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Este Blog, no es de carácter científico, pero si busca seriedad en el desarrollo de los temas.
Está totalmente dirigido a los amantes del género. Espero que todos aquellos interesados en el tema del asesinato serial encuentren lo que buscan en este blog, el mismo se ha hecho con fines únicamente de conocimiento y desarrollo del tema, y no existe ninguna otra animosidad al respecto.
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Jorge Omar Charras
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//20 de Noviembre, 2010 |
|
por
jocharras a las 10:42, en
Hombres Asesinos |
Josef Mengele el " El Ángel de la Muerte
"
Nació
en una respetada familia católica bávara. Amaba el arte y la música, e hizo el
juramento hipocrático de sanar a los enfermos y de no entrar a una casa sino
para sanar a sus pacientes. Eso fue lo que juró. Lo que hizo: torturar,
deshumanizar y masacrar. El Doctor Mengele envió
a cientos de miles de inocentes a la muerte en los campos de concentración
nazi, donde era conocido como "El
Ángel de la Muerte". ¿Qué sistema social, jurídico y político pudo
crear a un hombre como Josef Mengele? Un
médico responsable de seleccionar a miles de judíos para primero experimentar y
luego exterminarlos en los campos de concentración de Auschwitz . Un hombre que realizaba los más dolorosos experimentos
sobre gemelos, con la esperanza de descubrir el secreto de los nacimientos
múltiples, para así crear genéticamente la Súper Raza Aria que dominaría al
mundo durante los mil años que, según Hitler,
duraría el Reich.
Para
tratar de comprender la personalidad de Mengele y develar sus
malignos impulsos, debemos ver cómo era el mundo el 11 de marzo de 1911, día en
que nacía el Ángel de la Muerte Josef Mengele, el
médico macabro de Auschwitz .
La
Alemania que vio nacer a Josef se encontraba al filo de la Gran Guerra de 1914. Mientras su padre Karl prestaba servicio militar en el frente, su madre Volgoria controlaba el negocio familiar
de venta de implementos agrícolas, y criaba a sus tres hijos: Josef, Karl y
Hallois.
La
guerra terminó en 1918 con la derrota de Alemania
y el humillante Tratado de Versalles, que redujo el territorio y el
poderío militar germano. Pero la ética germana para el trabajo no se extinguió,
y en pocos meses Alemania era una
nueva nación. Karl Mengele regresó a
reconstruir su empresa en Gÿinzburg,
e hizo de ella la más grande en la región, y a su familia una de las más
respetadas en Bavaria. Aún hoy se
los respeta, a pesar del infame criminal de Auschwitz .
Karl Mengele pasaba poco tiempo en la gerencia de su planta, sus
horas transcurrían en el laboratorio, inventando máquinas que permitieran
automatizar todas las labores agrícolas. En cierta forma compartía con su
primogénito el gusto por la investigación, quien la pondría en práctica años
más tarde en los campos de Auschwitz ,
inclinado sobre los microscopios, silbando una tonada familiar, y perdido en la
macabra pasión de su proyecto de investigación.
Un buen estudiante.
En
la década del ‘20, Alemania era el
centro cultural y artístico del mundo. La medicina y la música florecían y Berlín era considerada una de las
ciudades más refinadas, sobrepasando incluso a París. Nuevos conceptos sobre la evolución de la raza humana se
discutían. Las teorías de Darwin
eran contrastadas con los nuevos descubrimientos y una nueva ciencia causaba
revuelo: era la EUGENIA o EUGENESIA: el estudio de los cruces
genéticos.
Ese
ambiente sería de extrema importancia en la vida posterior de Mengele. Desde joven supo que el negocio familiar no era
para él. "El padre de Mengele era de duro carácter.
Cuando llegaba a la fábrica lo hacía gritando. Era una persona muy dura. Y su
madre estaba hecha con el mismo molde. Era una devota católica, piadosa, aunque
muy recta de carácter y de dura disciplina. Mengele siempre tuvo
el impulso por hacer algo muy especial, para probarse y superarse a sí mismo.
No tenía amor ni calor hogareño. Un ex compañero de escuela recordaba que desde
aquellos tiempos, Mengele decía que debía hacer algo especial, que definitivamente
pruebe su capacidad académica" (Gerald Astor, actor y autor del libro "El último nazi").
La
familia Mengele tenía cuantiosos recursos, y su
fábrica empleaba a 1.200 personas. Josef Mengele asistió a
una escuela pública, y posteriormente al Gymnasyum,
destinado a quienes tenían aspiraciones académicas. "Era un estudiante brillante y
extraordinariamente ambicioso. Siempre intentaba hacer algo fuera de lo común,
para ser un gran científico" (Julius Disbach, ex compañero de clases de Mengele).
Otro amigo de esa época lo describió como agresivo y muy patriótico.
En
1930, Mengele ingresó a la Universidad de Münich, ciudad que se convertiría en un centro de la
agitación política. Allí, fue impactado por un discurso de Hitler sobre la superioridad de la raza germana. En esos
tiempos muchos estudiantes se unieron al movimiento nazi. La "herencia"
y la "eugenia" eran términos aplicados normalmente por la
comunidad científica, que en su mayoría apoyaba a Hitler y a su concepto místico del pueblo alemán, pueblo que no
podía florecer si parásitos como los judíos, gitanos y otros, los contaminaban.
El antisemitismo ganaba impulso y la comunidad científica parecía estar de
acuerdo. Pureza hereditaria, eutanasia, esterilización de los indeseables y
superioridad racial mediante la eugenesia, ocupaban a la comunidad científica. La
eugenesia se convirtió en una palabra sagrada. Este término fue creado
por el primo de Charles Darwin, Francis Caultin en 1833, y literalmente
significa "buenos genes". El propósito de Caultin, basado en sus estudios sobre mejoramiento de animales, era
aplicar estos conocimientos para mejorar la raza humana, para una mejor
sociedad, con gente más exitosa: gente superior. Aunque no hubiera sido su
intención, Caultin sembró una de las
semillas fundamentales del Holocausto, con un siglo de
anticipación.
Nadie
abrazó esta idea con mayor pasión que Mengele. En 1934 se
unió al Partido Nazi, pero siguió
con sus estudios y recibió el Doctorado
en Filosofía, para luego aprobar los exámenes de ingreso a Medicina. Se trasladó a la Universidad de Frankfurt y comenzó a
investigar en el Instituto de Herencia
Biológica e Higiene Racial bajo la tutela del doctor Ottmar von Verschuer, ardiente nazi y especialista en la ciencia
eugenésica, mediante la cual se crearía la raza superior. Durante esta época, Mengele publicó un buen artículo sobre la genética y los
niños, y al igual que su mentor, se concentraba en el estudio de los gemelos.
En el sudeste de Polonia, las
puertas de los campos de concentración de Auschwitz
llamaban a Mengele.
Allí, el científico encontraría gemelos en abundancia, quienes no tendrían otra
opción más que participar en sus mortales experimentos genéticos. Pero Auschwitz es el final de un largo camino, y varios
años habrán de transcurrir hasta que Mengele se convierta en
el “Ángel de la Muerte” para
más de 4.000 hombres, mujeres y niños indefensos.
El sagrado juramento
La
transición de la magia a la Ciencia de
la Medicina fue un proceso gradual que duró siglos. La medicina era el arte
de la curación en la antigua Grecia,
y era celebrada por los griegos con el juramento de Hipócrates, Padre de la Medicina. Este juramento
ha llegado a nuestros días, y es pronunciado por todo nuevo médico: "El régimen que adopto será para el bien
de mis pacientes, y no para su perjuicio. No administraré drogas a ningún
paciente ni entraré a casa alguna, sino para beneficio de los enfermos".
Es difícil imaginar que Mengele alguna vez haya
pronunciado estas palabras. Pero sí hizo el juramento, que era reverenciado por
los médicos alemanes, a pesar de contradecirse con su antisemitismo. Una
extraña dualidad existía en la Alemania
Nazi.
Héroe nacional
|
Josef Mengele se hizo miembro del cuerpo de elite Waffen SS, una organización que exigía
pureza racial en sus miembros, cónyuges y familiares, preferiblemente hasta la
4° generación. Mengele se había enamorado de Irenna Schumbaimm, de quien más tarde
afirmaría: "Era hermosa y bien educada... fue el amor de mi vida".
Cuando él decidió casarse con Irenna,
hubo un interrogante acerca de sus antepasados, porque uno de ellos fue hijo
extramatrimonial y había dudas acerca de sus ancestros. Mengele
debió redactar documentos afirmando que no existían rastros de impurezas
raciales ni sangre judía, algo que sería un pecado imperdonable para un oficial
nazi de su jerarquía, proveniente de una familia aria pura, y además católica.
Por otra parte Irenna provenía de
una familia luterana. Todo esto hacía su situación extremadamente incómoda.
¿Quién hubiera pensado que el novio, cuyo atractivo aspecto ario sólo era
afectado por la separación de sus dientes incisivos, se convertiría en el nazi
más buscado y esquivo de la historia, con una recompensa total de US$ 3,4
millones por su cabeza, por crímenes contra la humanidad?
Mengele terminó el servicio militar obligatorio con su
grupo de elite SS en los Alpes Tiroleses. Volvió a sus estudios
en Frankfurt, donde vivía junto a Irenna en una hermosa casa cerca del
río Main. En septiembre de 1939
comenzaba la Blitzkrieg y Polonia caía en manos de Alemania en menos de un mes. Mientras
la guerra se desarrollaba a favor de los nazis, Mengele
permaneció con Irenna concentrado en
su investigación biológica. Pero cuando la guerra se extendió a dos frentes,
con el ataque sobre Rusia, Mengele y su unidad fueron movilizados al frente oriental;
poco después fue herido en combate, por lo que le otorgaron condecoraciones y
se convirtió en un héroe nazi. ¡Un doctor condecorado por valor en combate,
con todo lo que ello significa! Mengele recibió, además
de las condecoraciones normales por servicio en el frente ruso, la Cruz de Hierro en Primer Grado, y luego
la Cruz de Hierro en Segundo Grado:
un honor al que muy pocos accedían.
Auschwitz
Cuando
las heridas de Mengele sanaron fue declarado no apto para
combate. Por ello, se ofreció voluntariamente como médico de campamento: es
decir como médico en los campos de concentración. ¿Por
qué querría alguien con tan elevadas calificaciones y antecedentes, ir a un
sitio como Auschwitz ? "Porque él buscaba "zwillingen" (gemelos)
para sus
experimentos y tendría a numerosos de ellos y hasta se podía dar el lujo de
matarlos. Allí, desde el principio, dispuso de 226 gemelos, con edades entre 2
y 18 años. Y podía hacer lo que quisiera con ellos." (Michael Barembaum, médico, director del
US Memorial Museum).
|
Una
de las asignaciones de los médicos de campamento era recibir los trenes cargados
con judíos. Estos doctores tenían un poder terrorífico: podían decidir
instantáneamente si un prisionero iba a la muerte en la cámara de gas, si se lo
destinaba a experimentos, o si iba a trabajos forzados. La mayoría de los
alemanes llamaba a Auschwitz "Anus Mundi" o "ano
del mundo", pero para el Ángel de la Muerte era su paraíso de
investigación. En muy poco tiempo, se haría famoso por descubrir los secretos
de la vida. Y los trenes seguían llegando. Mengele era uno de los
pocos médicos de campamento que podía llevar a cabo la tarea de selección a
sangre fría, siempre en busca de gemelos.
Eva Mozes Kor, sobreviviente de Auschwitz relata "Cuando el tren se detuvo, escuchamos a
muchos nazis dando órdenes afuera. Envolviendo al campo había enormes muros con
alambres de púas. Todo allí era de un color tétrico. Uno debía obedecer
inmediatamente las órdenes o moría. Debía ser instantáneo, como un flash. Ello
decidiría entre la vida en el campo o la muerte en las cámaras de gas. Mi madre
nos sostenía a mí y a Miriam, mi hermana gemela de las manos. Nosotras nos
quedamos congeladas en ese lugar. Mi madre no nos soltó. Mi padre y mis otros
hermanos desaparecieron en la multitud, y jamás los volvimos a ver... De pronto,
apareció Mengele gritando en alemán "¡zwillingen, zwillingen!", es decir "¡gemelos, gemelos!". Se detuvo frente a nosotras y mirándonos a mi
hermana y a mí, preguntó si éramos gemelas. Mi madre no sabía qué decir; sólo
atinó a preguntar: "¿es eso bueno?" Allí, un oficial SS ordenó: "¡responda por sí o no!". Y mi pobre
madre dijo "sí, son gemelas". Mi madre fue enviada en una dirección,
y nosotras en la dirección opuesta. Cuando me di vuelta, la vi por última vez,
extendiendo sus brazos hacia nosotras..."
Eva Mozes Kor jamás volvería a ver a su
madre, y la colección de conejillos de india de Mengele
seguía creciendo. Regularmente enviaba los resultados de sus trabajos al Instituto Kaiser Willheim de Berlín, a su maestro von Verschuer. Mengele
luchaba contra el reloj para descubrir los secretos que permitieran crear una
raza aria pura, mientras la marea de la guerra se volvía adversa a Alemania.
Ciencia al servicio del odio
El
interés de Mengele en el genotipo humano rubio de ojos
azules es curioso, pues ni él ni sus superiores respondían a esa descripción. Mengele estaba fascinado por los ojos azules, y se decía
que tenía una colección de ellos en las paredes de su oficina, similar a una
colección de mariposas. Constantemente trataba de cambiar el color de los ojos
de los niños.
¿Por
qué podría alguien querer cambiar el color de los ojos? ¿Qué
hacía tan especial a los ojos azules? Mengele
intentaba responder mediante sus experimentos eugenésicos, ¿Por
qué la "raza superior aria" presentaba más cantidad de personas con
ojos azules, que con ojos de otros colores característicos de las razas
inferiores? Para resolver el intrincado rompecabezas genético Mengele tendría un poder de decisión absoluto: podía hacer
lo que quisiera.
Personificación del Demonio Nazi
Las
investigaciones de Mengele tenían un fin
claramente demarcado: lograr la absoluta perfección de la raza aria y asegurar
su reproducción. Es por ello que intentaba descifrar los secretos de los
nacimientos múltiples. Cuando se sabía que tocaba el turno de las rondas de Mengele, la tensión invadía por igual a prisioneros,
guardias y doctores de la SS. Todo
el mundo se aterrorizaba cuando comenzaba a revisar a los recién llegados, en
su frenética búsqueda de gemelos. Cuando él llegaba con su terrible voz, los
guardias nazis se aterrorizaban, y eso aterrorizaba aún más a los judíos. Mengele siempre se presentaba con su uniforme impecable y
sus botas de cuero perfectamente lustradas, muy elegante, como un caballero
refinado y aristocrático, caminando como si fuera dueño del universo,
absolutamente seguro de sí mismo, mirando a los ojos a cada uno de los recién
llegados. "Lo veíamos vestido inmaculadamente, con un par de guantes
de cuero en una de sus manos, y con un pequeño látigo para cabalgar en la otra.
La relación entre "sujetos" y "amo" es muy difícil de
explicar, y aún luego de haberla vivido, no puedo explicarla"
(Eva Mozes Kor).
Mengele sabía el efecto que causaba en las mujeres, y
calculaba perfectamente sus ademanes para lograr el resultado deseado. GiSSela Weird, una doctora judía
prisionera, recuerda: "Mengele se deleitaba
presentándose ante nosotras, exquisitamente perfumado... tan elegante y
atractivo... Vestía hermosas camisas de color azul. Muchas mujeres decían: “me
encantaría pasar la noche con él”. Era su forma de hacernos enloquecer: se debe
estar loco para respirar el humo de los crematorios, y seguir viendo en él a un
hombre tan atractivo como para pasar la noche".
En
otras ocasiones, su lado oscuro surgía descontrolado. Un sobreviviente lo
recuerda ejecutando a un joven de 17 años, por robar carbón. Mengele le disparó en ambas rodillas, luego lo tomó del
cabello y le disparó en la cabeza. "Robar está prohibido, y ustedes deben respetar las reglas
de este lugar" dijo, para luego salir caminando como si
nada hubiera ocurrido.
A
excepción de ocasionales visitas, Irenna
Mengele no convivía con su esposo. Auschwitz era muy poco
cosmopolita para ella, por lo que es dudoso que conociera cabalmente lo que
ocurría, como así también que Mengele le hubiera sido
fiel durante su estadía en el campo. "Mengele gustaba
seleccionar las más bellas mujeres judías para pasar sus horas libres. Las
hacía pasar una bella noche, tocando el piano. Pero en todos los casos, por la
mañana, las mataba" (Siegfried
Halbreich, sobreviviente). Mengele era un
excelente pianista. Incluso se conoce una grabación suya, cantando y tocando. A
menudo, tocaba para los invitados, mientras las notas se paseaban, macabras,
por el campo, hasta el amanecer.
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¿Estaba
Mengele loco, o
sufría otro desorden mental? ¿Acaso la búsqueda de los secretos genéticos
humanos, destruyeron todos los restos de conciencia en él? Las
opiniones varían, pero algo es seguro: Josef Mengele fue la
personificación del peor demonio. Se convirtió en un verdadero símbolo del
terror nazi. Es absolutamente imposible leer la acusación hecha contra él en la
ex Alemania Oriental, que describe cabalmente sus atrocidades, sin siquiera
dejar caer una lágrima. "Fuimos completamente sobrepasados por su monstruosidad"
(Eli M. Rosenbaum, director de la Oficina de Investigaciones Especiales del
Departamento de Justicia del Gobierno de los Estados Unidos). Lo más
importante es ver que su mente operaba como la de un científico, concentrándose
en sus estudios y experimentaba dejando de lado los sentimientos. "Realmente no
pienso que Mengele tuviera remordimientos por lo que hacía. Pienso que en su
mente de científico, justificaba lo que hacía. El nos inyectaba hasta cinco
inyecciones juntas, para ver qué pasaba. Muchas veces uno simplemente se moría.
No teníamos idea de qué eran esas inyecciones" (Eva Mozes Kor). Mengele
inyectaba en las venas toda clase de substancias, como fenoles, cloroformo,
nafta, insecticidas... Algunas veces, directamente en el corazón. El mataba a
los objetos de sus experimentos para hacerles autopsias. Hacía vivisecciones,
para estudiar los límites de resistencia a los traumas y el dolor en los seres
humanos. Una vivisección, es lo mismo a hacer la autopsia en un ser vivo. De
más está decir que lo hacía con la persona consciente y sin anestesia...
Obviamente, nadie sobrevivía. De esta forma, los experimentos de Mengele cobraron hasta 60 víctimas diarias.
Demente
o no, los experimentos de Mengele llegaron a su
fin. El invierno se acercaba y el Ejército
Rojo avanzaba hacia el campo de muerte. El 26 de noviembre de 1944, Einrich Himmler, máximo jefe de las SS, telegrafió a todos los Comandantes de Campo ordenando
suspender las muertes. Así comenzaría la huida de Mengele,
desde Auschwitz hacia una vida de constante tortura.
Últimos servicios al Führer
Antes
del desmantelamiento del campamento, Mengele hizo su
selección final, enviando a 461, de un total de 509 prisioneros recién
llegados, a una muerte instantánea. Fue su último servicio en Auschwitz . Con el sonido de los
cañones rusos cada vez más fuertes, Mengele reunió sus
registros y anotaciones, y el 18 de enero de 1945, el Ángel de la Muerte
desapareció para siempre.
"Los
experimentos duraron hasta el momento mismo en que se dio la orden a todos los
nazis, de abandonar el campo. Esa fue la última vez que vi a Mengele" (Eva
Mozes Kor). Así comenzó uno de los más grandes movimientos evasivos de la
historia.
Constante huida
Mengele dejó su uniforme de oficial de la SS, y vistió el de oficial de la Wehrmatch (ejército alemán) y se
dirigió a una unidad hospital que iba hacia el sur. Cuando finalmente, en mayo
de 1945 Alemania capituló, Mengele terminó en dos campos de prisioneros de los
aliados, ignorado por sus captores. Ello se debió a que él había pasado por
alto muchos de los trámites necesarios para ser parte de las SS. Esos trámites, capturados por los
oficiales aliados de Estados Unidos,
eran utilizados para determinar qué sujeto era arrestado en forma automática.
No hay documento que explique por qué Mengele carecía del
tatuaje obligatorio de oficial de las SS,
que se hacía en la parte interior del brazo izquierdo, dos pulgadas por debajo
de la axila. Antiguos doctores de las SS,
confirmaron que no estaba tatuado. Otro de los elementos que jugó a su favor
fue la urgencia con que los aliados liberaron a millones de prisioneros de
guerra alemanes. Mengele se retiró calladamente entre
la multitud, usando un nombre falso, y con la ayuda de su familia trabajó en
una granja de la zona de Rosenheimm,
cercana a su ciudad natal de Gÿinzburg.
Entre 1945 y 1949, fue visitado varias veces por Irenna. Ella no estaba feliz con la situación, aún cuando en 1942
dio a luz un hijo de Mengele, producto de
una de sus visitas a Auschwitz .
Las
listas de criminales de guerra circulaban por la República Federal de Alemania
y los doctores y oficiales de las SS
estaban siendo juzgados. Mengele estaba
atemorizado y pidió a Irenna que
huyera del país con él. Irenna se
negó. Decepcionado pero resuelto, huyó a Italia
en 1949; poco después abordó un buque que lo llevó a Buenos Aires. En Argentina
se sentiría seguro, gracias a una organización secreta conocida como ODESSA,
encargada de otorgar salvoconductos a antiguos oficiales SS. La presencia de comunidades alemanas ofrecía confianza, y
ciertas zonas de Argentina le
recordaban las montañas de su Baviera
nativa. Mengele se sentía como en casa, en su
residencia en la zona de Florida, en
Buenos Aires, viviendo bajo el
nombre de Helmut Gregor. Más tarde
en la década del ‘50, consideró que la caza de criminales de guerra había
terminado, y comenzó a decir su nombre. Incluso, habría llegado a obtener la
nacionalidad Argentina. Inició una
compañía de implementos agrícolas con su verdadero nombre... ¡Hasta
figuró en la guía telefónica!
Su
padre lo visitó y le informó que Irenna
demandaba el divorcio, a lo que él accedió. ¿Qué otra cosa podría hacer?
Era sólo una formalidad. Irenna
tendría su libertad y él seguiría adelante con su vida en Argentina. Tiempo después su abogado le informó que el Gobierno
alemán había mandado cartas al Gobierno argentino, solicitando la extradición
de nazis. Mengele cayó en pánico. Con la ayuda de ODESSA
huyó al Paraguay, donde tramitó su
ciudadanía. Bajo las leyes Paraguayas
ya no podía ser extraditado. En aquellos tiempos, este país era gobernado por
el dictador Alfredo StroeSSner,
descendiente de alemanes y admirador de los nazis. Seguro, aunque intranquilo, Mengele se dejaba ver en las calles de Asunción.
En
1960, en Argentina tuvo lugar el
secuestro de "Otto" Eichmann, a manos de
un comando de la policía secreta israelí. Eichmann
estuvo a cargo de la sección judía de la Gestapo y de los traslados a los campos de concentración. En Paraguay, Mengele
ya no se sentía seguro, e incluso antes de enterarse de la noticia, se ocultó
aún más. El MOSSAD, servicio secreto israelí y creador intelectual del
secuestro de Eichmann, estaba tras
sus huellas. En aquellos días, era un hecho público que perseguían a otros
jerarcas nazis, por lo que Mengele debió huir...
el juicio de Eichmann hacía eco en
sus oídos...
Eichmann fue sentenciado a la horca, y Mengele sintió también la soga en su cuello. Por ello,
decidió viajar al Brasil, donde se
ocultaría durante el resto de su vida, ya no como el Ángel de la Muerte, sino
como un hombre atemorizado, solitario y fugitivo. Cuando llegó a Brasil en la década del ‘60, su vida se
disuelve. Durante los siguientes años se reportaron varias apariciones. Fuentes
confiables como el Departamento de
Estado de USA, el Centro Simón WeiSSenthal
y el MOSSAD israelí identificaron a Mengele en lugares y estilos de vida aparentemente
contradictorios con su historia, con documentos falsos, bajo nombres como José
Mengele, Helmut
Gregor, o Wölgang Gërhard, con
la ayuda y protección del as de la Luftwaffe,
Hans Lücklobe, líder de la ODESSA que
también había ayudado a otros nazis como KlauSS
Altmann o "Barbie". Dos novelas se basaron en Mengele:
"Los niños del Brasil"
y "Hombre maratón",
ambas llevadas al cine, aumentando su reputación a proporciones míticas e
interfiriendo con la búsqueda que llevaban a cabo los Gobiernos de Alemania, Estados Unidos e Israel.
Impunidad
Las
recompensas ofrecidas por Alemania,
el Centro Weisenthal e Israel para
su captura, sumaban US$ 3,4 millones, cifra que hoy en día debiera ser
multiplicada por doce, una suma impresionante, pero que no dio resultados. En
junio de 1985, la noticia del descubrimiento de la tumba de Wölfgang Gërhard recorrió al mundo. Los
restos que habían permanecido bajo tierra desde 1979 fueron exhumados. El
equipo forense concluyó que eran los restos de Josef Mengele,
el nazi más buscado desde la Segunda
Guerra. Si esto era cierto, ¿cómo fue su vida desde su huida del Paraguay
en 1960, hasta su presunta muerte en 1979? En Brasil fue puesto en contacto con refugiados bávaros, todos ex
pertenecientes al movimiento nazi que se habían refugiado en Brasil luego de la guerra. Ellos se
alegraron al encontrar a Mengele en la frontera,
donde lo instruyeron sobre su nueva "identidad". Se disfrazó como un
suizo de apellido Stammer,
comerciante de implementos agrícolas. Una familia adoptiva que verdaderamente
llevaba el apellido Stammer, lo
estaría esperando. Además, fue entrenado para mantenerse anónimo, ocultarse y a
quiénes recurrir si alguien intentara detenerlo.
Mengele pasó dieciséis años viviendo con los Stammer en una granja cercana a Sâo Paulo, adquirida por la firma
alemana Mengele. En 1976 la convivencia con sus
familiares adoptivos se tornó imposible, por lo que solicitó una nueva familia.
Peter y Geza BoSSert se ofrecieron
para acoger a Mengele en su hogar, donde permaneció hasta
su muerte. Según testigos, Mengele pasaba sus
horas construyendo botes y jugando con los hijos de sus anfitriones. Su temor a
ser atrapado crecía, y siempre dormía en su pequeña y oscura habitación, con
una pistola al alcance. En 1976 recibió la visita de su hijo Rolf, quien luego declararía para una
revista alemana "Mi padre asegura que nunca hizo algo incorrecto en Auschwitz
. Dice que sólo seleccionaba prisioneros para trabajar, y nada más. Odio lo que
hizo, pero es mi padre, y quiero creer en él".
Su muerte
|
Según
la evidencia descubierta en 1985, 1979 sería un año marcado en la vida de Mengele. "En 1979 fue invitado a pasar un día de playa, a 50 millas
de Sao Paulo. Mengele se introdujo en el mar, hasta que el agua alcanzó sus
rodillas. En ese momento desapareció. Sufrió un ataque cardíaco, cayó al agua y
se ahogó. Cuando fue llevado a la playa, y a pesar de los esfuerzos, no pudo
ser resucitado". Geza
BoSSert hizo los arreglos para que Mengele fuera enterrado
en el cementerio de Ambu, bajo una
lápida que lleva el nombre de Wölfgang
Gërhard, y allí permaneció hasta su exhumación en 1985.
Expertos
forenses de Estados Unidos, Alemania e Israel se encargaron de las investigaciones. Se enviaron muestras
óseas a Inglaterra, donde existen
bancos de datos para su comparación. Esa comparación se retrasó muchos años
debido a que la ex esposa de Mengele, Irenna, y su hijo Rolf, se negaban a dar muestras de sangre. "Fue allí que
decidí ir a Alemania con mi hermana gemela, y durante tres semanas protestamos
frente a la fábrica Mengele. Yo simplemente dije: ¡nosotros entregamos la
sangre de millones en Auschwitz ! ¡Cómo pueden negarse a dar una simple gota,
para el estudio de la verdad!" (Eva Mozes Kor). Finalmente las autoridades alemanas presionaron a Rolf y a su madre, y se obtuvieron las
muestras requeridas. El examen de ADN dió
un resultado: el hombre sepultado en Ambu,
Brasil, fue el padre biológico de Rolf Mengele.
En
1992, el Departamento de Justicia,
cumpliendo con una solicitud del Departamento
de Estado de los Estados Unidos, publicó dos grandes volúmenes titulados
"En cuanto al tema Josef
Mengele". El informe concluía que Estados Unidos nunca tuvo relaciones con Mengele,
y que las investigaciones forenses determinaban que los restos exhumados en Brasil, correspondían a Mengele. Los gobiernos de Alemania e Israel
estuvieron de acuerdo con el informe. Otro extracto del informe del Departamento de Estado de los Estados
Unidos de 1992, concluye con que el hecho que el Ángel de la Muerte haya
sido capaz de perpetrar sus crímenes, para luego morir familiarmente como un
anciano en Brasil, evidencia de una
enorme conspiración para la impunidad.
A
pesar de todo ello, muchas de las víctimas o sus descendientes quedaron
inconformes con la forma de la muerte, e incluso con la veracidad de la misma.
"La
muerte de Mengele no se condice con el sentido de justicia. Si pensamos que
murió, quisiéramos que haya muerto de cáncer u otra enfermedad, muy lentamente,
órgano por órgano, y sólo luego de una muy larga y dolorosa agonía. Sin
embargo, y aunque hubiera estado consciente durante el ataque cardíaco, su
muerte se habría consumado en sólo dos o tres minutos. La muerte fue
terriblemente benévola con él, e injusta con nosotros" (Michael Rosembaum).
La
doctora GiSSela Weird, sobreviviente
de Auschwitz , quien hizo sus
estudios de medicina en la Alemania
de preguerra, afirmó: "Sé que todos los estudiantes de medicina realizan el
juramento de Hipócrates. Es como una página de la Biblia que Mengele ensució".
De hecho, alguna vez Mengele pronunció las
palabras sagradas del juramento hipocrático: "Si cumplo acabadamente con este juramento, ganaré para siempre
reputación entre los hombres, por mi vida y mi arte. Si lo transgredo, que lo
opuesto recaiga sobre mí". En cierta forma, su juramento se ha
cumplido: el Ángel de la Muerte, demonio-médico de Auschwitz , es un sinónimo universal de muerte y genocidio.
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//06 de Octubre, 2010 |
|
por
jocharras a las 13:04, en
Hombres Asesinos |
MIGUEL ANGEL SALINAS
La masacre de Rio Cuarto (Córdoba - Argentina )
|
Miguel A. Salinas. La torva y provocativa mirada de un asesino múltiple. |
La vida cotidiana
de Río Cuarto fue cortada de cuajo el 16 de septiembre de 1987. La
ciudad ya no sería la misma después de esa fatídica mañana, cuando un
grupo aún indefinido de delincuentes perpetró un baño de sangre inédito
en la crónica roja del país: la masacre del Banco Popular Financiero.
Ese luctuoso 16 de septiembre de 1987 se cumplían 32 años de la
Revolución Libertadora que derrocó al gobierno constitucional de Juan
Domingo Perón, 13 años del asesinato del dirigente gremial y ex
vicegobernador de Córdoba Atilio López, y 11 años de la Noche de los
Lápices, que sesgó la vida de seis estudiantes secundarios en La Plata.
Ese día, en la sucursal Boulevard Roca del Banco Popular Financiero de
Río Cuarto, siete trabajadores bancarios eran brutalmente fusilados con
un revólver Orbea calibre 38 Special, descargado por dos veces
consecutivas hasta acribillarlos con una docena de disparos para
llevarse el magro botín de 35.000 australes. El por entonces gerente de
la entidad bancaria, Roberto Vicente Denner, fue el único sobreviviente
de la matanza.
El atraco y múltiple homicidio se cobró las vidas de Jorge Garay,
José Rubén Bianco, Angel Angellini, Alejandro Angel Muzzio, Víctor
Meynet y Ricardo Ferreira.
En el juicio oral, llevado a cabo dos años después, fueron sentados
en el banquillo de los acusados el ex cabo de policía Miguel Angel
Salinas, su esposa María Rosa Boni, Francisco "Pancho" Nievas y Juan
Carlos "Garganta" Lucero. No fue llevado a juicio el ex policía Miguel
Angel Coy, a quien la Justicia dictó falta de mérito.
La extenuante zaga de audiencias en Tribunales no alcanzó a develar
las incógnitas que rodearon al luctuoso suceso. No se pudo acreditar si
actuó otro policía más, como aseguró Denner, dado que resultó fallido el
reconocimiento intentado en alrededor de 200 legajos policiales que
cubrieron adicionales en ese lugar desde enero de 1986 hasta el 16 de
septiembre de 1987.
Denner describió al supuesto copartícipe del asalto como una persona
de mediana estatura, robusta, de tez mate, bigotes y dientes cortitos,
de cabello oscuro y profundas entradas. Y dijo que vestía de civil en
oportunidad del asalto.
El caso estuvo rodeado de sospechas sobre la participación de
importantes personajes vinculados con el poder político y económico de
Río Cuarto. Al momento del atraco y múltiple homicidio, el Banco Popular
Financiero era la entidad privada más importante del sur de la
provincia.
Se hablaba de la existencia de una mesa de dinero y de actividades
vinculadas con el lavado, que nunca pudieron ser comprobadas pero que
revolotearon persistentemente en el imaginario colectivo. No fueron
pocos los que desconfiaron de la presurosa versión policial que dio por
resuelto el caso la tarde misma de ese negro 16 de septiembre, con la
aprehensión de un cabo de policía, su esposa y dos lúmpenes del bajo
fondo. Un trámite demasiado expeditivo para desentrañar el caso policial
más escalofriante de la historia de Río Cuarto.
En el múltiple crimen del Banco Popular se cruzaron personajes del
tenor del subcomisario Hugo Aspitia, denunciado por los organismos de
derechos humanos por su participación en la represión ilegal durante la
dictadura militar, que por entonces se despeñaba como Jefe del Servicio
de Adicionales de la UR 9; el comisario Carlos Enrique Barbero, a quien
Nievas acusó primero de apretarlo para que "limpiara" a Coy del hecho y
luego de haberlo presionado para incriminar al ex policía en la matanza;
o el mediático abogado Daniel Lacase, conocido recientemente en todo el
país por su intervención como portavoz del viudo de Nora Dalmasso en el
todavía irresuelto crimen del Golf Club, que en aquella oportunidad
actuó como defensor civil de las víctimas de la masacre.
El 16 de septiembre de 1987 Barbero estaba interinamente a cargo de
la policía por cuanto su titular, comisario Fernando Bornancini, se
encontraba en Córdoba. Ante el Tribunal, Barbero admitió que visitó dos
veces en la cárcel a Nievas, aunque negó haberlo presionado. Según su
relato, Nievas implicó a Coy: "Ese día fui en moto a buscar a Salinas y
nos fuimos con él y su mujer hasta la estación de trenes y allí nos
esperaba el otro milico. Vinimos caminando. Los dos policías adelante y
yo y la señora atrás tomados del brazo como si fuéramos una pareja. La
mujer y Coy se quedaron en las inmediaciones y Salinas y yo fuimos al
banco", dijo Barbero que le relató Nievas.
Un festín con olor a muerte
El testimonio de un perito en balística de la UR 9 fortaleció la
presunción de que fueron más de dos los participes de la masacre de Río
Cuarto y que al menos una de las víctimas fue ultimada fuera de la
oficina del gerente de la sucursal Nº 2 del Banco Popular Financiero,
donde posteriormente aparecieron acribillados a balazos los cuerpos de
los infortunados empleados.
El cabo Carlos Alberto Vizzio declaró que a Rubén Bianco, a quien
una docente de Escuelas Pías observó cuando lo obligaban a ingresar al
banco, le tuvo que haber disparado un segundo delincuente, que no era el
que lo redujo, apostado a más de un metro de la puerta. Y que luego lo
remató con un disparo ejecutado a menos de cinco centímetros de su
pómulo derecho.
Denner dijo que había escuchado algunos disparos fuera de la oficina
mientras estaba tirado en el suelo boca abajo junto a Garay, en tanto
que Muzzio y Angelini permanecían sentados respaldados contra una pared
con las manos tomándose las rodillas "en posición fetal". De haber sido
así, mientras dos sujetos reducían y asesinaban a Bianco, una o más
personas debieron permanecer custodiando a los empleados inmovilizados
en la gerencia.
El caso de gatillo fácil que produjo un festín de sangre con olor a
muerte en la sucursal bancaria riocuartense conmovió al país.
El cabo Guillermo Ireno Torres, quien fue el primero en llegar al
escenario de la masacre, relató el tremendo cuadro de sangre que
encontró en la entidad financiera. Estaba asignado en la localidad
serrana de Achiras y venía a Río Cuarto los días francos o de licencia
para cumplir adicionales en los bancos de la ciudad, donde tenía
radicado su domicilio. Frente al Tribunal dijo que esa mañana salió
desde la sede de la UR 9 con otro policía de apellido Gutiérrez para
hacer el adicional en la sucursal Nº 2 del Banco Popular Financiero,
donde debían ingresar a las 7.50. Por razones económicas, las
autoridades bancarias habían prorrogado en 45 minutos el ingreso del
personal de adicionales.
"Tocamos varias veces el timbre de la puerta, al no contestar nadie
mi compañero dio la vuelta al edificio para ver si veía algo. ¡Che
Torres! no hay nada, ¿qué habrá pasado?" le comentó Gutiérrez, "pero
como yo había visto la chata que traía los valores de la Casa Central
estacionada sobre la calle San José de Calasanz y con el motor en
marcha, le dije el flaco tiene que estar por acá y me volví a la parte
lateral del banco para golpear. Cuando golpeé la puerta ésta se abrió;
hago dos pasos dentro del pasillo y grito ¡Che!...¿no hay nadie acá?
Miro hacia todos lados y empiezo a ver piernas...al correr la vista más
allá le dije a Gutiérrez mirá qué es esto, ¡Dios mío esto es un
desastre!".
En su declaración, Torres señaló que los cuerpos de las víctimas
estaban boca abajo en la oficina de la gerencia esposados y que al menos
tres se encontraban con vida.
Al solicitar la pena de reclusión perpetua a Salinas y Nievas, el
fiscal Jorge Samuel Welner dijo el 8 de noviembre de 1989, al cabo de
dos horas y media de una medular e impecable exposición: "Pareciera que
hubieran descendido los Jinetes del Apocalipsis para sembrar la muerte,
el horror y la miseria".
Hay vida más allá del dolor La masacre de Río Cuarto
Nadie
pensó, ni piensa después de veintitrés años, que fue por un, si se
quiere, escuálido fajo de dinero. Quizá hubo algo más que un puñado de
australes. El ensañamiento fue tal que puede equipararse a la orden
cumplida por alquilados sicarios. En el imaginario colectivo se
instalaron rápidamente imágenes de encumbrados personajes del poder
político provincial, cuyos alcances inimaginables llegaban hasta la
misma cima policial. No era de extrañar, ya que aún se respiraba el tufo
autoritario de la dictadura militar en su estructura operativa.
Por
la tarde, a últimas horas del espeluznante día, uno de los más altos
Jefes policiales declaró que la investigación estaba casi cerrada y que
los culpables estaban todos detenidos. Acostumbrados como están los
argentinos a la lentitud de las investigaciones policiales e
instrucciones jurídicas, las declaraciones del jefe policial tuvieron un
regusto a sorna, y no hicieron más que agigantar sospechas sobre la
misma fuerza. Sospechas que días posteriores fueron colmando las
expectativas públicas, ya que Roberto Denner, el único sobreviviente de
la masacre y potencial testigo de cargo, dijo que en el hecho
participaron más de dos, no menos de cuatro. Se suma a esto la detención
de otro agente policial, ya que Nievas también sostiene que participó
otro sujeto más, y posiblemente policía. Pero es el propio Denner, en
los primeros momentos cuando reaccionó de las gravísimas heridas
recibidas, quien repetía constantemente que había habido seguro más
“milicos” en el hecho.
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Juez de Instrucción Eduardo Bustamante. No logró determinar cuantas personas actuaron en la masacre. Las dudas persisten aún.
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No
extrañó tampoco la cerrada posición del juez de instrucción Eduardo
Cesar Bustamante, quien al finalizar una gran movilización social al año
del sangriento suceso, se negó destempladamente a recibir un petitorio
que los organizadores le querían entregar solicitando se agilice la
investigación y así llegar al juicio. Al parecer la movilidad social lo
sacó de sus cabales y no justipreció ni supo ni pudo manejar con equidad
la situación. El mismo juez que luego se lamentaba que con esta causa
se había “ganado un desprestigio social fenomenal” (sic), fingía
desconocer así lo que la ciudadanía pensaba de él a priori. Es posible
que haya habido que tapar turbios manejos económicos en un banco que
hasta ese momento y en apariencias, era de crecimiento constante y
pujante. Pujanza devenida de una región que mueve ciento de millones de
dólares anuales, y que por ese entonces se repartía en cinco o seis
bancos entre estatales y privados.
Y
llegó el día del juicio. También llegó el día de la sentencia. Un
policía, Miguel Ángel Salinas; su mujer, María Rosa Boni y Francisco
Nievas fueron de acuerdo al tribunal los únicos culpables. Prisión
perpetua con accesorias ellos, cinco años para ella. Salinas, quien fue
el mayor responsable, fue liberado en 2007 por un ignoto juez de
apellido Arocena.
Esta
escueta reseña de un verdadero tema escabroso, de ribetes increíbles y
de dolores transidos, como fue la masacre de Río Cuarto al Banco Popular
Financiero, es para introducirnos a veintitrés años de ocurrida, en la
vida y pasión de los que a duras penas son sobrevivientes: sus
familiares. Una de esas familias reside en Las Higueras. Lo que sigue es
el sentido vía crucis de Sylvia Lorca, viuda de José Rubén Bianco, que
desde aquel 16 de septiembre de 1987, orada su vida pero no la vence.
Una prueba es ella. Otra prueba son sus hijos.
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Sylvia Lorca de Bianco: "El dolor es una llaga abierta a la eternidad" |
“Dolor.
Nada puede suplir el intenso dolor. Toda forma imaginable para paliar
el recurrente ir y venir del pensamiento, choca contra una barrera
grasosa de más y mayor dolor. No es dolor físico. Peor. Es una opresión
que aguza el alma con fuertes pinchazos de angustia. La tribulación no
cesa, en sentido contrario, se agiganta y más cuando se acerca la fecha
maldita. No puede espantarse el dolor con un agitar de manos, con un
cambiar de posición, con un desplazarse de aquí para allá o más allá o
más acá. La amputación de la presencia de Rubén es idéntica a la que
mencionan esas personas a las que han debido cercenarle un miembro. La
impresión es que está allí. Aunque no esté, el miembro ausente duele y
la mano para calmar va hacia él como si estuviese. Esta analogía no es
ociosa ni tampoco exagerada que ni el tiempo ha podido mitigar. Creo que
el dolor es actínico; nunca apagará sus brasas. Es una llaga abierta a
la eternidad”.
“Muchas
personas me dicen que esta situación es así porque todavía no he
realizado el duelo. Es posible que así sea. No en mi caso, es decir, no
para mí. He leído por allí alguna vez, que en psiquiatría se considera
una lista de situaciones donde el estrés está puntuado por el grado de
afectación. Es así que, quien ha perdido un hijo, tiene el mayor
coeficiente de tribulación y ocupa el primer sitial que la psiquiatría
le da por el elevado sufrimiento, por ser antinatural. El segundo lugar
llanamente lo ocupa la pérdida del o la consorte. No creo que una vida
compartida por elección y amor, pueda ser diluida con la simple acción
como se da vuelta la página de un libro. No. Esta acción es como barrer
bajo la alfombra. Es como presumir el olvido. Y el olvido, por su
esfuerzo, hiere más que la muerte”.
“Desde
esa fatídica mañana me he sentido en estado de orfandad. La oquedad
hizo más ostensible el recuerdo. El vacío imposible de llenar dejo de
ser una frase hecha. Cómo explicarles a mis tres hijos, que en ese
momento tenían ocho años, seis años y cinco meses, Julia, Federico y
Adolfo, la muerte de su papá. Aún hoy se me dificulta si quisiera
hacerlo con ellos ya mayores; estoy en ascuas y huelgan las palabras. La
leve atenuación del sufrimiento que el tiempo ejerce en su transcurso
sobre nosotros los humanos, es una cuestión de grado y es más
susceptible de unos a otros. He tratado con intensidad y gran dedicación
que ellos, primero en sus mentes de niños y hoy en la subjetividad de
adultos, puedan asumir la ausencia paterna”.
“Cómo
explicarles que unos cernícalos troncharon de cuajo la vida de seis
personas humanas, entre ellos, su padre. Cómo decirles que también toda
una ciudad, una provincia, un país, estaban azorados y sin hesitar ante
tamaña orgía de sangre. Cómo dilucidarles que todo ese ensañamiento pudo
haber estado dormido en la mente, y de pronto, así como así y como una
roja explosión, llegar a infringir la muerte de personas absolutamente
inermes, quizá por inducción, quizá por puro placer, quizá por odio,
quizá por envidia. Cómo sembrar en el alma desahuciada de mis hijos una
mínima esperanza, si mi propia alma giraba desconsolada (y aún lo hoy lo
hace). Puede explicarse. No puede creerse”.
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Adolfo Bianco: Su dedo admonitorio señala que Salinas es un asesino irredento.
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El
desconsuelo no es menor en el menor de sus hijos, Adolfo. “He pasado
todos estos años esperando a mi padre. La necesidad de su presencia fue
trastocando mi vida. Como dice mi madre, ella transitó toda clase de
especialistas y profesionales para poder hacer de mí el rescate más
positivo, para que tuviese una vida normal. Estoy más sereno pero eso no
quita la recurrente mueca de dolor cuando veo, por ejemplo, que alguien
puso en libertad al asesino Salinas. Yo no deseo la muerte de nadie,
pero quiero que él, particularmente él, hubiese terminado sus días en la
cárcel. Es un animal. Un asesino irredento. Una inmundicia humana. Un
irrescatable. Las víctimas, además de las seis viudas y sus hijos, ha
sido la sociedad en su conjunto”.
Hoy,
además de la pesada mochila, Sylvia continúa con una desigual lucha.
“Los emolumentos que recibo como pensión, no están ni estuvieron
ajustados a la categoría que tenía Rubén como gerente, es decir, nunca
fueron liquidados como corresponde. Tengo un largo juicio todavía
irresoluto, por cuestiones jurídico burocráticas. El juicio es con la
Anses. Pero aunque es problema, no tiene el tenor del dolor. Mis hijos,
profesionales ellos, siguen con sus vidas lo mejor que pueden. Yo
seguiré luchando para que todos encontremos sosiego. Hay vida más allá
del dolor”.
Sylvia
hoy es docente jubilada y eso le da libertad para participar
socialmente en obras que la dignifican aún más. No quiere atosigarse de
trabajo pero su entrega a la actividad social es incondicional. Dice que
lo aprendió de Rubén. “Tres veces me llamaron
asesinos a sueldo para
preguntarme si quería
que limpiaran a Salinas”Roberto Denner
Hace un año, la Justicia dejaba en libertad a Miguel
Angel Salinas, el delincuente más sanguinario de la historia policial
riocuartense. Roberto Denner, el único sobreviviente de la masacre del
Banco Popular Financiero, confió a PUNTAL que fue sondeado por sicarios
que se ofrecieron para eliminarlo
“¡Milico hijo de puta... me quiso matar pero yo le
cabeceé la bala!” Eso, le contó a su hermano, fue lo único que Roberto
Denner dijo cuando lo llevaban en estado desesperante en una ambulancia.
Boca abajo, con el mentón apoyado en la alfombra de la sucursal
Bulevard Roca del Banco Popular Financiero, el gerente supo que le
tocaba el turno de ser fusilado y lo único que pensó era que no debía
ser un blanco fácil. Encadenado como estaba, lo único que le quedaba era
sacudir su cabeza una y otra vez. “Por eso a mí me dieron el balazo
acá”, dice colocándose el índice detrás del cráneo. “Y la bala hizo un
recorrido hasta dañarme una vena, si me daba en la arteria no lo
cuento”. El “milico” no era otro que Miguel Angel Salinas, el policía
que había compartido largas horas de guardia en el banco junto a Denner
y a Jorge Garay, José Rubén Bianco, Angel Angelini, Alejandro Angel
Muzzio, Víctor Meynet y Ricardo Ferreira, los empleados que fueron
fríamente ejecutados por Salinas y por Francisco Nievas, “un ratero de
toda la vida que hasta entonces no había matado a nadie”, evoca el
hombre de la voz y la altura imponentes.
Veintiún años después de
aquella imposible mañana del 16 de septiembre de 1987, Denner se resigna
en la calma de su casa a un retiro forzado. A los 61 años se siente con
fuerzas para seguir trabajando. Repartió 300 currículum sin suerte. Su
esposa Graciela le sugiere que haga arreglos en su jardín y él retruca
de mala gana: “eso es trabajo de una hora y después qué hago”.
Las horas de ocio lo convierten en presa fácil de los recuerdos.
“No
te olvidás más. Por muchas razones, no te olvidás más. Todos los días
te acordás de algo. Siempre sale una anécdota de alguno de los muchachos
fallecidos. Lo tengo presente a diario y si no la gente te lo hace
acordar porque desgraciadamente en Río Cuarto todos me conocen como el
que se salvó y a mí me molesta porque no soy ningún héroe. Por ahí estoy
con un amigo y te presenta a otro y dicen “este es Denner el de la
masacre del Banco Popular”.
Hace un año, los familiares de las
víctimas y él sufrieron un nuevo cimbronazo cuando se enteraron, por los
medios, que un desconocido juez cordobés había liberado al ex cabo
Miguel Angel Salinas. A los pocos días, un sicario llamaba al
teléfono de su casa para ofrecerle matar al hombre que le arruinó la
vida. Era el primero de una serie de llamados. Nunca hasta ahora lo
había contado. Sólo la policía y su esposa lo sabían.
“Lo primero que le dije fue que lo denunciara a la policía”, interviene su esposa Graciela Roque.
Denner recuerda el episodio: -Pocos
días después de la liberación de Salinas recibí tres llamados anónimos.
Eran asesinos a sueldo. Eran voces masculinas. Dos dijeron ser de la
ciudad de Córdoba. Uno dijo que lo tenía de vecino en el barrio. Me
preguntaban qué quería que hiciera con él y cuánto había arriba.
-¿Cuál fue su reacción?
-Los
frené en el acto, les dije que estaban totalmente equivocados. “Vos no
sabés quién soy”, dije “vos creés que yo voy a andar haciendo eso”. En
el acto cortamos, y llamamos al departamento Investigaciones e hice la
denuncia. Porque suponte que lo hubieran matado, en el cruce de llamadas
yo quedo pegado. -¿La oferta de matarlo se repitió?
-Sí,
al otro día hubo otro llamado y al otro día otro. Siempre eran voces
distintas y, al tercer llamado para que me dejaran de molestar dije:
“tené cuidado con lo que decís porque tengo el teléfono intervenido y en
estos momentos te están grabando”. Eran macanas, pero cortó en el acto.
El segundo que llamó dijo “nosotros sabemos lo que le ha ocurrido a
usted en Río Cuarto, acá en Córdoba Salinas anda haciendo propaganda de
que hace trabajos de plomería, machimbre y electricidad, y la señora
tiene un kiosco”. “¿Y qué pasa con eso?”, les dije yo. “Y que podemos
llegar a un acuerdo si quiere que lo limpiemos”. Al jefe de
investigaciones lo llamé por teléfono y le pedí que dejara asentado mi
llamada en el libro policial, falta que después me acusen de instigador. -¿Sabe si ese tipo de insinuaciones les fueron hechas también a los familiares de los bancarios asesinados?
-No,
no lo sé porque después no he vuelto a estar con ellos. Los llamados
fueron después de la marcha que nosotros hicimos en la plaza. Siempre
eran llamados a la nochecita. Entre las 8 y las 9 de la noche. Ellos
decían ser de Córdoba, pero incluso podían ser de acá. Yo quería dejarlo
bien claro para no tener complicaciones. Más allá de que para mí ellos
tendrían que haber recibido la pena de muerte cuando los juzgaron. Pero
eso no existe en la Argentina lo que no significa que yo voy a salir a
matarlos. No voy a ensuciar el apellido mío y el de mi familia. -¿Cuál fue su reacción un año atrás cuando supo que lo liberarían?
-Lo
tomé muy mal. Me explicaron que lo soltaron porque a la causa se la
sacaron a los jueces de acá y la llevaron a Córdoba cuando crearon la
figura de los jueces de ejecución penal. El doctor Arocena es el que lo
libera a Salinas y lo tomé muy mal porque pienso que una sola persona no
puede decidir si están dadas las condiciones como para que una persona
quede libre o no. Para mí tendría que haber habido un tribunal. Pero... -¿Se lo imagina cruzándoselo?
-No.
Pero creo que estuvo acá. A mi me contaron que fue a un bar del centro a
tomar un café y el dueño del bar lo conoció y lo hizo retirar. Pero
bueno, son dichos. -Algo que puede o no ser cierto.
-No,
debe ser cierto porque quien me lo contó es una persona seria y además
no te olvides que él acá tiene familiares, así que puede ser totalmente
cierto. -¿Habló de este tema con los familiares de las víctimas?
-Ellos
tomaron pésimo el tema de la liberación. El año pasado hicimos todos
una marcha de repudio en el centro, es lo máximo que podíamos hacer.
-¿Usted está interesado en la vida actual de Salinas o prefiere no tener noticias de él?
-De
mi parte, no me interesa. Pero si me lo cruzo en la calle capaz que lo
ignoro, o incluso te digo más: lo marcaría. Si lo viera en el centro, lo
señalaría. “Este es Salinas, el atorrante que asesinó a seis compañeros
míos”. Lo marcaría para que salga corriendo. -¿Cómo juzga la reacción de la gente después de la liberación de Salinas?
-Toda
la gente con la que hablás está en desacuerdo. Digo, la gente mayor
porque hay mucha gente joven que no conoce del tema. Pero todos
manifiestan su repudio. El día que lo liberaron empezó a sonar el
teléfono desde las seis de la mañana, de los medios de todo el país. Yo
me desayuné así. -En una de las últimas visitas del
gobernador a Río Cuarto, familiares de Nievas pedían que Schiaretti
interviniera para lograr su liberación. ¿Cree que eso se producirá?
-El
está encerrado en la cárcel de San Francisco y tengo entendido que
tiene pésimo comportamiento. Si no lo han liberado es porque realmente
no tiene buen comportamiento. Pero a ese... no. Yo apunté siempre a
Salinas porque ahí había algo más espeso. Salinas no ha ido porque sí
como fue vestido de policía y a cara descubierta. Está claro que fue a
matar, pero hay algún protector de adentro de la policía, que yo no
puedo señalar con nombre y apellido porque no tengo las pruebas. -¿Las familias de las otras víctimas coinciden con usted?
-Con dos, coincidimos en el apellido de la persona. En su momento, era un alto jefe de la policía.
-Y el móvil era quedarse con el dinero.
-Y
sí. Nosotros recaudábamos muy mucho dinero. Pero lo que no tuvieron
presente, porque Salinas hacía como tres meses que no iba al banco, es
que habíamos cambiado la modalidad. Cuando estábamos excedidos en el
dinero que protege el seguro, nosotros llamábamos a casa central y
mandaban el blindado para llevarse el excedente. Así que el dinero que
se llevaron era más o menos 46.000 australes, es decir, cuarenta
sueldos míos, que era un dinero importante como para empezar el día pero
no eran los tocos de guita que veía Salinas. -¿Conserva las imágenes de esa mañana?
-Me
acuerdo de todo y puede venir acá el doctor Bustamante a pedirme que le
haga la reconstrucción del hecho que se la hago igual. Hasta el momento
en que yo recibo el disparo me acuerdo clarito de todo, todo, todo… -En que orden estuvo usted en el fusilamiento.
-Fui
el segundo. El primero fue Garay que estaba al lado mío. Estábamos boca
abajo Jorge Garay y yo, y nos mirábamos los dos. Yo lo tomé con calma,
¿por qué? Porque estaba esperando que de un momento a otro me dijeran,
bueno, muchachos basta esto es una maniobra de la policía para demostrar
que ustedes no toman las medidas de seguridad. Estaba esperando eso.
Incluso, cuando le disparan a Garay pensé que se trataba de una bala de
fogueo porque no vi sangre, no vi ningún gesto de dolor. ¿Me entendés? Y
después no se siente más nada. Después, cuando despierto, ya estoy en
la clínica.
-¿Cómo era su vínculo con Salinas?
-A
él lo conocía de antes de trabajar en el banco. Oíme, cuando yo era
jovencito practicaba natación y corría y la posta de cuatro por
cincuenta en natación la hacíamos un muchacho Magíster, Hugo Miloch,
Salinas y yo. Te estoy hablando de cuando yo tenía 17 ó 18 años. Con
Ferreira, otro de los muchachos fallecidos, Salinas iba a ver partidos
de fútbol juntos, porque Ferreira tenía televisor a color en su casa. Y
Ferreira, pobrecito, ese día perdió el ómnibus pero lo corrió y llegó
justo. ¡Cómo no lo perdió! Y el que terminó ligándola de arriba era el
viejito Angel que no tendría por qué haber estado. Don Angel Angelino
era parte del personal de limpieza y el tenía que entrar a las dos de la
tarde, pero como estaba aburrido todo el día le gustaba darse una
vuelta. Entonces, nos servía café, nos compraba masas, me iba a comprar
cigarrillos a mí. Aún hoy el gerente siente culpa por haber sido el
único que sobrevivió para contarlo. “El hijo de Bianco no conoció a su
padre. Tenía dos meses cuando pasó todo. Cada vez que me ve, me abraza
fuerte como si yo tuviera guardado recuerdos de su padre”.
Antes de la despedida, Denner evoca un último flash.
Dice
que hace un tiempo no le pasa, pero sabe que en cualquier momento
vuelve. Es una especie de alucinación, un sueño que se repitió una y
otra vez en estos 21 años que pasaron desde la trágica madrugada de
septiembre de 1987. Es una visión en la que aparecen en la pared que
tiene frente a su cama los rostros de “los muchachos” como dice él. “Los
veo como en esas fotos antiguas, con un marquito, están todos
sonrientes. Es como si me dijeran que están bien. Después me despierto”.
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//05 de Octubre, 2010 |
|
por
jocharras a las 22:32, en
Hombres Asesinos |
Historia de Angel Maturino Resendiz, el asesino de
las vías (Railroad Killer)
Primera de las imágenes de Angel Maturino
Resendiz
Angel Maturino Resendiz es el nombre comúnmente usado para referirse a Angel Leoncio
Reyes Recendis, asesino serial mexicano que cometió una serie de
terribles crímenes en suelo norteamericano desde 1997 hasta 1999 (Aun
se investigan otros antes de este intervalo de tiempo). Fue bautizado
por los medios y las corporaciones policíacas como 'El
asesino de las vías' puesto que la mayoría de los asesinatos
ocurrieron en localidades contiguas a las vías del tren. Se sabe que el hombre
transitaba con frecuencia de México
a Estados Unidos y hasta Canadá por lo que la verdadera cantidad
de crímenes que haya cometido permanece desconocido.
Fichado por la policíaSegún el especialista John
Douglas el perfil de este asesino corresponde al tipo de los desorganizados
y a pesar de que este tipo es de los más fáciles de atrapar por su poco
inteligente y nada sofisticada manera de conducirse, Resendiz por su exclusivo modus operandi evadió eficientemente a la ley por mucho tiempo a pesar de que
los esfuerzos para capturarlo eran considerables.
Escoltado por oficiales de la corte
La infancia de Resendiz no se caracterizó por la unidad
familiar ni por un ambiente de solidez y valores. Al parecer no vivió con su
madre, sino con otra familia y su vida era en las calles, expuesto a una vida
pendenciera y fuera de conducta. Según su madre, pudo ser incluso atacado
sexualmente por los homosexuales de Puebla.
A los 16 años ya estaba cruzando ilegalmente la frontera a los Estados Unidos.
La supuesta esposa del asesino de las vías,
Julieta Reyes
Los crímenes que se le conocen o que le son legalmente atribuidos
siguieron un procedimiento similar, siendo que las victimas vivían junto a las
vías de algún tren. Aprovechando la oscuridad y soledad de dichos vecindarios
entraba en la casa de cualquier persona a robar objetos de valor y dinero.
Cuando la víctima llegaba era brutalmente atacada con cualquier objeto u
herramienta que estuviera a mano. Los oficiales de policía consideraban a este
sujeto como extremadamente peligroso por la variedad de objetos que usaba para
matar a sus víctimas. Ya fuera un martillo o una roca, cualquier cosa le era
útil. A pesar de que el hombre no era de gran complexión física, para las
víctimas fue como si los hubiera atacado un gigante por la furia y malignidad
del ataque sufrido.
Resendiz platicando con su abogado durante el juicio
Las victimas nunca fueron de características específicas,
siguiendo el patrón del criminal desorganizado que ataca basado en la
oportunidad del momento. Atacó tanto a jóvenes parejas universitarias como a
adultos mayores de más de 80 años. A algunas de ellas las violó antes de
asesinarlas aunque no era el objetivo primario en el, pero insistimos, si se
daba la oportunidad de violar y hacer más daño lo hacía sin mayores
miramientos. Consumidor de alcohol y drogas como era, robaba para continuar con
sus vicios y varias veces tomó los vehículos de las victimas para
transportarse. De hecho así fue como se le pudo conectar con varios crímenes,
por las huellas dactilares y los restos de sangre que transportaba de un sitio
a otro.
Drew Carter el joven Marshall texano que capturó
al asesino
Los registros criminales de Resendiz en los Estados Unidos son tan extensos que más
bien parecen una novela de terror. Desde los 16 ya era deportado desde Bronxville Texas, luego se sabe que
falsificando su identidad hasta participó dos veces en elecciones locales. En
1979 fue sentenciado a 20 años de prisión en Florida por robo y asalto, pero después de 6 años fue liberado y
deportado a México. En 1986 purgó
pena de 18 meses por pretender poseer la ciudadanía estadounidense. En Nueva Orleans en 1988 también fue
encarcelado por posesión de arma de fuego pero fue liberado al año. En San Luis el mismo año fue condenado a
purgar 30 meses de cárcel por intentar defraudar al sistema de seguridad
social. Y así varias veces mas fue fichado por delitos de variada gravedad. Lo
increíble del asunto es que cuando ya era uno de los hombres más buscados por
el FBI la falta de coordinación
entre las autoridades judiciales impidió detener al asesino a pesar de que
migración lo había detenido. El sistema falló en identificar a Resendiz
como un criminal peligroso y fue deportado para que regresara a matar más gente
en los Estados Unidos. John Douglas había predicho
precisamente que la falta de coordinación y de un sistema de base de datos que
relacionara las detenciones impediría la captura del Railroad Killer. Y así fue...
Escrito del Railroad Killer (descargar para ver
tamaño real)
La esposa de Resendiz,
o al menos eso se cree que es, se puso en contacto con la policía
norteamericana y les entregó diversas joyas que habían sido regalo de su
esposo. Posteriormente los familiares de las víctimas reclamaron la mayoría de
los objetos. Entonces ya se tenía claro quién era el criminal, solo era
cuestión de atraparlo ¿ pero cómo?
Así fue que Drew Carter, un joven
agente de Texas entró en contacto
con la familia de Resendiz, quien tiene varios familiares
esparcidos por Estados Unidos y fue
la hermana quien negoció un trato con Carter
con el objetivo de mantener a salvo a su hermano. Se dice la hermana deseaba
que el FBI no matara a su hermano y
a la vez ya había caza recompensas merodeando la frontera. El trato consistía
en proteger la vida de Resendiz y de aplicarle una prueba
psicológica. En ningún momento se negoció la no pena capital, ni el posible
resultado de un juicio. Lo curioso del asunto es que todos sabían que Texas es uno de los lugares donde más
ejecuciones son efectuadas por crímenes como estos. Prácticamente estaba
asegurada la pena capital.
Víctimas:
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Christopher Maier
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Claudia Benton
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Los señores Sirnic
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Noemi Dominguez
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Josephine Convicka
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George Morber
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Carolyn Frederick
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- 29 Agosto 1997 Lexington Kentuky, Christopher
Maier 21 años, atacado cuando caminaba con su novia junto a las
vías del tren, ella también fue atacada y violada pero sobrevivió para
identificar a Resendiz
como el asesino.
- 4 Octubre 1998 Hughes Spring Texas, Leafie Mason
87 años, es golpeada con objeto contundente de metal en la cabeza. El
asesino había entrado por la ventana de su departamento, del cual la
puerta principal estaba frente al paso de las vías.
- 17 Diciembre de 1998 Houston Texas, Claudia Benton
39 años, al llegar a su casa es violada apuñalada y golpeada con objeto
contundente hasta la muerte. Su hogar estaba cerca de líneas ferroviarias.
Mediante las huellas digitales halladas en la Jeep Cherokee de la víctima se identifica a Maturino,
quien ya es un conocido ilegal en Estados
Unidos. Pero no se le culpa directamente con el crimen de la Dra. Benton.
- 2 Mayo de 1999 Weimar Texas Norman y Karen Sirnic 46 y 47
años respectivamente. Ambos son asesinados ya muy noche en la parroquia de
la cual era reverendo Norman Sirnic, ambos por golpe con objeto
contundente. Obviamente la iglesia estaba junto a las vías que pasan por
el pueblo. Tres semanas después es hallado en San Antonio el Mazda rojo
de la pareja y mediante evidencia forense se vincula el incidente al de la
Dra. Benton.
- 4 Junio de 1999 Houston Texas, Noemi
Dominguez 26 años, maestra de escuela golpeada con un tubo
hasta la muerte en su departamento junto a las vías. Siete días después su
Honda Civic color blanco es
hallado cerca del puente internacional en Del Rio Texas.
- 4 Junio de 1999 Fayette County Texas, Josephine
Convicka 73 años, muere por heridas en la cabeza con una
herramienta de jardín mientras dormía en su casa que estaba junto a un
lote de trenes y las vías. Esta vez el criminal no pudo llevarse el auto
debido a que no pudo hallar las llaves.
- 15 Junio de 1999 Gorham Illinois, George Morber
de 80 años por disparo en la cabeza y momentos después la hija de este, Carolyn
Frederick de 52 por golpes en la cabeza. La casa de ellos
estaba a no más de 90 metros de las vías del tren. Al día siguiente un
conocido reconoce la pick-up roja
de Frederick
manejada por un sujeto que coincide con la descripción de Resendiz, esto fue Cairo Illinois.
- Hay un par de crímenes que
le son atribuidos del 23 de Marzo de 1997 en Ocala Florida. Jesse Howell de 19 años y Wendy VonHuben
de 16 años asesinados a golpes y enterrados a ras de suelo.
- El 12 de Abril del 2006 la
policía de San Antonio dio por
resuelto el caso de Michael White
hombre que murió de un tiro en un lote vacío de San Antonio. Resendiz dio
datos precisos sobre este crimen que lo convirtieron en sospechoso del
mismo. Este asesinato tuvo lugar en 1991.
Ahora este ángel espera su
ejecución
Actualmente
Angel Maturino Resendiz espera su cita con la muerte, su
ejecución está programada para el 27 de Junio del 2006 por la muerte de Claudia Benton,
aunque obviamente esta a la espera de su apelación en la quinta sala de
apelaciones de la Corte.
Ejecutará hoy Texas al ´Asesino del
Ferrocarril´
Poblano
de origen, espera recibir clemencia; el anuncio sobre el dictamen de la junta
se dio a conocer en momentos en que los abogados de Maturino Reséndiz, apodado El
Asesino del Ferrocarril, solicitaron al Tribunal Supremo de EU que intervenga en favor del condenado
El Universal
Martes 27
de junio de 2006
WASHINGTON (Agencias).- La Junta de Amnistía y Libertad bajo Palabra del estado de Texas rechazó ayer conmutar por cadena
perpetua la pena de muerte al mexicano Ángel Maturino Reséndiz, cuya ejecución está
programada para hoy, martes, en el penal de Huntsville. Fuentes judiciales dijeron que la junta también rechazó
aplazar 180 días la ejecución, programada para las 18:00 horas. El anuncio
sobre el dictamen de la junta se dio a conocer en momentos en que los abogados
de Maturino
Reséndiz, apodado El Asesino del Ferrocarril,
solicitaron al Tribunal Supremo de EU que
intervenga en favor del condenado. Otra posibilidad de que Maturino eluda la ejecución está
en manos del gobernador de Texas, Rick Perry, a quien le ha pedido
clemencia y que le conmute la pena capital por cadena perpetua. Ayer mismo, el
canciller Luis Ernesto Derbez se
comunicó con el gobernador de Texas,
Rick Perry, para solicitarle el
postergar 30 días más la ejecución de Angel Maturino Reséndiz a fin de analizar los
recursos que México ha interpuesto
para evitar su ejecución. México
espera que con base en la inconstitucionalidad de someter a la pena capital a
enfermos mentales, Maturino Reséndiz sea librado de esta
sentencia. Maturino
Reséndiz, de 46 años y originario de Puebla, fue condenado a recibir una inyección letal en la prisión
de Huntsville por el asesinato en
1985, de la doctora Claudia Benton. Benton, de 39 años, forma parte de
un grupo de al menos 13 personas asesinadas en un período de 16 meses que
terminó en junio de 1999 con un doble crimen en Illinois. La mayoría de los crímenes fueron perpetrados cerca de
estaciones de ferrocarril. El 13 de julio de 1999, Reséndiz se entregó a la policía
en el puente internacional de El Paso.
La semana pasada, un juez de Houston dictaminó
que Maturino
Reséndiz está en plena capacidad de sus funciones mentales, con lo
que rechazó los alegatos de sus abogados, que afirmaban que el condenado está
loco y convencido de que resucitará tres días después de la ejecución. Ayer se
informó que Reséndiz
pidió que su cuerpo sea donado para la investigación médica en caso de ser
ejecutado, acto que marcaría el fin de una tregua de cuatro años en las
ejecuciones de mexicanos en cárceles de EU.
La última tuvo lugar el 14 de agosto de 2002, en Texas, y fue la de Javier
Suárez Medina.
9.36 PM 27
Junio del 2006, ya descansa en paz Angel
Maturino Resendiz
Ejecutan
al mexicano Angel Maturino Resendiz en
Texas
Fuente: Notimex
El mexicano Angel Maturino Reséndiz fue ejecutado con
inyección letal en la cámara de la muerte del estado de Texas por uno de los 15 asesinatos a los que fue vinculado. Reséndiz,
conocido el "homicida de los rieles", se convirtió en el sexto mexicano
en ser ejecutado en Estados Unidos
desde 1976 cuando la Suprema Corte de
Justicia restableció la pena capital. "Dejé
que el diablo manejara mi vida", dijo Maturino Reséndiz en lo que
fueron sus últimas palabras antes de morir, Al cabo de una respiración
profunda, el mexicano dijo con tranquilidad: "perdóname
mi Dios. Diosito santo, aquí vengo mi diosito", Por primera
vez desde que inicio su proceso legal, Maturino Reséndiz aprovechó sus últimas
palabras para dirigirse a sus víctimas y a sus deudos. "Solo quiero saber que existe en su corazón perdón para mí"
agregó. La inyección letal le fue aplicada a las 20:05 horas locales (01:05
GMT del miércoles). Siete minutos después fue declarado físicamente
muerto. Antes de la ejecución, la Suprema
Corte de Estados Unidos en pleno rechazó las cinco apelaciones pendientes
que pedían el aplazamiento de la pena capital contra el mexicano. Una fuente de
la Corte dijo, sin embargo, a Notimex
que dos de los magistrados votaron a favor de la posposición.
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