres meses que no iba al banco, es que habíamos cambiado la modalidad. Cuando estábamos excedidos en el dinero que protege el seguro, nosotros llamábamos a casa central y mandaban el blindado para llevarse el excedente. Así que el dinero que se llevaron era más o menos  46.000 australes, es decir, cuarenta sueldos míos, que era un dinero importante como para empezar el día pero no eran los tocos de guita que veía Salinas.


-¿Conserva las imágenes de esa mañana?

-Me acuerdo de todo y puede venir acá el doctor Bustamante a pedirme que le haga la reconstrucción del hecho que se la hago igual. Hasta el momento en que yo recibo el disparo me acuerdo clarito de todo, todo, todo…

-En que orden estuvo usted en el fusilamiento.

-Fui el segundo. El primero fue Garay que estaba al lado mío. Estábamos boca abajo Jorge Garay y yo, y nos mirábamos los dos. Yo lo tomé con calma, ¿por qué? Porque estaba esperando que de un momento a otro me dijeran, bueno, muchachos basta esto es una maniobra de la policía para demostrar que ustedes no toman las medidas de seguridad. Estaba esperando eso. Incluso, cuando le disparan a Garay pensé que se trataba de una bala de fogueo porque no vi sangre, no vi ningún gesto de dolor.  ¿Me entendés? Y después no se siente más nada. Después, cuando despierto, ya estoy en la clínica

-¿Cómo era su vínculo con Salinas?

-A él lo conocía de antes de trabajar en el banco. Oíme, cuando yo era jovencito practicaba natación y corría y la posta de cuatro por cincuenta en natación la hacíamos un muchacho Magíster, Hugo Miloch, Salinas y yo. Te estoy hablando de cuando yo tenía 17 ó 18 años. Con Ferreira, otro de los muchachos fallecidos, Salinas iba a ver partidos de fútbol juntos, porque Ferreira tenía televisor a color en su casa. Y Ferreira, pobrecito, ese día perdió el ómnibus pero lo corrió y llegó justo. ¡Cómo no lo perdió! Y el que terminó ligándola de arriba era el viejito Angel que no tendría por qué haber estado. Don Angel Angelino era parte del personal de limpieza y el tenía que entrar a las dos de la tarde, pero como estaba aburrido todo el día le gustaba darse una vuelta. Entonces, nos servía café, nos compraba masas, me iba a comprar cigarrillos a mí.


Aún hoy el gerente siente culpa por haber sido el único que sobrevivió para contarlo. “El hijo de Bianco no conoció a su padre. Tenía dos meses cuando pasó todo. Cada vez que me ve, me abraza fuerte como si yo tuviera guardado recuerdos de su padre”.

Antes de la despedida, Denner evoca un último flash.

Dice que hace un tiempo no le pasa, pero sabe que en cualquier momento vuelve. Es una especie de alucinación, un sueño que se repitió una y otra vez en estos 21 años que pasaron desde la trágica madrugada de septiembre de 1987. Es una visión en la que aparecen en la pared que tiene frente a su cama los rostros de “los muchachos” como dice él. “Los veo como en esas fotos antiguas, con un marquito, están todos sonrientes. Es como si me dijeran que están bien. Después me despierto”.


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//05 de Octubre, 2010

Angel Maturino Resendiz

por jocharras a las 22:32, en Hombres Asesinos

Historia de Angel Maturino Resendiz, el asesino de las vías (Railroad Killer)

Primera de las imagenes de Angel Maturino Resendiz
Primera de las imágenes de Angel Maturino Resendiz

Angel Maturino Resendiz es el nombre comúnmente usado para referirse a Angel Leoncio Reyes Recendis, asesino serial mexicano que cometió una serie de terribles crímenes en suelo norteamericano desde 1997 hasta 1999 (Aun se investigan otros antes de este intervalo de tiempo). Fue bautizado por los medios y las corporaciones policíacas como 'El asesino de las vías' puesto que la mayoría de los asesinatos ocurrieron en localidades contiguas a las vías del tren. Se sabe que el hombre transitaba con frecuencia de México a Estados Unidos y hasta Canadá por lo que la verdadera cantidad de crímenes que haya cometido permanece desconocido.

Fichado por la policia
Fichado por la policía

Según el especialista John Douglas el perfil de este asesino corresponde al tipo de los desorganizados y a pesar de que este tipo es de los más fáciles de atrapar por su poco inteligente y nada sofisticada manera de conducirse, Resendiz por su exclusivo modus operandi evadió eficientemente a la ley por mucho tiempo a pesar de que los esfuerzos para capturarlo eran considerables.

Escoltado por oficiales de la corte
Escoltado por oficiales de la corte

La infancia de Resendiz no se caracterizó por la unidad familiar ni por un ambiente de solidez y valores. Al parecer no vivió con su madre, sino con otra familia y su vida era en las calles, expuesto a una vida pendenciera y fuera de conducta. Según su madre, pudo ser incluso atacado sexualmente por los homosexuales de Puebla. A los 16 años ya estaba cruzando ilegalmente la frontera a los Estados Unidos.

La supuesta esposa del asesino de las vías
La supuesta esposa del asesino de las vías, Julieta Reyes

Los crímenes que se le conocen o que le son legalmente atribuidos siguieron un procedimiento similar, siendo que las victimas vivían junto a las vías de algún tren. Aprovechando la oscuridad y soledad de dichos vecindarios entraba en la casa de cualquier persona a robar objetos de valor y dinero. Cuando la víctima llegaba era brutalmente atacada con cualquier objeto u herramienta que estuviera a mano. Los oficiales de policía consideraban a este sujeto como extremadamente peligroso por la variedad de objetos que usaba para matar a sus víctimas. Ya fuera un martillo o una roca, cualquier cosa le era útil. A pesar de que el hombre no era de gran complexión física, para las víctimas fue como si los hubiera atacado un gigante por la furia y malignidad del ataque sufrido.
Resendiz platicando con su abogado durante el juicio
Resendiz platicando con su abogado durante el juicio

Las victimas nunca fueron de características específicas, siguiendo el patrón del criminal desorganizado que ataca basado en la oportunidad del momento. Atacó tanto a jóvenes parejas universitarias como a adultos mayores de más de 80 años. A algunas de ellas las violó antes de asesinarlas aunque no era el objetivo primario en el, pero insistimos, si se daba la oportunidad de violar y hacer más daño lo hacía sin mayores miramientos. Consumidor de alcohol y drogas como era, robaba para continuar con sus vicios y varias veces tomó los vehículos de las victimas para transportarse. De hecho así fue como se le pudo conectar con varios crímenes, por las huellas dactilares y los restos de sangre que transportaba de un sitio a otro.
Drew Carter el joven Marshall texano que capturó al asesino
Drew Carter el joven Marshall texano que capturó al asesino

Los registros criminales de Resendiz en los Estados Unidos son tan extensos que más bien parecen una novela de terror. Desde los 16 ya era deportado desde Bronxville Texas, luego se sabe que falsificando su identidad hasta participó dos veces en elecciones locales. En 1979 fue sentenciado a 20 años de prisión en Florida por robo y asalto, pero después de 6 años fue liberado y deportado a México. En 1986 purgó pena de 18 meses por pretender poseer la ciudadanía estadounidense. En Nueva Orleans en 1988 también fue encarcelado por posesión de arma de fuego pero fue liberado al año. En San Luis el mismo año fue condenado a purgar 30 meses de cárcel por intentar defraudar al sistema de seguridad social. Y así varias veces mas fue fichado por delitos de variada gravedad. Lo increíble del asunto es que cuando ya era uno de los hombres más buscados por el FBI la falta de coordinación entre las autoridades judiciales impidió detener al asesino a pesar de que migración lo había detenido. El sistema falló en identificar a Resendiz como un criminal peligroso y fue deportado para que regresara a matar más gente en los Estados Unidos. John Douglas había predicho precisamente que la falta de coordinación y de un sistema de base de datos que relacionara las detenciones impediría la captura del Railroad Killer. Y así fue...

Escrito del Railroad Killer
Escrito del Railroad Killer (descargar para ver tamaño real)

La esposa de Resendiz, o al menos eso se cree que es, se puso en contacto con la policía norteamericana y les entregó diversas joyas que habían sido regalo de su esposo. Posteriormente los familiares de las víctimas reclamaron la mayoría de los objetos. Entonces ya se tenía claro quién era el criminal, solo era cuestión de atraparlo ¿pero cómo? Así fue que Drew Carter, un joven agente de Texas entró en contacto con la familia de Resendiz, quien tiene varios familiares esparcidos por Estados Unidos y fue la hermana quien negoció un trato con Carter con el objetivo de mantener a salvo a su hermano. Se dice la hermana deseaba que el FBI no matara a su hermano y a la vez ya había caza recompensas merodeando la frontera. El trato consistía en proteger la vida de Resendiz y de aplicarle una prueba psicológica. En ningún momento se negoció la no pena capital, ni el posible resultado de un juicio. Lo curioso del asunto es que todos sabían que Texas es uno de los lugares donde más ejecuciones son efectuadas por crímenes como estos. Prácticamente estaba asegurada la pena capital. Víctimas:
Christopher Maier Claudia Benton Los señores Sirnic
Christopher Maier Claudia Benton Los señores Sirnic
Noemi Dominguez Josephine Convicka George Morber Carolyn Frederick
Noemi Dominguez Josephine Convicka George Morber Carolyn Frederick
      
  • 29 Agosto 1997 Lexington Kentuky, Christopher Maier 21 años, atacado cuando caminaba con su novia junto a las vías del tren, ella también fue atacada y violada pero sobrevivió para identificar a Resendiz como el asesino.
  • 4 Octubre 1998 Hughes Spring Texas, Leafie Mason 87 años, es golpeada con objeto contundente de metal en la cabeza. El asesino había entrado por la ventana de su departamento, del cual la puerta principal estaba frente al paso de las vías.
  • 17 Diciembre de 1998 Houston Texas, Claudia Benton 39 años, al llegar a su casa es violada apuñalada y golpeada con objeto contundente hasta la muerte. Su hogar estaba cerca de líneas ferroviarias. Mediante las huellas digitales halladas en la Jeep Cherokee de la víctima se identifica a Maturino, quien ya es un conocido ilegal en Estados Unidos. Pero no se le culpa directamente con el crimen de la Dra. Benton.
  • 2 Mayo de 1999 Weimar Texas Norman y Karen Sirnic 46 y 47 años respectivamente. Ambos son asesinados ya muy noche en la parroquia de la cual era reverendo Norman Sirnic, ambos por golpe con objeto contundente. Obviamente la iglesia estaba junto a las vías que pasan por el pueblo. Tres semanas después es hallado en San Antonio el Mazda rojo de la pareja y mediante evidencia forense se vincula el incidente al de la Dra. Benton.
  • 4 Junio de 1999 Houston Texas, Noemi Dominguez 26 años, maestra de escuela golpeada con un tubo hasta la muerte en su departamento junto a las vías. Siete días después su Honda Civic color blanco es hallado cerca del puente internacional en Del Rio Texas.
  • 4 Junio de 1999 Fayette County Texas, Josephine Convicka 73 años, muere por heridas en la cabeza con una herramienta de jardín mientras dormía en su casa que estaba junto a un lote de trenes y las vías. Esta vez el criminal no pudo llevarse el auto debido a que no pudo hallar las llaves.
  • 15 Junio de 1999 Gorham Illinois, George Morber de 80 años por disparo en la cabeza y momentos después la hija de este, Carolyn Frederick de 52 por golpes en la cabeza. La casa de ellos estaba a no más de 90 metros de las vías del tren. Al día siguiente un conocido reconoce la pick-up roja de Frederick manejada por un sujeto que coincide con la descripción de Resendiz, esto fue Cairo Illinois.
  • Hay un par de crímenes que le son atribuidos del 23 de Marzo de 1997 en Ocala Florida. Jesse Howell de 19 años y Wendy VonHuben de 16 años asesinados a golpes y enterrados a ras de suelo.
  • El 12 de Abril del 2006 la policía de San Antonio dio por resuelto el caso de Michael White hombre que murió de un tiro en un lote vacío de San Antonio. Resendiz dio datos precisos sobre este crimen que lo convirtieron en sospechoso del mismo. Este asesinato tuvo lugar en 1991.

 

Ahora este ángel espera su ejecución
Ahora este ángel espera su ejecución


Actualmente
Angel Maturino Resendiz espera su cita con la muerte, su ejecución está programada para el 27 de Junio del 2006 por la muerte de Claudia Benton, aunque obviamente esta a la espera de su apelación en la quinta sala de apelaciones de la Corte.

Ejecutará hoy Texas al ´Asesino del Ferrocarril´

Poblano de origen, espera recibir clemencia; el anuncio sobre el dictamen de la junta se dio a conocer en momentos en que los abogados de Maturino Reséndiz, apodado El Asesino del Ferrocarril, solicitaron al Tribunal Supremo de EU que intervenga en favor del condenado

El Universal
Martes 27 de junio de 2006

WASHINGTON (Agencias).- La Junta de Amnistía y Libertad bajo Palabra del estado de Texas rechazó ayer conmutar por cadena perpetua la pena de muerte al mexicano Ángel Maturino Reséndiz, cuya ejecución está programada para hoy, martes, en el penal de Huntsville. Fuentes judiciales dijeron que la junta también rechazó aplazar 180 días la ejecución, programada para las 18:00 horas. El anuncio sobre el dictamen de la junta se dio a conocer en momentos en que los abogados de Maturino Reséndiz, apodado El Asesino del Ferrocarril, solicitaron al Tribunal Supremo de EU que intervenga en favor del condenado. Otra posibilidad de que Maturino eluda la ejecución está en manos del gobernador de Texas, Rick Perry, a quien le ha pedido clemencia y que le conmute la pena capital por cadena perpetua. Ayer mismo, el canciller Luis Ernesto Derbez se comunicó con el gobernador de Texas, Rick Perry, para solicitarle el postergar 30 días más la ejecución de Angel Maturino Reséndiz a fin de analizar los recursos que México ha interpuesto para evitar su ejecución. México espera que con base en la inconstitucionalidad de someter a la pena capital a enfermos mentales, Maturino Reséndiz sea librado de esta sentencia. Maturino Reséndiz, de 46 años y originario de Puebla, fue condenado a recibir una inyección letal en la prisión de Huntsville por el asesinato en 1985, de la doctora Claudia Benton. Benton, de 39 años, forma parte de un grupo de al menos 13 personas asesinadas en un período de 16 meses que terminó en junio de 1999 con un doble crimen en Illinois. La mayoría de los crímenes fueron perpetrados cerca de estaciones de ferrocarril. El 13 de julio de 1999, Reséndiz se entregó a la policía en el puente internacional de El Paso. La semana pasada, un juez de Houston dictaminó que Maturino Reséndiz está en plena capacidad de sus funciones mentales, con lo que rechazó los alegatos de sus abogados, que afirmaban que el condenado está loco y convencido de que resucitará tres días después de la ejecución. Ayer se informó que Reséndiz pidió que su cuerpo sea donado para la investigación médica en caso de ser ejecutado, acto que marcaría el fin de una tregua de cuatro años en las ejecuciones de mexicanos en cárceles de EU. La última tuvo lugar el 14 de agosto de 2002, en Texas, y fue la de Javier Suárez Medina.

9.36 PM 27 Junio del 2006, ya descansa en paz Angel Maturino Resendiz

Ejecutan al mexicano Angel Maturino Resendiz en Texas
Fuente: Notimex

El mexicano Angel Maturino Reséndiz fue ejecutado con inyección letal en la cámara de la muerte del estado de Texas por uno de los 15 asesinatos a los que fue vinculado. Reséndiz, conocido el "homicida de los rieles", se convirtió en el sexto mexicano en ser ejecutado en Estados Unidos desde 1976 cuando la Suprema Corte de Justicia restableció la pena capital. "Dejé que el diablo manejara mi vida", dijo Maturino Reséndiz en lo que fueron sus últimas palabras antes de morir, Al cabo de una respiración profunda, el mexicano dijo con tranquilidad: "perdóname mi Dios. Diosito santo, aquí vengo mi diosito", Por primera vez desde que inicio su proceso legal, Maturino Reséndiz aprovechó sus últimas palabras para dirigirse a sus víctimas y a sus deudos. "Solo quiero saber que existe en su corazón perdón para mí" agregó. La inyección letal le fue aplicada a las 20:05 horas locales (01:05 GMT del miércoles). Siete minutos después fue declarado físicamente muerto. Antes de la ejecución, la Suprema Corte de Estados Unidos en pleno rechazó las cinco apelaciones pendientes que pedían el aplazamiento de la pena capital contra el mexicano. Una fuente de la Corte dijo, sin embargo, a Notimex que dos de los magistrados votaron a favor de la posposición.

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