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Este Blog, no es de carácter científico, pero si busca seriedad en el desarrollo de los temas.
Está totalmente dirigido a los amantes del género. Espero que todos aquellos interesados en el tema del asesinato serial encuentren lo que buscan en este blog, el mismo se ha hecho con fines únicamente de conocimiento y desarrollo del tema, y no existe ninguna otra animosidad al respecto.
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Jorge Omar Charras
ajedrez, informatica, casos reales, policiales etc.
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| « Entradas publicadas por jocharrasMostrando 11 a 20, de 188 entrada/s en total:
//19 de Diciembre, 2011 |
|
por
jocharras a las 22:16, en
Hombres Asesinos |
Javed Iqbal
El peor asesino en serie en la historia
de Pakistán, juzgado según la Ley
del Talión.
Javed Iqbal fue detenido en diciembre
de 1998 después de que en un acto de exhibicionismo enviase una carta a la
Policía en la cual confesaba haber estrangulado a un centenar de jóvenes.
Además de mofarse de la incapacidad de las autoridades de atraparlo y ponerlo
entre rejas, en ella explicaba cómo había cortado en pedazos los cuerpos de sus
víctimas, de las que abusaba sexualmente antes de asesinarlas, y luego
depositaba los restos en una tinaja con ácido para hacer desaparecer los
cadáveres.
Esta carta desencadenó una auténtica caza al asesino, que se prolongó durante
un mes y concluyó con la captura de un ingeniero químico de 42 años llamado Javed Iqbal, que se convirtió así en el
criminal más buscado en los 53 años de historia independiente de Pakistán,
donde son muy raros los casos de asesinatos en serie.
El 30 de diciembre, en otro acto de exhibicionismo típico de este tipo de
criminales, Iqbal se había presentado
en las oficinas de "The News",
un periódico de la ciudad Paquistaní de Lahore. En la redacción de dicho
periódico declaró que no sentía remordimientos por haber matado a 100 niños,
pero que podría haber matado a 500 y que si sólo asesinó a 100 fue porque no
quiso ir "más allá".
Confesó a los periodistas que había actuado así en protesta por los malos
tratos que sufrió de las Fuerzas de Seguridad, y que temía por su vida
si se entregaba directamente a la Policía, por ese motivo había acudido al
periódico local.
Las primeras investigaciones policiales
acerca de este caso de desaparición de menores condujeron pronto a la casa que
el ingeniero compartía con sus cómplices. Allí se encontraron unas fotografías
de 100 niños muertos y las ropas que muchos de ellos llevaban cuando
desaparecieron. Asimismo se hallaron los restos de dos cadáveres en una tinaja
azul.
Casi todas las víctimas procedían de familias muy pobres o eran mendigos, y en
algunos casos habían pasado meses de la desaparición hasta que las familias
presentaron las denuncias. La gran mayoría fueron identificadas por sus
familias a las que fueron mostradas las fotografías. El presunto asesino afirmó
que las fotografías eran tomadas por sus dos cómplices que, según añadió, eran
homosexuales, aunque negó que él lo fuera.
Durante el juicio, el ingeniero negó la versión de los hechos relatada en la
carta que había enviado a la policía, y afirmó que había sido detenido por
error.
En el trascurso del mismo un total de
105 testigos de la acusación prestaron declaración ante el tribunal, mientras,
la defensa no presentó ninguno.
Al final, la sentencia emitida por el juez de acuerdo con la "Sha’aria", (Ley del talíon)(tradicional ley islámica) lo ha
hallado culpable y ha solicitado el "ojo por ojo y diente por diente".
La sentencia del tribunal de Lahore es que el asesino deberá ser
ejecutado en el parque público más popular de la ciudad de la misma manera que
él ejecutó a sus víctimas.
"Morirá
estrangulado delante de los padres de los niños a los que ha matado, y su
cuerpo será cortado en cien pedazos que serán depositados en ácido, como usted
hizo con los niños", han sido las palabras del juez.
Uno de los cómplices de Iqbal, Sajid
Ahmad, de 17 años fue también condenado a muerte porque participó en cada
uno de los asesinatos. También Mamad Nadeem, de 15 años fue hallado
culpable de los crímenes de trece de las víctimas ha sido condenado a 182 años
de prisión (14 por cada uno de ellos),
al igual que Mamad Sabir, de 13 años, a 63 años de cárcel.
Tras oír la sentencia en una sala abarrotada de público, Iqbal juró por su honor que era inocente,
luego firmó el fallo y fue conducido a la prisión.
Su abogado defensor, Najeeb Faisal Chuadhry, declaró a la prensa que
pensaba apelar a la sentencia y si fuera necesario llevaría el caso ante el Tribunal
Supremo. En este caso, la ejecución se podría demorar durante años.
La sentencia fue criticada duramente por grupos de derechos humanos e incluso
por el Concilio de Ideología Islámica, pero la corte de Lahore no
dio paso atrás.
Como quiera que sea la sentencia jamás llegó a cumplirse. La mañana de 8 de
octubre de 2001, apenas cuatro días antes de que la Sha'aria rindiera su veredicto final, las autoridades de la
prisión de Kot Lakhpat hicieron pública la muerte de Javed Iqbal y su cómplice Sajid Ahmad,
ambos fueron encontrados en sus celdas ahorcados, al parecer, con sus sábanas.
Las autopsias revelaron que ambos habían sido golpeados y algunas declaraciones
de guardias y custodios no parecían ser del todo verdad, pero a fin de cuentas
las autoridades dictaminaron "suicidio".
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//19 de Diciembre, 2011 |
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por
jocharras a las 21:04, en
Hombres Asesinos |
Richard Speck
El
protagonista de hoy suele encasillarse como uno de los asesinos en serie más
brutales de la historia americana aunque si bien es cierto sólo mató en una
noche a ocho chicas estudiantes de enfermería, de todos modos su hazaña no
desmerece para relatar su cruel matanza como uno de los asesinos, eso sí, más
despiadados de América.
Nuestro
amigo nació el 6 de diciembre de 1941 en Kirkwood,
Illinois. donde vivió sus primeros años hasta que su familia se mudó a Dallas, (Texas). El 7º de ocho hermanos, sufre la pérdida de su madre con
tan solo 6 años. El ambiente familiar no es el más propicio para su
desarrollo pues su padre, hombre de bien pero alcohólico perdido no sería
buena influencia para nuestro chico. En su adolescencia fue arrestado 10
veces por robos y alteraciones del orden. Gamberro, brusca broncas y pequeño
delincuente, no tardó en abandonar la escuela técnica para trabajar como
jornalero, carpintero y basurero.
Se casa a
los 20 años con Shirley Malone de 15. Tuvieron una hija que quedó bajo la
custodia de su madre en 1966 tras la separación solicitada, como no, de Shirley,
tras continuos abusos tanto a ella como a su madre. Se presumía que duraría
poco el matrimonio pues estuvo largo tiempo en prisión.
En julio
de 1966 se establece en Chicago
para buscar ayuda en su hermana y encontrar trabajo en un barco que partiera
a Nueva Orleans. Su hermana le da
25 dólares y lo lleva al departamento de contrataciones de la Unión Marítima. Durante 4 años
intentó sin éxito conseguir trabajo en un barco.
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El
departamento de contrataciones de la Unión
se encontraba muy cerca del 2319 de la calle 100, donde ocho estudiantes de Enfermería vivían en una casa
perteneciente al Hospital de la Comunidad de Chicago. Una de las estudiantes, Cora Amurao, estaba en la cama
cuando golpearon en la puerta de su habitación. Abrió la puerta y se encontró
cara a cara con nuestro hombre, Richard Speck, apuntándole directamente con un
arma.
La joven
filipina, estudiante de intercambio, junto con sus dos compañeras, fue llevada
hasta una habitación trasera con otras tres enfermeras. Speck les aseguró a las chicas
que no tenía intención de agredirles pues solo quería dinero para llegar a Nueva Orleans. Las chicas rápidamente
cumplieron con lo pedido.
El hombre
armado habló deliberada y claramente, pero apestaba a alcohol. Speck
les dijo a las chicas que se acostaran. Metódicamente, ató a cada una, mano con
pie, con sábanas despedazadas. Mientras tanto les aseguraba: "No se asusten, no voy a asesinarlas".
Richard Speck desató los tobillos de Pamela Wilkening
y la sacó de la habitación. Al poco tiempo, Mary Ann Jordan y Suzanne Farris
llegaron y se les hizo unirse a sus compañeras enfermeras.
Las dos
últimas fueron retiradas de la habitación. La próxima en salir fue Nina Schmale.
Pasaba un período de 20 a 30 minutos entre la ausencia de cada chica y la
vuelta de Speck.
Durante uno de estos períodos, Cora Amurao rodó debajo de la cama para
esconderse, cosa que salvó su vida.
Merlita Gargullo, Valentina Pasion, Patricia Matusek
y Gloria Davy
fueron llevadas individualmente fuera de la habitación. Mientras tanto, Cora Amurao
estaba acostada en silencio debajo de la cama, totalmente aterrorizada mientras
escuchaba los sonidos de violación y asesinato. Finalmente, el silencio se
apoderó de la casa.
A las seis
de la mañana Cora
Amurao escapó de su escondite. Saltó los cuerpos de sus compañeras
hasta un alféizar al ras del piso que iba a lo largo del frente de la casa. La
señorita Amurao
gritaba: "Ayúdenme, ayúdenme. Todo el mundo está
muerto. Soy la única viva en el barco". En su estado de
terror, pensó por un momento que estaba de vuelta en Filipinas.
La extraña
visión de una chica gritando histérica, pronto atrajo a un transeúnte a la casa
del horror. Cora
Amurao era la única de las nueve chicas que sobrevivió a Richard Speck.
Sus ocho compañeras estaban muertas, todas violadas y acuchilladas o sofocadas
hasta morir.
La trágica
escena de las víctimas mostraba a Gloria Davy desnuda y atada con unos nudos
demasiado perfectos, con un paño alrededor del cuello y su cabeza colgando del
sofá, en sus nalgas habían rastros de semen. Patricia Matusek desnuda en el baño,
sus braguitas blancas bajadas mostraban el vello púbico. Nina Schmale en la habitación junto
a las demás, había tanta sangre derramada que apenas se les reconocían, su
vestido levantado hasta el pecho con las mismas ataduras y nudos de iguales
características, algo profesionales. Pamela Wilkening de 18 años, amordazada y
apuñalada en Corazón,
cuello y pecho, su cuerpo yacía en el reguero de sangre. Mary Ann Jordania con tres
apuñaladas en el pecho, cuello y ojo. Valentina Paison de 24 años, tumbada hacia abajo,
con profundos cortes en su garganta y sobre ella, como si de una muñeca se
tratase, se lanzó a Merlita Gargullo, apuñalada y también
estrangulada.
|
Cora Amurao
|
Cora describió a Speck a la policía, alto, rubio
y con voz cansina del meridional. Su descripción y los detalles de los
asesinatos múltiples recibieron mucha publicidad. Veinte minutos después de que
el informe fuera entregado a los patrulleros, la policía supo que un hombre que
cuadraba con la descripción había dejado dos bolsos en una gasolinera. Había
mencionado que estaba buscando trabajo en la Unión Marítima Nacional. Un chequeo con la Unión confirmó que un tal Richard Speck estaba buscando una litera en un
barco que saliera para Nueva Orleans.
La fotografía de Speck estaba fichada con la Guardia Costera de EEUU. Cora escogió una foto de un grupo de retratos de
la policía.
Gloria Davis P. Matusek P. Wilkening Mary A. Jordan Suzanne Farris Nina Schmale Merlita Gargullo Valentina Pasion
El FBI comunicó a la policía de Chicago el detalle del brazo izquierdo
de Speck
, tatuado con las palabras "Born to raise hell" . Sus
huellas digitales concordaban con varias huellas tomadas de la residencia de
las enfermeras.
Speck logró juntar los 90 centavos para
quedarse en el hotel Starr en la
calle West Madison en el distrito Skid Row de Chicago. Se registró como B.
Brian. Allí, Speck leyó un recuento de los asesinatos y, enseguida, se
cortó su muñeca derecha y su codo izquierdo. Mientras su sangre caía sobre el
piso, gritó a través de las delgadas paredes al hombre de la habitación de al
lado: "Ven a verme, tienes que venir a verme. Hice
algo malo".
El vecino no
respondió. Speck
salió arrastrándose de la habitación, chorreando sangre. Un empleado llamó a la
policía. Speck
fue llevado inmediatamente al Hospital
Cook County.
El doctor LeRoy Smith miró la lista de pacientes,
B. Brian y pensó que se parecía
bastante al fugitivo del que todos hablaban que había matado a ocho enfermeras.
El doctor lavó un poco la sangre seca que cubría el tatuaje. Descubrió las
palabras "Born to raise hell". El doctor Smith se acercó y preguntó: "¿Cuál es su nombre?". Obtuvo
la tenue respuesta: "Richard Speck". Así es como se dio caza a
nuestro asesino.
Richard Speck se recuperó para presentarse a
juicio por ocho cargos de asesinato. A un jurado de Illinois sólo les costó 46 minutos para hallarlo culpable por los
ocho cargos. Fue sentenciado a muerte.
En 1972,
cuando la pena de muerte fue prohibida momentáneamente en EEUU, Speck
estaba sentenciado a morir. Fue sentenciado nuevamente de 400 a 1.200 años en
prisión.
El 5 de
diciembre de 1991, Richard Speck murió en prisión por un ataque
cardíaco. Como nadie reclamó su cuerpo, fue quemado por los oficiales de la
prisión.
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//19 de Diciembre, 2011 |
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por
jocharras a las 21:02, en
Hombres Asesinos |
Este
japonés había mencionado en algunas entrevistas que era el tipo de hombre que
la mayoría de mujeres no encontraría atractivo. Sabedor de su falta de
atractivo físico y de su extrema timidez, estaba obsesionado con tener a su
lado "la mujer perfecta". El libro "Asesinos Caníbales"
de Moira Martingale, describe a Issei Sagawa
como un estudiante japonés inteligente, obsesionado con las mujeres altas de
rasgos occidentales. Su fantasía se hizo realidad mientras estudiaba Literatura
Inglesa en la Universidad de Wako en
Tokio, allí se relacionó con una
mujer alemana que daba clases de idiomas. "Cuando
me encontré a esta mujer en la calle, me pregunté si podría comerla".
Un día de verano, se coló en su apartamento e intentó matarla. Para su deleite,
ella estaba dormida y tenia ropa pequeña que cubría algo de su cuerpo. Busco
algo para apuñalarla o golpearla y descubrió un paraguas. Sin embargo, antes de
que pudiera hacer algo, la mujer se despertó y lo descubrió, gritó desesperada
provocando la huída del intruso por lo que empezó a investigar y vigilar a sus
potenciales víctimas para planear sus ataques. Su fantasía se vuelve hacer
realidad cuando viaja a París y
encuentra a la mujer que nunca pudo sacar de su mente. Su piel blanca, la forma
carnosa de sus nalgas y sus bonitos senos le habían enamorado. Empezó a
conquistarla. Sagawa
creía que el amor que sentía por las mujeres que le gustaban lo podía demostrar
comiéndoselas.
Mientras
estudiaba en el Censier Institute de
Paris en 1981, Sagawa conoce a una mujer alemana, alta, rubia
y bonita llamada Renee Hartevelt. Declaró luego que cuando se sentó a su lado en
clase, se enamoró inmediatamente y no podía dejar de pensar en la piel blanca
de sus brazos. Era la mujer perfecta para lo que tenía en mente, pero tenía que
ser cuidadoso y preparar mejor su plan. Renee tenía 25 años, hablaba tres idiomas y con un
futuro prominente. Sagawa le pidió que le enseñara alemán, su
padre era multimillonario y podría pagarle cualquier sueldo. Ella aceptó. Le
gustó su inteligencia, su conocimiento de pintura y literatura europea, le
escribió cartas de amor, le invitó a conciertos y exposiciones de arte. Sagawa
era bajito, con rasgos femeninos y además cojeaba.
Cierto día invitó a Renee a cenar en su apartamento, le
pidió que le leyera un poema de un escritor alemán, después de que ella salió, Sagawa
olió y lamió el lugar donde ella se había sentado y juró que se la comería,
esto le permitiría poseerla para siempre. A los pocos días la volvió a invitar
a cenar, grabó la lectura de su poema preferido con la voz de Renee,
el 11 de julio de 1981 se preparó para hacer realidad su última fantasía. Al
llegar a París, había comprado un
rifle calibre 22 para su protección, hizo sentar en el suelo a Renee al
estilo japonés para beber el té, en la bebida mezcló un poco de whisky,
hablaron durante varias horas esperando que el licor en el té hiciera su
efecto. Sagawa
declaró su amor a la bella alemana y trató de llevarla a la cama. Lo rechazó y
le explicó que solo quería ser su amiga.
Sagawa se levantó desconcertado y mientras Renee se
sentaba en una silla, trajó un libro de poemas para que lo leyera y el caníbal
japonés empezó a ejecutar su macabro plan, grabó las últimas palabras y le
disparó con su rifle en el cuello, cayó de la silla y le continuó hablando.
Desvistió el cadáver y se contentó porque ahora ya no se negaría a su amor. Con
un cuchillo le cortó el pezón izquierdo y un pedazo de nariz para comerlos.
"Corté su cadera",
escribió luego en su cuento titulado, "En la Niebla" y se
preguntó donde debería morder primero, seleccionó las nalgas pero las encontró
difícil de morder. Describió paso a paso su ritual, la apariencia de grasas,
músculos y su sabor. Cuando la grasa salía por los cortes hechos con el
cuchillo, la describió de consistencia y apariencia del maíz amarillo, la olió
y encontró que no tenía ningún olor. Siguió cortando para encontrar la carne
mas profunda, puso dos filetes en su boca "su
sabor es de un rico pescado crudo similar al sushi, no he comido nada más
delicioso", se encontraba feliz de haber cumplido su
fantasía.
Usando un
cuchillo eléctrico empezó a cortar a Renee en partes, hizo varios filetes para
mordisquearlos crudos, el resto lo guardó en su refrigerador. Preparó una
comida rápida de carne humana frita con mostaza, tomó fotografías del cadáver
mutilado y tuvo relaciones sexuales con lo que quedaba de él. "cuando yo la abrazo", grabo en una
cinta de audio, "ella suspira y
le digo que la amo". Cuando cocinaba y comía de sus restos,
escuchaba la grabación que Renee había hecho de la lectura del poema, su ropa
interior la usaba como servilleta para limpiar su boca. Al cocinar un seno le
dio asco por su apariencia grasosa y encontró que los muslos eran más deliciosos.
Exhausto finalmente, tomó lo que quedaba del cadáver, lo llevó a su cama y
durmió con él.
A la
mañana siguiente descubrió que el cuerpo no olía mal y continuó comiendo, en
particular el brazo que le gustó mas del cuerpo, recortó el ano y lo puso en su
boca, pero su olor muy fuerte le hizo escupir, intentó comerlo friéndolo, pero
eso no disminuyó su olor, se dio por vencido y lo devolvió al cadáver. Después
de un cierto tiempo, varias moscas grandes pulularon alrededor del cadáver, Sagawa
tomó esto como señal que había perdido a Renee. La "luna de miel" había
terminado. Con un hacha la cortó en pedazos más pequeños para meterla en una
maleta. Mientras la desmembraba se excitaba y con la mano del cadáver procedió
a masturbarse. Cortó su nariz, sus labios y su lengua a mordiscos y las guardó
para sus fantasías sexuales posteriores. Escribió: "Yo
quiero su lengua, no puedo abrir su mandíbula, pero puedo alcanzarla entre sus
dientes”. El paso final de Sagawa fue explorar los órganos interiores los
cuales quemaron sus manos con los ácidos digestivos, con una hacha cortó la
cabeza y escribió: "Ahora comprendo
que soy un verdadero caníbal".
A la media noche del segundo día guardó todos los pedazos bajo llave
en su maleta, llamó un taxi y pidió que lo llevase a Bois de Boulogne,
llevó la maleta al parque y trató de tirarla al lago pero le era muy
pesada. Cuando descubrió que varias personas lo miraron se asustó, las
tiró rápidamente y huyó. Una pareja que paseaba por el lugar vio una
mano de mujer llena de sangre y llamaron a la policía.
Cuando la policía llegó a su apartamento dos días después del
asesinato con una orden de captura, abrieron el refrigerador y
encontraron pedazos de un cuerpo de una mujer, incluso los labios.
Sagawa confesó lo que había hecho y añadió
que tenía una historia médica con una enfermedad mental. De hecho, sus
descripciones fueron detalladas y el juez decidió que él no era competente para
juzgarlo: estaba realmente loco. Sagawa fue condenado a un periodo indefinido
de prisión en el asilo Paul Guiraud,
los tres psiquiatras que lo evaluaron dijeron que nunca se curaría. Su
multimillonario padre, Akira Sagawa, presidente de Kurita Water Industries en Tokio, hizo un trato para que en 1984
su hijo fuera transferido al hospital psiquiátrico Matsuzawa en Japón. El
fiscal creyó que allí estaría preso de por vida, pero solo permaneció preso 15
meses y quedó en libertad en agosto de 1985, de nuevo, gracias a su padre. |
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//20 de Noviembre, 2010 |
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jocharras a las 11:06, en
Hombres Asesinos |
Stanley Williams
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Una vez más
nos llega desde los Estados Unidos
un motivo para sentirnos avergonzados de pertenecer a la especie humana. Stanley
‘Tookie’ Williams, un asesino
rehabilitado, ha sido ejecutado en la prisión de San Quintín (California)
mediante una inyección letal. Anoche, el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger,
le negó el perdón.
¿Quién era este hombre? Stanley Williams fue uno de los fundadores de
la tristemente famosa banda callejera de los "Crips",
en 1981 fue
condenado a muerte por matar de un disparo dos años antes al dependiente Albert Owens,
y por el asesinato de los propietarios de un motel de Los Ángeles y la hija de ambos durante un atraco, también en 1979 siendo condenado a muerte en 1981 por los cuatro
asesinatos cometidos. Tras ingresar en prisión, Williams
sufrió lo que él describía como una "transición redentora",
renunciando a la vida de bandas y dedicándose a educar a los jóvenes sobre sus
peligros. Desde entonces se convirtió en un símbolo de esperanza y
determinación para la juventud desfavorecida, especialmente mediante la
publicación de una serie de libros para niños en los que hablaba de los
peligros de la vida en las bandas. Había sido candidato al Premio Nobel de
la Paz por su trabajo todos los años desde 2001.
Sr. Williams,
sólo quiero darle las gracias. Porque leí su libro cuando
estaba en el reformatorio y realmente me hizo pensar en las elecciones que
estaba haciendo; usted me ayudó a comprender que las bandas y la violencia no
son el camino [...] Por eso sólo quiero darle las gracias. Es usted una
inspiración para mí.
Se trata de
uno de los múltiples mensajes de agradecimiento que Williams
recibía de jóvenes que habían leído sus libros. Él siempre se declaró inocente
de los crímenes por los que había sido condenado… Supongamos que fuese
culpable: ¿por qué ahora, 24 años después de ser condenado,
debe morir? ¿No está
suficientemente reinsertado? ¿No es
mejor para todos que esté viva una persona que difunde de forma tan eficaz la
no violencia? ¿No hay remisión
posible, no hay lugar para el arrepentimiento?
Quienes
defienden la pena de muerte suelen argumentar que es "necesaria"
para persuadir a futuros criminales. Esta muerte persuadirá a muchos, sin duda,
pero no en contra sino a favor de cometer actos violentos. Porque dejar de
hacerlo no sirve, al parecer. La Justicia, con actos como éste, demuestra ser
vengativa, desproporcionada, cruel y, en definitiva, injusta. Y si la estancia
en prisión tiene como fin, ya que no la reinserción, la protección de la
sociedad frente a quienes pueden causarle daño, en este caso la sociedad se ha
"protegido" de un gran aliado.
No queda más
que preguntarse, como de costumbre, cómo es posible que los Californianos eligieran gobernador a un
macarra como Schwarzenegger.
Porque, sí, Arnold es un cretino impresentable, pero fueron sus votantes quienes lo
pusieron donde está. Decepcionante electorado, una vez más, el norteamericano…
Sólo espero
que la obra de Stanley Williams quede
en el recuerdo y siga ayudando a más jóvenes. Que sigan dándole premios, aunque
sean póstumos, y que su mensaje se difunda eternamente. A mí, al menos, sí me
ha llegado. Gracias por eso, Stanley. |
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//20 de Noviembre, 2010 |
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por
jocharras a las 11:26, en
Hombres Asesinos |
Cualquier persona que tenga un rato para bucear en la historia de las
matemáticas, concretamente en la vida de los matemáticos, encontrará
muchas personalidades extrañas entre ellos ( de hecho cualquier persona de a pie ya suele ver como alguien extraño a todo el que esté relacionado con las matemáticas). Pero algunas de estas personalidades están muy por encima de la media de extrañeza hasta dentro de los matemáticos ( recordemos a los que se suicidaron). Sin duda éste es el caso de Ted Kaczynski.
Biografía
Theodore John Kaczynski nació en Chicago, Illinois, el 22 de mayo de 1942. En sus años de colegio se detectó a través de un test de inteligencia que tenía un coeficiente intelectual de 167.
Por ello le adelantaron de curso, hecho que según el propio Kaczynski
marcó su vida para siempre. No encajó en una clase con niños mayores que
él, sufrió violencia verbal y bromas pesadas por parte de sus
compañeros. De todas formas las relaciones sociales nunca fueron el
punto fuerte de Ted. De pequeño tenía miedo de la gente y de los
edificios. Hasta su madre se planteó incluirle en un estudio sobre el
síndrome de Asperger (una forma poco habitual de autismo, la misma que
padece el genial director cinematográfico Tim Burton según su propia mujer).
El bachillerato lo cursó en el Evergreen Park Community High School
de Illinois. Kaczynski realizó un gran trabajo académico, pero las
matemáticas le resultaban demasiados fáciles (como no podía ser de otra
manera). Por ello fue incluido en una clase de matemáticas más
avanzadas, hecho que no obstaculizó el rápido dominio que Ted alcanzó de
dichos estudios. Esto unido a su inclusión en una escuela de verano de
inglés le permitió acabar el bachillerato dos años antes de lo habitual.
Con 16 años, en 1958, Kaczynski accedía a la Universidad de Harvard.
Además de conseguir unos grandes resultados, Ted participó en
estudios de personalidad llevados a cabo por el doctor Henry Murray y
subvencionados por la CIA en los que, de forma encubierta, se sometía a
los participantes a una gran carga de estrés. Los abogados de Kaczynski
atribuyen a estos estudios gran parte de culpa de la inestabilidad
emocional y aversión al control mental del matemático.
Con todos y con esto Kaczynski se graduó en 1962, matriculándose a
continuación en la Universidad de Michigan para realizar un máster y un
doctorado en matemáticas. Su especialidad era la teoría de funciones geométricas, rama del análisis complejos. Con su tesis doctoral, titulada Boundary Functions (funciones de frontera),
logró resolver un problema que uno de sus profesores no fue capaz de
resolver, recibiendo un premio por el mejor trabajo académico del año en
1967. Este profesor, George Piranian, comentó más adelante sobre él:
No es suficiente decir que era listo.
Y Maxwell Reade, profesor retirado miembro del tribunal de tesis de Kaczynski, dijo sobre ésta:
Es posible que unas diez o doce personas de todo el país la entiendan o la aprecien.
En resumen, estamos hablando de un auténtico genio.
Kaczynski estuvo un par de años impartiendo clases en la Universidad de
California, Berkeley, y en 1969, a la edad de 26 años, dimitió de su
cargo sin motivo aparente. Se fue a una residencia de sus padres en su
estado natal y dos años después se construyó una cabaña en los bosques
de Montana y se fue a vivir allí, sin apenas contacto con el mundo
exterior, sin electricidad ni agua corriente, y sin apenas dinero (sólo
con las pequeñas aportaciones económicas que recibía de su familia). Es
decir, se convirtió en un ermitaño. Y ahí comenzó todo.
Unabomber
Kaczynski permaneció exiliado en los bosques de Montana durante 25
años. Ya hemos que padecía una timidez excesiva, pero esa no era la
única característica reseñable de su personalidad: mostraba una gran
fascinación por los sonidos corporales y tenía costumbre de balancearse.
Pero no fue esto lo peor de la forma de ser de Ted. Durante su vida
desarrolló una enorme oposición a la sociedad tecnológica. Luchaba (y
todavía lo hace) por el regreso a la “vida salvaje” a través de “una completa y permanente destrucción de la sociedad industrial moderna en cada parte del mundo”, para reemplazar esta sociedad impersonal, esclava y alienada por otra de pequeños grupos sociales.
Lo detestable del asunto fue la manera elegida por Kaczynski para llevar a cabo esta cruzada: poner bombas.
La primera de ellas fue enviada en mayo de 1978 como carta bomba a
Buckley Crist, profesor de la Universidad de Northwestern. Su explosión,
afortunadamente, sólo le causó daños en una mano a un vigilante de
seguridad.
La segunda fue enviada en mayo de 1979 a la misma universidad, hiriendo en este caso a un estudiante.
Pero fue la tercera, en noviembre de 1979, la que encendió la alarma
en mayor medida. Kaczynski colocó un artefacto explosivo en un avión que
volaba de Chicago a Washington. Aunque la bomba comenzó a humear (lo
que conllevó que el piloto tuviera que realizar un aterrizaje forzoso y
que varios pasajeros fueran atendidos por inhalación de humos), un fallo
en el mecanismo del temporizador provocó que no explotara.
Este tercer atentado hizo que se conocieran los otros dos. Hecho que
unido a que un atentado contra un avión está considerado delito federal
en Estados Unidos hizo entrar en escena al FBI. El nombre utilizado para
el mismo fue UNABOM (University and Airline Bomber).
El FBI interrogó a unos 10000 sospechosos, se realizaron diversos
perfiles sobre el terrorista la mayoría de los cuales apuntaban hacia un
hombre de inteligencia superior a la media y con estudios en ciencias,
se realizaron retratos robot, se habilitó un número de teléfono para que
cualquier persona que pudiera tener información sobre el caso la
revelara…pero ninguna de esas medidas dieron los frutos esperados. En
total se calculan que se gastaron unos 50 millones de dólares en las
investigaciones. Mientras tantos los atentados se sucedían:
- Junio de 1980. Percy Wood, presidente de United Airlines, resulta herido por un envío postal.
- 1981-1982. En estos dos años tres nuevos ataques dejan dos heridos en las universidades de Vanderbilt y Berkeley.
- 1985. En este año se producen cuatro atentados más:
un paquete bomba estalla en la Universidad de Berkeley, otro es
desactivado en las oficinas de Boeing en Washington, un docente es
herido en la Universidad de Michigan y en una tienda de ordenadores de
California muere el dependiente al inspeccionar un paquete.
- 1987. Otro dependiente resulta herido en Salt Lake City.
- 1993. Dos personas más heridas a causa de sendos paquetes explosivos.
- 1994. Thomas Mosser, vicepresidente de una empresa de publicidad, muere por otro atentado postal.
- 1995. Muere Gilbert P. Murray, presidente de la Asociación Forestal de California, al abrir otro paquete bomba.
Como se puede ver la lista de damnificados (tres muertos y más de veinte heridos y mutilados) a causa de los paquetes bomba de Unabomber (nombre por el que fue bautizado Kaczynski por los medios) es sobrecogedora.
En este mismo año 1995 Unabomber envió un manifiesto al Washington Post y al New York Times, pidiendo su publicación a cambio de dejar su actividad explosiva. Dicho escrito se titulaba La sociedad industrial y su futuro (por razones evidentes también se conoce como Manifiesto Unabomber).
En él Kaczynski muestra su repulsa hacia la sociedad tecnológica,
analiza los problemas sociales que conlleva y destaca la pérdida de
libertad del individuo causada por dicho sistema. En su conclusión aboga
por la destrucción del sistema tecnológico e industrial de la época
dejando marcadas las líneas para lograrlo.
En este enlace podéis consultar el texto completo (extensísimo, por otra parte).
Aunque su publicación no estuvo libre de polémica, al final fue lo
que le condenó. Su hermano David, aunque no podía creerlo, reconoció la
manera de escribir de Ted y lo denunció al FBI. Al no tener ninguna otro
línea de investigación convincente pidieron a David la ubicación de la
cabaña de Ted y después de registrarla lo detuvieron. David recibió por
ello la recompensa de un millón de dólares que se ofrecía por su
captura, donando gran parte de dicha cantidad a las familias de las
víctimas. Ted asumió durante el juicio la responsabilidad por los tres
muertos y los más de veinte heridos por sus acciones terroristas,
librándose así de la pena de muerte.
En 1998 Theodore John Kaczynski fue condenado a cadena perpetua, pena que sigue cumpliendo en la actualidad.
Producción matemática
Después de repasar el historial terrorista de Kaczynski puede que su
actividad matemática pierda parte de su sentido, pero de todas maneras
creo que es de justicia al menos reseñarla. Todas sus publicaciones se
produjeron durante los dos años que permaneció como profesor, antes de
iniciar su vida de ermitaño.
Las investigaciones de Kaczynski sobre funciones circulares eran
absolutamente brillantes, aunque a pesar de esto fue muy reservado en
sus primeros envíos de artículos a revistas matemáticas (ni sus
profesores ni sus compañeros de clase fueron informados). Cuando dichos
artículos comenzaron a aparecer en revistas matemáticas importantes, sus
profesores y los estudiantes quedaron estupefactos. Valgan de muestra
estas palabras de Jeol Shapiro, compañero de Kaczynski y profesor en la actualidad:
Mientras la mayor parte de nosotros estábamos intentando a
duras penas aprender a organizar sentencias lógicas en forma de
argumentos coherentes, Ted se hallaba silenciosamente resolviendo nuevos
problemas y creando nuevas matemáticas. Era como si pudiera escribir poesía mientras el resto de nosotros estaba intentando aprender gramática.
La última frase es lo bastante gráfica para que podamos entender la
dimensión de los trabajos de Kaczynski. Os dejo para terminar los
títulos de los más importantes, algunos de los cuales estan comentados aquí:
- Boundary Functions (Funciones de frontera). Su tesis doctoral.
- Another proof of Wedderburn’s theorem (Otra demostración del teorema de Wedderburn), publicada en American Mathematical Monthly.
- Distributivity and (-1)x=-x (proposed problem) (Distributividad y (-1)x=-x (problema propuesto)). También en American Mathematical Monthly.
- Boundary functions for functions defined in a disk (Funciones de frontera para funciones definidas en un disco). Publicado en Journal of Mathematics and Mechanics.
- Distributivity and (-1)x=-x (problem and solution) (Distributividad y (-1)x=-x (problema y solución)). De nuevo en American Mathematical Monthly.
- On a boundary property of continuous functions (Sobre una propiedad de contorno de las funciones continuas). Publicado en Michigan Mathematics Journal.
- Note on a problem of Alan Sutcliffe (nota sobre un problema de Alan Sutcliffe). Publicado en Mathematics Magazine.
- The set of curvilinear convergence of a continuous function defined in the interior of a cube (El conjunto de convergencia curvilínea de una función continua definida en el interior de un cubo). Publicado en Proceedings of the American Mathematics Society.
- Boundary functions and sets of curvilinear convergence for continuous functions (Funciones de frontera y conjuntos de convergencia curvilínea en el caso de funciones continuas). Publicado en Transactions of the American Mathematics Society.
- Boundary functions for bounded harmonic functions (Funciones de frontera en funciones armónicas acotadas). También en Transactions of the American Mathematics Society.
Fuentes:
- La maravilla de los números, de Clifford A. Pickover (Colección Desafíos Matemáticos de RBA).
- Theodore Kaczynski en la Wikipedia (en español).
- Theodore Kaczynski en Palabras de Guerra.
- Unabomber en Para Libros Medios.
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//20 de Noviembre, 2010 |
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jocharras a las 11:28, en
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Hans Reiser
Hans Reiser (nacido en diciembre de 1963) es un programador estadounidense
famoso por sus aportes a la comunidad de software libre en el campo de
los sistemas de ficheros. En particular, es el máximo responsable del
desarrollo del sistema de ficheros ReiserFS, y su nueva versión Reiser4.
En 1997, Reiser fundó la empresa Namesys, especializada en sistemas operativos y en el desarrollo y soporte de sus sistemas de ficheros.
Reiser residía en Oakland, California. El 10 de octubre de 2006, fue acusado del asesinato de su esposa, Nina Reiser, y fue encontrado culpable el 28 de abril de 2008 por un jurado popular. Cumple condena de 15 años en Mule Creek State Prison, Ione, California.
Hans Reiser, hijo de Ramón Reiser y Beverly Palmer, nació en diciembre de 1963. Creció en California
y dejó los estudios antes de cumplir los 14 años, ya que discrepaba con
el sistema de escolarización convencional. Más tarde, con 15 años, fue
aceptado en la Universidad de California, en Berkeley,
donde obtuvo un certificado de estudios en física, matemáticas y otros
temas relacionados. Reiser fue uno de los miembros fundadores del "Open
Computing Facility" en Berkeley. Aunque quería alcanzar cotas más
elevadas en su educación, no continuó con ello, citando las mismas
razones por las cuales dejó anteriormente los estudios. Por lo tanto, al no poder seguir estudiando, comenzó a trabajar en el
campo de la computación mientras fundaba y construía su empresa, Namesys Inc. Previamente, Reiser trabajó en Synopsys, IBM, Premos y ARDC.
En 1999, mientras trabajaba en Rusia, conoció a Nina Sharanova, rusa de nacimiento, obstetra y ginecóloga, con la que se casó tiempo después. Tuvieron dos hijos, Rory y Niorlene.
Los Reiser se separaron en mayo de 2004,
y Nina firmó el divorcio tres meses después, alegando diferencias
irreconciliables y que sus hijos apenas conocían a su padre, debido a
que se pasaba la mayor parte del tiempo fuera de casa debido al trabajo.
A Nina se le adjudicó la custodia legal de los niños y a Hans un
régimen de visitas a medias con Nina. El divorcio nunca fue consumado.
Nina Reiser obtuvo una orden de alejamiento contra Hans en diciembre de 2004, después de que ella alegara que Hans la había empujado, en el punto álgido de su divorcio.Recusó la orden a finales de 2005 debido al enfriamiento de sus relaciones.
A cambio, Hans estuvo de acuerdo en que durante un año no pudiera "ni
contactar, ni acosar, ni molestar la paz" de Nina en su casa y su lugar
de trabajo, y permanecer como mínimo a 100 yardas (91 metros) de ella. En mayo,
Nina alegó en los tribunales que Hans no había pagado la mitad de los
gastos ocasionados por los cuidados médicos de los niños.
En septiembre de 2006 su esposa separada, Nina Reiser, desapareció bajo extrañas circunstancias. En octubre de ese mismo año, Reiser, sospechoso de homicidio, fue detenido por las autoridades de Oakland en California, quienes examinaron su casa y le tomaron una muestra de ADN en busca de evidencias.
En abril de 2008 fue declarado culpable de homicido en primer grado.
La fiscalía aceptó un acuerdo por el que Reiser revelaría la
localización del cadáver de su esposa a cambio de rebajar su condena a
la de homicidio en segundo grado. El acuerdo se realizó con el
consentimiento de la familia de Nina, y fue ratificado por el juez
Goodman. El lunes 7 de julio de 2008,
Reiser condujo a la policía al lugar donde el cadáver de Nina estaba
enterrado, en las colinas de Oakland. El abogado de Reiser dijo que los
restos se encontraron enterrados en la ladera de una colina a menos de
800 m de la casa donde Reiser vivió con su madre, y donde Nina Reiser
fue vista viva por última vez el 3 de septiembre de 2006.
El detective de homicidios de Oakland, Teniente Ersie Joyner, afirmó
que Reiser les condujo directamente al lugar exacto, sin ningún titubeo o
duda.
Reiser dijo que esperaba que existiera un cerezo marcando el lugar de
la tumba. El 8 de julio, el forense identificó positivamente los restos
óseos como los de Nina Reiser.
El 29 de agosto de 2008,
Reiser fue sentenciado a 15 años de prisión, de acuerdo con los cargos
de asesinato en segundo grado. Reiser no puede apelar la sentencia como
resultado del acuerdo con el fiscal. El 5 de septiembre de 2008, Hans Reiser llegó a la prisión estatal de San Quintín para iniciar el cumplimiento de la pena.
En enero de 2009, Reiser fue atacado por varios reclusos de la prisión
de San Quintín e ingresado en la enfermería para su recuperación. El 28 de enero de 2009, fue trasladado a la prisión estatal de Mule Creek. |
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//20 de Noviembre, 2010 |
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jocharras a las 11:37, en
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ARMIN MEIWES
Armin
Meiwes era un chico normal en la escuela, algo retraído y apartado de
sus compañeros. En su familia vivió las sucesivas separaciones de su
madre y al final de su pubertad vivía sólo con ella, sometido a una
estricta disciplina. Estos antecedentes no son nuevos en la historia de
los... Ver mas
Armin
Meiwes era un chico normal en la escuela, algo retraído y apartado de
sus compañeros. En su familia vivió las sucesivas separaciones de su
madre y al final de su pubertad vivía sólo con ella, sometido a una
estricta disciplina. Estos antecedentes no son nuevos en la historia de
los criminales más famosos del mundo. En su juventud, el caníbal
presenció escenas de matanza que podrían haber influenciado su estado
psicológico. Matanzas de animales en las que él participaba para darse
después el gran banquete.
A la edad de 18 años, Armin se muda con su madre a la enorme casa que la
familia poseía a las afueras de Rotemburgo. La casa tenía 44
habitaciones y los amigos de Armin la llamaban la casa de los espíritus.
Posteriormente ingresó en el ejército donde destacó por su disciplina.
Apoyaba a los subalternos y se llevaba bien con ellos. Se llevaba a su
madre con las excursiones de su brigada y pasaba la noche con ella en
habitación separada. Tras su servicio en el ejército, trabajó como
técnico de computadoras en un centro informático de Kassel. En su
trabajo también se le consideraba diligente y eficiente. Entre sus
aficiones estaban la lectura de libros de caníbales, muertes y asesinos
en serie. Además coleccionaba partes del cuerpo de muñecas que
coleccionaba en un cofre para ocultarlas de su madre.
La madre falleció en 1999 en la casa de Rotemburgo. Tras su muerte,
Armin se quedó solo en el mundo y los únicos lazos familiares y
sentimentales que mantenía desaparecieron de su vida. A partir de este
punto, Meiwes inició su carrera criminal por internet. Fotos de
crímenes, accidentes, cuerpos abiertos y otras muchas fantasías
violentas componen el archivo fotográfico de su computadora. Foros como
"Gourmet" o "Caníbal –Café" le proporcionan la plataforma ideal para
contar y compartir sus fantasías más profundas. Comienza la nueva doble
vida de Armin como el Dr. Jekill y Mr. Hyde. El Mr. Hyde sigue siendo el
buen trabajador, buen vecino y ciudadano que busca la mujer de su vida
pero el Dr. Jekill aparece en escena por las noches con sus fantasías
caníbales.
Así comenzaron sus primeros contactos. Primero un cocinero ofreció a dos
de sus ayudantes para ser degustados. Armin habría tenido la
oportunidad de matarlo y devorarlo. Sin embargo, ante las dudas de la
víctima, lo dejó marchar. El banquete sólo tenía sentido si la víctima
también estaba de acuerdo.
En el chat, conoció a Bernd Brandes, un ingeniero de Berlín. Bernd se
declaraba bisexual y su comportamiento sexual no era lo que se puede
llamar "normal". Violencia y tortura formaban parte de su rituales
sexuales del día a día. Se citaron primero para un fin de semana donde
pusieron a prueba sus instintos caníbales. Tras la despedida en la
estación, Brandes lo pensó mejor y llamó a Meiwes para que lo recogiese.
Quería probar otra vez.
Tras varias horas de conversación, Brandes quiso que el Caníbal le
amputase el pene. "Córtalo de una vez", dijo la víctima. Con gran
cantidad de alcohol y medicamentos, ya no sentía dolor. Por fin Bernd
pudo cumplir su sueño, comerse sus propios genitales. Meiwes cortó el
pene en dos trozos y los puso en la sartén aderezándolos con pimienta,
sal y ajo.
En cuanto a los motivos que llevaron a la víctima a ofrecerse, Armin
manifestó que no entendía el sentimiento de felicidad que Bernd
experimentaba. Meiwes asesinó posteriormente a su víctima en la mesa de
descuartizar y grabó todo en cámara de vídeo. Descuartizó el cuerpo y
conservó la carne. Después de dos días, Armin vio cumplido su deseo de
comer carne humana. Según las declaraciones a la policía, la carne
humana tiene un sabor parecido a la carne de cerdo.
El "Caníbal" había cumplido su deseo, pero esto no era suficiente. Los
meses siguientes los pasó buscando nuevas víctimas. Necesitaba carne
joven y fresca. Esta actitud fue la que condujo a la policía a
desenmascararlo. Un estudiante de Innsbruck denunció a Meiwes, que
aseguraba en los foros haber probado la carne humana. En el recuento de
respuestas, se registraron varios centenares de víctimas, dispuestas a
dejarse devorar por un caníbal. La policía lo arrestó un año después del
asesinato.
El veredicto de los psicólogos y psiquiatras muestra que Meiwes no
estaba loco cuando cometió el crimen, pero consideran que la víctima no
podía pensar racionalmente.
La fiscalía quiere juzgarlo por asesinato con motivos sexuales e
imponerle cadena perpetua. El problema es que la víctima dio su
consentimiento al asesino y la defensa usará este argumento para que se
considere como homicidio a petición, una especie de eutanasia ilegal, lo
que llevará a una sentencia de entre 6 meses y 5 años, anulando la
consideración de que fue un asesinato.
Según el profesor Arthur Kreuzer, del Instituto de Criminología de la
Universidad de Giessen, el caso podría marcar un hito en la historia
judicial. "Es un asesinato convenido por víctima y asesino. No creo que
pueda considerarse como el peor caso de asesinato premeditado" matizó el
profesor. El abogado de Meiwes citó como una carta favorable, que Armin
dejó libres a cuatro personas que se habían ofrecido voluntarias para
el sacrificio, por las dudas que mostraban. Su víctima dio el pleno
consentimiento antes de que Armin la matase.
El caso de Armin Meiwes conmovió a todo el mundo por su crueldad. Sobre
todo por la popularidad que le dieron los medios de comunicación. Pero
el fallo judicial se enfrenta a problemas para condenar justamente al
acusado. |
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//20 de Noviembre, 2010 |
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jocharras a las 11:40, en
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DENNIS ANDREW NILSEN
"Temía
despertarlo por miedo a que me abandonase. Temblando de miedo le
estrangulé. El se debatía, y cuando estuvo muerto volví a llevar su
joven cuerpo a la cama conmigo y fue el principio del fin de la vida que
yo había conocido. Había empezado a recorrer la avenida de la muerte y a
poseer un... Ver mas
"Temía
despertarlo por miedo a que me abandonase. Temblando de miedo le
estrangulé. El se debatía, y cuando estuvo muerto volví a llevar su
joven cuerpo a la cama conmigo y fue el principio del fin de la vida que
yo había conocido. Había empezado a recorrer la avenida de la muerte y a
poseer un nuevo tipo de compañero de piso."
El caso de Dennis Andrew Nilsen es increíble. Pues fue un hombre tan
atormentado por la soledad que asesinaba a sus diferentes amantes por
temor al abandono.
El 3 de febrero de 1983, en el número 23 de Cranley Gardens, al norte de
Londres, los ocupantes descubren que sus lavabos están atascados por
enésima vez. Otras averías similares ya habían derrotado con
anterioridad a un fontanero local, y ese día llamaron al fontanero de
una compañía privada para que les ayudase en la tarea.
Lo primero que hizo el fontanero fue inspeccionar la fosa séptica que
había junto a la casa, diciendo que en toda su vida profesional nunca
había olido una pestilencia tan increíble como la que salía de allí. Al
dirigir su linterna hacia el fondo del agujero de tres metros, se llevó
la desagradable sorpresa de ver una capa de un líquido blanquecino
viscoso salpicado por unas manchas de algo que parecía sangre. Al bajar
al agujero descubrió trozos de carne putrefacta, algunos de ellos con
pelo adherido a la piel. Inmediatamente se avisó a la policía, quien
realizó una inspección de la fosa al día siguiente y encontró más
fragmentos de carne y huesos, identificados rápidamente como humanos.
Entre los residentes se encontraba Dennis A. Nilsen, de 37 años. Dennis
era un hombre alto, delgado, con los hombros ligeramente inclinados
hacia adelante y pelo castaño. Tenía una actitud franca y directa, una
gran inteligencia y mirada fija y penetrante. Cuando regresó del trabajo
a su casa, la tarde del miércoles 8 de febrero, fue recibido por tres
detectives de la policía, expresó cierta sorpresa por el hecho que la
policía se interesara por algo tan insignificante como un drenaje
atascado. Cuando los agentes le hablaron de los restos hallados exclamó
horrorizado: "¡Dios mío, qué espanto!".
Uno de los inspectores se dejó llevar por su experiencia e intuición y,
desconfiando replicó rápidamente diciéndole que no les hiciese perder el
tiempo en pesquisas y que les mostrase el resto del cadáver. Para gran
sorpresa del inspector, la respuesta de Dennis fue: "Dentro de dos
bolsas de plástico en el armario. Venga, se lo enseñaré". Atónitos, le
preguntaron si se trataba de un cadáver o dos, a lo que respondió,
encogiéndose de hombros con resignación, que era una larga historia y
que prefería contarlo en un lugar más tranquilo, en la comisaría por
ejemplo, puesto que era un alivio el poder desahogarse.
Mientras era conducido a la comisaría de policía, confesó que ya
imaginaba que iba a ser detenido al llegar a casa, pero que decidió
resignarse a esa suerte porque "era inevitable". Ni siquiera se tomó la
molestia de deshacerse de los restos humanos que quedaban en su
apartamento, pues eran las evidencias para demostrar que no mentía.
También reconoció haber pensado en el suicidio al principio, pero pronto
desechó la idea porque si moría nunca se sabría lo que había hecho.
Su aparente autocontrol y frialdad mientras confesaba desconcertó a los
agentes, quienes pensaron estar ante un verdadero psicópata sin
escrúpulos, pero Dennis, al estar consciente de ello, les explicó que
sólo permanecía imparcial para que su testimonio fuese lo más objetivo
posible para ellos, pues si daba rienda suelta a sus sentimientos de
arrepentimiento y a su angustia interior, le costaría muchísimo guardar
la calma: "Nadie debe verme llorar por las víctimas, eso forma parte de
mi dolor personal".
Toda su declaración fue fría y pausada alegó que su arrepentimiento
estaba por dentro. El 11 de febrero comenzó un interrogatorio fuera de
lo común que duró once días. El asesino en serie más prolífico de la
Gran Bretaña dictaría más de 30 horas de confesión muy detallada sobre
los distintos crímenes, ayudando a la policía tanto como le fue posible
con detalles y descripciones para que los investigadores pudiesen
identificar a las víctimas. Apenas tuvieron que interrogarle, pues él
mismo había trabajado como policía en período de pruebas y sabía de
sobra cómo se desarrollaba un interrogatorio. Comenzó diciendo que tenía
un cargo de conciencia demasiado grande y posteriormente detalló toda
su historia como criminal, no sin antes advertirles que una
investigación concienzuda de su vida y obras podría producirles
angustia.
Confesó que había un total de 15 o 16 cuerpos que él mismo había
asesinado desde 1978: tres en Cranley Gardens y unos trece en su
dirección anterior de la Avenida Melrose, en Cricklewood. Además,
explicó que había intentado asesinar a otros siete jóvenes, pero no lo
consiguió porque las víctimas lograron escapar y de otras se arrepintió.
Melrose 195, la residencia donde cometió sus crímenes. Dennis se
mostraba profundamente arrepentido de sus hechos, e incluso agradeció
numerosas veces a los policías que lo habían detenido: "Ahora me siento
culpable, merecedor de castigo. Estoy convencido de que merezco toda la
pena a la que un tribunal pueda condenarme. Es un alivio que me hayan
detenido, porque si lo hubiesen hecho a los sesenta y cinco años, podría
tener a mis espaldas cientos de cadáveres".
El asesino dijo que los jóvenes que había matado eran casi todos de
ambientes marginales o vagabundos sin domicilio fijo que deambulaban por
las calles de Londres sin que nadie les prestase mucha atención, por
eso sus desapariciones no fueron denunciadas y nadie echó de menos su
ausencia. Al preguntarle por el móvil que le había incitado a cometer
esos crímenes, Dennis dijo que lo había hecho por miedo a la soledad,
que no quería que algo tan agradable como es el amor, fuese algo
esporádico de una noche, que necesitaba a sus amantes: "En ninguno de
los casos estoy consciente de sentir odio hacia ninguna de las
víctimas... recuerdo que salía en busca de compañía y amistad, pero
nunca pensaba en la muerte, el asesinato o hechos pasados. Vivía
únicamente para aquel momento y para el futuro. Invité algunas personas a
casa y otras se invitaron solas, aunque el sexo siempre estaba en un
segundo orden. Sólo deseaba una relación cálida, buscaba alguien con
quién poder hablar, aunque es una sensación muy agradable y relajante
tener a alguien en la cama a tu lado durante toda la noche. Después de
matarlos, experimentaba un sentimiento doloroso de desesperación y una
sensación de vacío. Aunque sabía que el cuerpo estaba muerto, pensaba
que la personalidad estaba todavía dentro de él, consciente y atenta a
mis palabras. Trataba de conseguir desesperadamente una relación que
nunca estuvo a mi alcance".
Al registrar la vivienda, los agentes hallaron los demás cadáveres
descuartizados tal y como Dennis les había indicado: tras decapitar los
cuerpos sin vida, hervía las cabezas a fuego lento mientras escuchaba
música clásica con unos audífonos. Luego, troceaba el resto de los
cuerpos y tras meterlos en bolsas de plástico las guardaba en el
armario. En efecto, dentro del armario hallaron dos grandes bolsas que
contenían otras más pequeñas con brazos, piernas, tórax, torsos sin
cabezas y, más desagradable, un corazón, pulmones, riñones e intestinos.
Con su testimonio y los restos de las víctimas los agentes tenían
pruebas suficientes como para acusarlo, y le recomendaron la defensa de
un abogado. Nilsen rechazó toda defensa legal en un principio,
considerando que era capaz de defenderse solo, pero finalmente los
mismos agentes le consiguieron un representante para el juicio. Su
primer abogado le aconsejó declararse culpable, pero cuando su caso
llegó al Tribunal de Old Bailey, ya había cambiado de letrado. Este le
había dicho que cambiase su primera alegación por la de "responsabilidad
disminuida" debida a un trastorno mental.
Dennis "amaba" a sus víctimas, se enamoraba de ellas. Ese fue el motivo
que le llevó al asesinato. No estaba consciente de las muertes, según
mostró en las confesiones o los poemas que escribía a los cadáveres: Una
de sus víctimas descuartizadas dentro de una bolsa. "Le puse al joven
los calzoncillos, la camiseta y los calcetines y volví a taparlo. Me
bañé, me metí en la cama con él, lo acurruqué contra mí abrazándolo y
empecé a explorar su cuerpo por debajo de las sábanas; entonces me di
cuenta de que su cuerpo estaba frío y mi erección desapareció
automáticamente, al día siguiente lo coloqué en el suelo de la cocina y
decidí descuartizarlo, pero me resultaba imposible hacer nada que
pudiera estropear aquel cuerpo maravilloso".
"Aquí, en el umbral de la abundancia, nada hay ahora. Sólo tú en mis
brazos, más unas figuras sombrías que se acercan con algunas
formalidades para hacerte entrar en su "sistema", y yo. Pienso en tu
vida solitaria. Pronto será mañana y se meterán en nuestros asuntos La
intimidad no tiene fronteras que no puedan ser franqueadas en nombre de
la ley". El mismo Dennis llegó a su propia conclusión, que explicó al
jurado: "Puede ser que cuando mataba a aquellos hombres me matase a mí
mismo, pues me quedaba de pie muy apenado y sumido en una profunda
tristeza, como si acabase de morir un ser muy querido".
Finalmente, todos los miembros del jurado estuvieron de acuerdo en
declarar a Dennis Andrew Nilsen culpable de la muerte de seis personas y
dos tentativas de asesinato, por lo que el juez le condenó a cadena
perpetua, como mínimo 25 años de condena.
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//20 de Noviembre, 2010 |
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jocharras a las 11:49, en
Hombres Asesinos |
JOSE MARÍA MANUEL PABLO DE LA CRUZ JARABO PÉREZ MORRIS
Seguramente
todos tienen razón. Jarabo es eso y mucho más. Es un señorito en
tiempos de crisis, un dandy que disfruta de un tren de vida muy por
encima Uno de los crímenes más atroces de la historia española fue, sin
duda, el cometido por José María Jarabo. Este individuo acabó con la
vida de... Ver mas
Seguramente todos tienen razón. Jarabo es eso y mucho más. Es un
señorito en tiempos de crisis, un dandy que disfruta de un tren de vida muy por
encima Uno de los crímenes más atroces de la historia española fue, sin duda,
el cometido por José
María Jarabo.
Este individuo acabó con la vida de cuatro personas, una de
las cuales era una mujer embarazada. Precisamente, los crímenes de Jarabo
fueron los que hicieron que la tirada del periódico El Caso se acercara al
medio millón de ejemplares en 1958. Era la primera vez, desde antes de la Guerra
Civil, que un medio de comunicación nacional alcanzaba
dicha cifra.
Los sonados crímenes de Jarabo salieron a la luz pública el 22 de julio
de 1958. El día anterior habían sido descubiertos los cuerpos sin vida de
cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, muertos por obra de José María Manuel
Pablo de la Cruz Jarabo
Pérez Morris, de 33 años.
El sábado 19 de julio de 1958 España
se recupera de la resaca de patria producida por la coincidencia de los actos
de conmemoración del "Glorioso Alzamiento Nacional" y
la "Fiesta de Exaltación del Trabajo". Las calles están
vacías. El calor es asfixiante.
Un joven bien plantado e impecablemente vestido aprovecha la tranquilidad de la
mañana para ojear el ABC en una
cafetería de Madrid. Las páginas de
deportes hablan de un Bahamontes que
acaba de ganar el premio de la montaña en el Tour de Francia.
Se detiene en esta información para enterarse de que Jacques Goddel, director de la carrera,
piensa que "si el corredor de Toledo tuviera tanto
cerebro como músculo ya hubiera ganado varias veces la vuelta francesa".
También presta atención a las páginas taurinas, que resaltan la presentación en
la capital de Curro Romero. Y a las
necrológicas, donde destacan las honras fúnebres del ex ministro Cavestany.
El silencioso lector, que se echa al coleto una copa de
coñac y pide otra, no es consciente de que está a punto de provocar la
saturación de esas mismas páginas cargadas de necrológicas que ahora contempla.
Aún no sabe que dentro de muy poco se convertirá en el personaje encargado de
enfangar de sangre la posguerra. Ignora que la mano que cierra con un
movimiento seco el periódico es la misma que, unas horas después, empuñará la
pistola y el cuchillo con que se cometerá uno de los crímenes múltiples más
brutales de la historia negra española. No puede imaginar que ese cuádruple
asesinato que está a punto de cometer será resuelto por la policía en una de
las más rápidas investigaciones jamás realizadas, y que una vuelta de garrote
pondrá fin a la amarga recta final de su existencia.
El tempranero bebedor se llama José María Manuel Pablo de la Cruz Jarabo Pérez
Morris. Nació en Madrid
hace 35 años y lleva los últimos ocho entregado al alcohol, las drogas y las
mujeres. Sus amigos dicen que sabe vivir y divertirse como nadie. Que es un
tipo viril capaz de cautivar a señoras y señoritas, poco le importa la
condición de las mismas, basándose en su simpatía y en su carácter cosmopolita
(fue
educado en buenos colegios de Estados Unidos). Aseguran que es un
seductor dotado de una gran planta, una enorme labia y un descomunal miembro.
Sus enemigos dicen que sólo es un crápula, un despilfarrador, un vago y un
enfermo sexual de sus posibilidades. No tiene trabajo, pero se acostumbra a
vivir como un rey con el dinero que su madre le envía puntualmente desde Puerto Rico. Poco a poco van aumentando
sus ya cuantiosos gastos, y con los giros mensuales de mamá apenas logra
sobrevivir quince días: José María se ve obligado a hipotecar el chalé
familiar de la calle madrileña de Arturo
Soria y se marcha a vivir a una pensión, a un cuartucho con una cama en la
que desplomarse cada mañana después de una noche de parranda. Posteriormente Jarabo
reconoció que en las juergas de los últimos dos años bien podía haber
dilapidado quince millones de pesetas, una cifra muy elevada si tenemos en
cuenta que un flamante Seat 600 costaba en 1958 la friolera de 66.000 pesetas.
Cuando Jarabo
salió del bar sintió que el peso de los bolsillos de sus pantalones estaba mal
repartido. La cartera, vacía, no ofrecía ninguna consistencia. El forro del
lado contrario estaba a punto de ceder ante un objeto que parecía de plomo: una
pistola Browning FN del calibre 7,65
de fabricación belga. En ese instante recuerda que tiene muchos problemas.
Su romance con una mujer inglesa casada llamada Beryl Martin Jones había complicado
la vida de ambos. Ella había colocado su matrimonio en el disparadero. El había
gastado una fortuna en hoteles, cenas y regalos. Asfixiado por la falta de
dinero, Jarabo
le había pedido a ella un anillo de brillantes que inmediatamente había
empeñado para cubrir alguna noche de pasión y lujo. Ahora ella, la única mujer
a quien había querido, le reclamaba la joya, alegando que se trataba de un
regalo de su marido.
Desde Inglaterra le envió una carta recordándole por enésima vez que debía
devolverle la sortija. En esta ocasión adjuntaba una autorización suya como
propietaria, que resultaba imprescindible para desempeñarla, y una comprometedora
misiva de amor con diversas confesiones íntimas. Para colmo de males, los
familiares de Jarabo
amenazaban con regresar de Puerto Rico y levantar la tapa de la alcantarilla en
que estaba sumergido.
Jarabo
se había acercado con la carta en la mano a la tienda de empeños Jusfer, en la
calle Alcalde Sainz de Baranda número 19. Como no tenía las cuatro mil pesetas
necesarias para recuperar la joya, que en realidad valía mucho más, enseñó la
carta y cometió el fallo de dejarla junto a la deseada sortija. Hoy, 19 de
julio del 58, se había propuesto recuperar ambas cosas. Son algo más de las nueve de la noche cuando se encamina con paso firme hacia
el número 57 de la calle Lope de Rueda. No es la dirección de la tienda donde
tiene empeñadas la sortija y la carta. Es la vivienda de uno de los dueños de
ese negocio, un tal Emilio Fernández Díez. Jarabo, que cree que la sortija y la carta pueden
estar en casa de éste, pulsa el timbre del cuarto exterior con la uña del dedo
pulgar "para no dejar huellas de ninguna clase".
Paulina, la criada, abre la puerta a Jarabo sólo cuando este dice que es amigo del
dueño de la casa. En el primer descuido la agarra por el cuello y la golpea con
una plancha que encuentra en una mesa cercana. Forcejean. Jarabo agarra un cuchillo de la
cocina y de un certero golpe en el pecho le parte en dos el corazón. La sangre
irrumpe por primera vez en su vida, pero no parece impresionarle demasiado:
arrastra el cuerpo inerte a una habitación junto a la cocina y se dispone a
esperar a Emilio Fernández Díez, "el verdadero culpable" de sus
males.
Pasan unos minutos de la diez cuando el dueño de la casa abre la puerta y llama
de una voz a la criada. Nadie le contesta. Una necesidad urgente le hace
encaminarse hacia el cuarto de baño. Pasa por delante del escondite de Jarabo
que, tal y como tiene previsto, salta sobre su espalda como un leopardo, le
inmoviliza sujetándole por la chaqueta y le pone el cañón de la pistola en la
nuca. Al dueño de la casa no le da tiempo a saber quién le está apuntando. Suena
un disparo y el cuerpo del usurero cae al suelo como un fardo, quedando tendido
entre la bañera y el bidé. Aún no se había recuperado de sus dos primeros crímenes cuando escucha que la
puerta se abre de nuevo. No ha tenido tiempo de buscar ni la sortija ni la
carta. Y ya ha matado a dos personas. Está muy nervioso. Amparo Alonso, la
mujer de Emilio Fernández, acaba de entrar y se dirige al salón, donde un Jarabo
que no logra aparentar tranquilidad responde a su cara de sorpresa con un
"Buenas noches, soy inspector de Hacienda y estoy investigando a su
marido". "Él y la criada están detenidos", continúa, "y mis
compañeros se los han llevado a comisaría". La mujer desconfía, trata de huir y chilla con fuerza. Ésa es su sentencia de
muerte. El grito se clava en la espina dorsal de Jarabo, que la golpea y arrastra
hasta una habitación. Sólo cuando la doblega hasta tumbarla sobre una cama saca
la pistola, la encañona en la nuca y aprieta el gatillo. Amparo estaba
embarazada. "La suerte estaba echada", confesó tiempo después Jarabo
a la Policía. Cuando logra relajarse se sienta en un sillón y bebe anís de
una botella que encuentra en una mesa. Para confundir a la policía saca varias
copas de un armario y mancha algunas con carmín. Tira por el retrete los casquillos.
Limpia las posibles huellas. Bebe más anís. Sólo cuando considera que el
trabajo está totalmente acabado se tumba en la cama de la única habitación que
no está cubierta de sangre. Finalmente se relaja y pasa una noche entre los
muertos, durmiendo un sueño incomprensiblemente plácido y profundo.
A las nueve de la mañana Jarabo abandona el improvisado panteón sin haber
encontrado ni la sortija ni la carta. Para solucionar ese problema se encamina
a una nueva cita, en este caso con Félix López Robledo, copropietario de la
casa de empeños Jusfer. Pero antes desayuna, se toma unos coñacs, ve un par de
películas en el cine Carretas, come en un restaurante chino y se echa una
siesta en una pensión de la calle Escosura. Rendido por el esfuerzo de matar se
toma el domingo libre y alarga el reparador sueño hasta las seis de la mañana.
Dos horas después ya está en marcha. Ha desayunado su copa de brandy y
comprobado que la Browning
del 7,65 está cargada y en su bolsillo. Todo está en orden. Es la mañana del
lunes 21 de julio.
Félix López Robledo siente cómo alguien que le estaba esperando en el portal de
su tienda le sujeta por la espalda con una torpe llave de lucha. Es lo último
que siente. Jarabo
dispara dos tiros en la nuca del prestamista. Después registra sus bolsillos y
el local y sale a la calle con las manos vacías y ensangrentadas. Se siente
acabado. Ha matado a cuatro personas para nada. Más coñac y algunas drogas:
cocaína, morfina... Y demasiados errores.
Aturdido por la matanza, Jarabo deja el traje, empapado en sangre, en una
tintorería situada en el número 49 de la calle Orense. Luego se va de copas.
Gasta dinero como si el mundo se fuera a terminar esa misma noche y despierta
las sospechas de toda la gente que le conoce.
A las doce del mediodía del día siguiente, martes 22 de julio, Jarabo
se acerca a la tintorería donde dejó el traje para recogerlo. Cuando llega le
está esperando un dispositivo de vigilancia policial especial: el país entero
está conmocionado por la noticia y el dueño de la tintorería avisó
inmediatamente a la policía nada más ver la ropa. Jarabo se resiste en principio a
ser detenido. Lleva un DNI falso, una pulsera y un reloj Omega de oro, juegos
de llaves de las casas donde cometió los asesinatos y una pistola FN del 7,65
caliente que aún huele a pólvora. Ya en el despacho del jefe de la
Brigada de Investigación Criminal de la Dirección General
de Seguridad el sospechoso, muy entero en todo momento, niega los hechos y
asegura que hace semanas que no ve a las víctimas. El inspector jefe Sebastián
Fernández Rivas y los policías Ramón Monedero Navalón y Pedro Herranz Rosado se
encargan de interrogarle. Después de un par de preguntas de trámite le enseñan
unas fotos de los cadáveres, y el sospechoso se tambalea y cae desmayado al
suelo. Se derrumba. Y confiesa que ha matado por amor, por recuperar una joya y
una carta de "la única mujer a la que he logrado querer". Ingresa por
segunda vez en prisión: cuentan que ocupó durante algún tiempo la celda de una
cárcel de Estados Unidos acusado de dirigir una casa de citas en Puerto Rico.
España entera se estremece con la orgía de sangre. Y con los detalles que
rodean al criminal y a las víctimas. Los periódicos publican coleccionables con
la historia del crimen, y le dedican portadas y titulares gloriosos. Los
psiquiatras dicen que es "un psicópata desalmado". La gente se
apelotonaba en las largas colas que se formaban en la calle para poder asistir
al histórico juicio de "el último carnicero español".
Un año después, el 5 julio de 1959, todos los periódicos publicaban una
lacónica noticia en portada: "En las primeras horas de la mañana de ayer,
en el patio principal de la Prisión Provincial de Madrid, ha sido ejecutada,
con las formalidades exigidas por la ley en estos casos, la sentencia de pena de
muerte dictada contra José María Manuel Pablo de la Cruz Jarabo Pérez
Morris".
Condenado a cuatro penas de muerte, Jarabo murió con las vértebras del cuello
descoyuntadas por la quinta vuelta de tuerca del último garrote vil que se
utilizó en España. Está enterrado en el madrileño cementerio de la Almudena.
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//20 de Noviembre, 2010 |
|
por
jocharras a las 11:52, en
Hombres Asesinos |
JOHN GEORGE HAIGH
En algunos
casos, los sueños son capaces de condicionar un comportamiento hasta
alcanzar extremos inimaginables, sobre todo si la persona afectada tiene
una mente fría y un corazón débil, como puede ser el caso de un
criminal.
John siempre había tenido un sueño que lo venía obsesionando desde... Ver mas
En algunos casos, los sueños son capaces de condicionar un
comportamiento hasta alcanzar extremos inimaginables, sobre todo si la persona
afectada tiene una mente fría y un corazón débil, como puede ser el caso de un
criminal.
John siempre había tenido un sueño que lo venía
obsesionando desde muy pequeño, una pesadilla muy extraña: se veía en un campo
repleto de crucifijos que lentamente se iban transformando a su paso en árboles
sin hojas con largas ramas por las que caían gotas de rocío. Al aproximarse a
los árboles, podía ver como las gotas que cubrían las ramas no eran agua... eran
sangre. Los árboles comenzaban a retorcerse como si sufrieran un
tormentoso daño y la sangre brotaba de los troncos, mientras una silueta
borrosa que portaba una copa recogía el líquido rojo. Luego, una vez llena se
le acercaba y se la ofrecía ordenándole beberla.
John se sentía completamente indefenso ante la
situación. No era capaz de mover un solo músculo y quería librarse de la
pesadilla. El ser, le dice que la única manera de librarse de él, es matar,
para así saciar su verdadera sed.
La cruel pesadilla le estaba destrozando los nervios y cada
vez se sentía menos dueño de sus actos. El quería ser libre, no volver a
soñar... y terminó asumiendo que para hacerse libre tenía que hacerla real.
En 1949, Haigh vivía en una confortable pensión
londinense, pasando casi desapercibido por los demás locatarios. Su aspecto
físico, moreno, corpulento y muy bien parecido, además de una agradable
sonrisa, hacía que todas las mujeres se fijaran en él. Les había hecho creer
que era el dueño de una fábrica metalúrgica, por lo que además lo respetaban y
eso le agradaba.
Pero las cosas no le iban muy bien. Apenas tenía dinero y la
dueña de la pensión le había llamado varias veces la atención. Por si fuera
poco, esos terribles sueños no dejaban de acosarle.
Olivia Durand-Deacon era una de las elegantes viudas de mucho
dinero que se sentían interesadas por él, pero más que por su físico, por la
actividad que le habían dicho que ejercía: agente comercial. La señora quería
que le sirviese de intermediario para llevar a cabo un negocio de uñas artificiales.
Cuando se hacen amigos, le enseña una muestra de unas uñas hechas de papel,
preguntándole si creía que podían tener éxito comercial. El hombre promete
interceder por ella ante un posible negocio y citarla con otro agente
comercial. Cuatro días después la condujo a Crowley con el fin de discutir la fabricación de las uñas
artificiales haciéndole creer que la cita tenía lugar allí. Quedaron en el
pueblo, en dónde la recogería para ir a la fábrica.
Antes de la cita, compró un tonel de acero diseñado para resistir
la corrosión de los ácidos, luego 153 litros de ácido sulfúrico, y lo hizo enviar
a un almacén abandonado en Crowley
.
En realidad a donde conduciría a Olivia no sería a la fábrica, sino a
unos almacenes semiabandonados para el depósito de mercancías. La mujer nunca
hubiese imaginado que un hombre tan correcto tenía la extraña especialidad de
disolver a sus amistades en ácido sulfúrico.
Al día siguiente todo el mundo preguntaba preocupado por Olivia,
la mujer no tenía por costumbre pasar noches fuera de la pensión y, mejor
dicho, nunca; pero en esta ocasión, no había dado "señales de vida".
Haigh respondía con aire sorprendido que no había
acudido a la cita, que tras esperarla durante una hora se había ido sin verla.
Y como seguía sin aparecer, se ofreció junto a otros pensionistas para ir a la
policía a denunciar la desaparición de la viuda.
Tuvo que hacer dos largas declaraciones en la comisaría, no
mostrándose reticente o nervioso y siempre afirmando que la viuda no había
acudido a la cita. No tenía nada que temer, pues pensaba que las precauciones
que había tomado lo pondrían al abrigo de toda sospecha.
Pero el escepticismo y las sospechas del comisario de
policía lo llevaron por otras pistas. Por el hecho de que no acababa de
gustarle el hombre y dejándose guiar por la intuición, decidió llevar a cabo
una serie de investigaciones rutinarias que le ayudaron a descubrir algunos
cabos sueltos que Haigh no había tenido en cuenta: tenía
antecedentes penales por estafa y robo, además de que se descubrió que no era
el tal jefe de la empresa que decía, pues terminaron localizando al verdadero
jefe, y declaró que sólo le contrataba de vez en vez como representante.
En los almacenes, los policías encontraron tres bombonas de
ácido sulfúrico, además de un delantal, unos guantes de caucho y un revólver
que recientemente había disparado una bala. También hallaron otras pruebas
macabras, como huellas de sangre en la pared y el delantal, un charco de grasa
en un bidón vacío de ácido, y para colmo de sospechas, el recibo de una
tintorería por un abrigo de astracán.
Expertos analistas de Scotland
Yard analizaron cuidadosamente los restos de grasa y dos partes casi
intactas de una dentadura, que finalmente fueron identificadas por el dentista
de la mujer.
Haigh mantenía su disfraz de inocencia
respondiendo amablemente a cada interrogatorio, aunque la policía de Scotland Yard sabía que mentía en sus
declaraciones y que todas las pistas halladas le apuntaban como el asesino.
Pero al darse cuenta que no podía seguir ocultando el crimen por mucho más
tiempo, termina haciendo unas siniestras declaraciones:
"Si le confesara la
verdad no me creería, es demasiado extraño. Pero se la voy a confesar. La
señora Durand no existe. Ustedes no encontrarán jamás ningún resto de ella ya que
la disolví en el ácido, ¿cómo podrán
probar entonces que he cometido un crimen si no existe cadáver? Le disparé a la cabeza mientras estaba mirando unas hojas
de papel para confeccionar sus uñas postizas, después fui por un vaso y le hice
un corte con mi navaja en la garganta. Llené el vaso de sangre y me lo bebí
hasta saciar mi sed. Luego introduje el cuerpo en el tonel llenándolo después
de ácido sulfúrico concentrado Después me fui a tomar una taza de té. Al día
siguiente el cuerpo se había disuelto por completo, vacié el tonel y lo dejé en
el patio".
Lo que Haigh no sabía era que la policía londinense, en
un minucioso trabajo de investigación, sí había encontrado restos del cadáver y
lo habían incluso identificado.
Después de su detención y confesión, la policía sospechó de
otros cinco crímenes acaecidos un año antes en similares condiciones.
Finalmente también se declaró culpable de esos crímenes, alegando además que a
todas las víctimas les había bebido la sangre. En el juicio, su abogado
defensor intentó utilizar la pesadilla del hombre y el acto de vampirismo como
recurso, queriéndolo hacer pasar por demente que se veía obligado a matar por
una obsesiva ilusión vampírica, pero no dio resultado. Si bien los psiquiatras
reconocieron sus rasgos paranoides como síntoma precursor de una aberración
mental que le acarreaba una alteración completa de la personalidad,
trastornándole el carácter y la conducta, el hombre había explotado
económicamente a sus víctimas, bien vendiendo objetos que robaba o adueñándose
de bienes u otorgándose falsos poderes.
Para los jueces se trataba de algo más que de una mente
enferma que bebía la sangre de sus víctimas; era un personaje frío y calculador
que premeditaba sus crímenes y actos, fingiendo una locura que lo convertiría
en irresponsable ante la ley. Finalmente es sentenciado a la pena de muerte, a
la que el acusado ni siquiera apela; es ahorcado en la prisión el 6 de agosto
de 1949.
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