Marcel Petiot "El Dr. Muerte". Los psiquiatras
que lo examinaron antes del juicio declararon que se trataba de un hombre en su
sano juicio. Sin embargo, si nos detenemos a hacer un balance sobre cómo había
sido su vida hasta entonces, nos encontramos con claros manifiestos de una
mente desequilibrada desde su más tierna infancia.
Nació el
17 de enero de 1897. Su padre murió cuando él tenía tan sólo cinco, su madre
murió tres años después, así que el niño fue confiado a los cuidados de varios
tíos y tías. Tal vez por esta situación difícil su educación no fue como la de
un niño normal ni mucho menos tuvo el afecto que éstos necesitan en esos años
tan cruciales de vida.
De
pequeño demostró una inteligencia considerable, pero al mismo tiempo revelaba
ciertas tendencias sádicas que preocupaban a quienes le rodeaban: desde
sumergir las patas de su gato en un cazo de agua hirviendo hasta asfixiar a
este mismo animal con sus propias manos, o torturar a otros animales sacándoles
los ojos para divertirse mirando como éstos se golpeaban contra las paredes una
vez ciegos.
También
tenía la manía de robar todo lo que le pasaba por las manos. A sus compañeros
en clase, los medicamentos en el ejército cuando era soldado (para
venderlos posteriormente en el mercado negro) e incluso los fondos
municipales del alcalde de Villaneuve
cuando se presentó a unas elecciones municipales.
Basta con
observar su grave afición a la piromanía, su crueldad con los animales, esa
ludopatía crónica, además de serios y continuos ataques depresivos, una
avanzada paranoia y un crónico estado de melancolía... por no hablar de sus
mentiras compulsivas y su actitud de desprecio hacia toda la sociedad o su
sangre fría casi carente de sentimientos... sin duda ese carácter nos suena
bastante desequilibrado. Sin duda refleja una personalidad muy conocida por
todos nosotros: una personalidad psicopática.
Curiosamente,
y como suele ser habitual en estos casos, todas estas peligrosas facetas de su
vida no le impidieron salir adelante en la vida social. Su encanto personal le
ayudó a ganar prestigio en el ámbito profesional como médico y en una carrera
política que inició como concejal, aunque ese encanto ocultase un carácter
carente de escrúpulos.
El 11 de
marzo de 1944 la policía acude a casa del doctor Petiot, alertada por los
atemorizados vecinos que observaban salir de la chimenea una grasienta humareda
negra y un hedor insoportable. La chimenea corría el riesgo de incendiarse,
pues ya se veían las llamas sobresaliendo amenazadoras y no tardan en acudir
los bomberos, quienes logran entrar en la casa a través del sótano. Allí,
descubren sin dar crédito a lo que ven, el espantoso combustible que alimentaba
las llamas: un montón de cuerpos desmembrados.
Se
consiguieron demostrar 24 muertes pero pudieron ser muchas más en realidad.
Momentos
más tarde acude la policía, y el doctor Marcel Petiot les explica con orgullo que
aquellos eran "sus" cadáveres, los restos de alemanes y colaboracionistas
pro-nazis que habían sido asesinados por la Resistencia francesa y confiados a su custodia para que se deshiciese
de ellos. Los agentes aceptan la explicación y lo dejan ir, no sin antes
felicitarlo por tener esas dotes de patriotismo.
Petiot, aseguró que era miembro de la
Resistencia y que sus víctimas habían sido 63. Al igual que los 27 cadáveres
encontrados en el sótano, los agentes dan por hecho que son más soldados
alemanes. Pero cuando se constata que aquellas muertes no tenían que ver con la
ejecución de colaboradores nazis, Petiot ya había huido en su bicicleta. A
partir de ahí se llevó a cabo un minucioso registro de la casa, hallando además
de los cadáveres despedazados, casi 150 kilos de tejido corporal calcinado y
otros muchos cuerpos descomponiéndose en un pozo del garaje que contenía cal
viva.
Guillotina
en la que fue ejecutado Marcel Petiot. Al cabo de un tiempo de
anonimato, Petiot
inició una serie de correspondencia con el periódico Resistance, bajo otro nombre, pero sin modificar su letra (lo
que ayudaría a su identificación), diciendo que la Gestapo había metido en su casa los cadáveres. Gracias a eso fue de
nuevo detenido el 2 de noviembre de 1944.
Su juicio
comenzó en el Tribunal del Sena el
15 de marzo de 1945, ahí se descubrió la verdadera faceta del doctor. No era un
luchador clandestino por la libertad, sino un criminal totalmente degenerado.
Se le
acusaba de 27 asesinatos por las evidencias de su sótano. Su hermano Maurice, quien le proporcionaba la cal,
alegó que Petiot
la utilizaba contra las cucarachas, pero el enorme volumen de 400 Kg
suministrados sirvió para inculparlo de complicidad criminal.
Mientras
se hallaba detenido a la espera del juicio, Petiot en todo momento comentaba
jocosamente a los guardianes de su prisión "No
dejen de acudir a mi juicio, va a ser maravilloso y se va a reír todo el mundo"...
y nada más lejos de la realidad, ese juicio fue uno de los más surrealistas y
confusos en la historia de Francia.
A veces,
tanto el acusado como el abogado dormitaban plácidamente en sus asientos, e
incluso llegó a haber insultos entre la defensa y el acusado cuando el acusado
afirmó que era un defensor de traidores y judíos, a lo que éste furioso le
amenaza con partirle la boca en la misma sala.
La
acusación afirmó que Petiot atraía a ricos judíos a la rue Lesseur con el pretexto que les
ayudaría a escapar del acoso de las fuerzas alemanas hacia otros países. Luego,
les quitaba la vida por medio de inyecciones letales que les administraba con
el pretexto de cumplir con las formalidades sanitarias extranjeras, después los
despojaba de todo el dinero y objetos de valor que poseían.
Al final
de tres semanas de juicio, el jurado lo declaró culpable de 24 de las 27
acusaciones y en cuanto se dictó el veredicto de culpabilidad se establecieron
una serie de indemnizaciones a favor de los familiares de las víctimas.
El 26 de mayo de 1946 el Dr. Muerte fue condenado a la
guillotina, pero el asesino, lejos de mostrarse asustado en el momento de su
muerte dijo con más ironía que nunca a los testigos de la ejecución: "Caballeros, les ruego que no miren. No va a ser bonito."