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Este Blog, no es de carácter científico, pero si busca seriedad en el desarrollo de los temas.
Está totalmente dirigido a los amantes del género. Espero que todos aquellos interesados en el tema del asesinato serial encuentren lo que buscan en este blog, el mismo se ha hecho con fines únicamente de conocimiento y desarrollo del tema, y no existe ninguna otra animosidad al respecto.
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Jorge Omar Charras
ajedrez, informatica, casos reales, policiales etc.
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//01 de Agosto, 2010 |
|
por
jocharras a las 11:42, en
Hombres Asesinos |
Marcelo Mario Sajen

Hijo de un verdulero y de un ama de casa, era el cuarto de
siete hermanos. Su hobby, los autos. Su modo de vida legal: la compra-venta de
vehículos. Su forma de vida ilegal: el robo.
Tenía dos familias paralelas y sus dos mujeres (una era su esposa) sabían de la
existencia de la otra. De día era un gran padre. De noche, salía a violar
mujeres en la ciudad de Córdoba. Las sorprendía de atrás, las abrazaba y las
conducía a un descampado para abusar de ellas. Con el paso de los años llegó a
violar casi un centenar de chicas, lo que hizo que se convirtiera en el
delincuente serial más importante de la historia criminal de Córdoba y de todo
el país.
Era Marcelo Mario Sajen (39). Hace
tres años, un Día de los Inocentes
como hoy (al caer la tarde), Sajen se descerrajó un balazo con su pistola
11.25 frente a una casa de barrio Santa
Isabel 2ª, en la Capital provincial,
al verse rodeado por la Policía. Para llegar a él, había sido clave el dato de
un ex presidiario que justo se cruzó con él (algunos lo acusaron de
"entregarlo") y que llamó varias veces al 101. Años después,
le pagarían $ 50 mil de recompensa.
Aquel 28 de diciembre de 2004, la ciudad ardía. Pero no por el calor, sino
porque la Policía lo rastreaba por todos lados, luego de que fuera identificado
(esa
mañana) por exámenes de ADN.
Sajen,
aquel fantasma que llegó a hacer tambalear al gobierno de José Manuel de la Sota, no llegaría nunca a ser juzgado como
violador serial. Murió dos días después, mientras el país se conmovía por otra
desgracia: el incendio del boliche Cromañón.
De víctima en víctima... Fue un 9 de setiembre de 1985, cuando Sajen
violó por primera vez. Ocurrió en Pilar,
Córdoba. Sajen sorprendió de atrás a una
chica que iba por la ruta, la condujo a un descampado y abusó de ella. Al poco
tiempo, cayó preso y siete meses después fue condenado a seis años de prisión.
El secretario del Juzgado que investigó aquel caso era Juan Manuel Ugarte, un joven abogado que por esas cosas de la vida
volvería a cruzarse con Sajen varios años después.
Lejos de cumplir la pena, Sajen quedó libre en el ‘89. La investigación
judicial posterior determinó que en 1991 comenzó a violar a mujeres en serie.
Siempre de la misma manera: las sorprendía de atrás, las llevaba a un sitio
seguro para él y las violaba.
Así actuó en Córdoba hasta el 8 de setiembre de 1999, cuando cayó preso. Pero
no fue por una violación, sino tras asaltar una pizzería de La Cañada, de donde escapó a los tiros.
Lo que nadie sabía era que momentos antes había abusado de una chica.
Le dieron cinco años y medio de prisión, pero beneficiado por el "2x1"
salió libre en 2002.
Y volvió a violar mujeres en distintos puntos de la Capital, pero sobre todo en
Nueva Córdoba. Su accionar era
favorecido por una Policía y una Justicia que no sabían buscarlo y que nunca
habían alertado a la población sobre el depravado suelto.
Recién cuando el caso tomó estado público en 2003 (su año con mayor cantidad de
ataques sexuales), las cosas cambiaron de color, a pesar de que se dio
a conocer un identikit que nada tenía que ver con la realidad. Luego de una
serie de cambios de fiscales, fue Juan
Manuel Ugarte quien encaminó finalmente el caso.
A todo esto, decenas de jovencitas (movilizadas por "Ana", una víctima
que escribió un mail conmovedor), salieron a la calle a exigir la
captura del serial y formaron el grupo Podemos Hacer Algo. Y vaya que hicieron
mucho.
El gobierno ofreció una recompensa de 50 mil pesos por el violador serial, al
tiempo que mandó a toda la Policía a sacarse sangre para exámenes de ADN.
Y llegó la gran idea. Ugarte y policías se dieron cuenta de que entre
1999 y 2002 el serial no había atacado nunca. Supusieron que podría haber
estado preso, más aún basándose en testimonios de víctimas que decían que el
delincuente hablaba como "un preso". Luego de cotejar
archivos en la Penitenciaría, dieron con Sajen y otros sospechosos. Ugarte recordó aquella violación de Pilar y se le puso en la cabeza que el
serial no era otro que Sajen. Pero no dieron con él. El delincuente
sospechaba que estaban tras él y se fugó con su pistola.
Se hicieron exámenes de ADN (se
usaron pelos hallados en su casa), cotejando su perfil genético con el
que se poseía del serial.
El 28 de diciembre de 2004, se comprobó que Sajen y el serial era el mismo
fantasma. Aquél que se mató de un tiro en la sien. |
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