La
extensa jornada de viernes se extendió por más de ocho horas, con un
solo cuarto intermedio de treinta minutos. Pasaron por la sala once
testigos, cada uno de ellos brindó datos, algunos de mayor importancia
que otros, pero todos dejaron testimonios que aportarán al
esclarecimiento del crimen y en definitiva a condenar a los verdaderos
culpables.
Lo
más importante o destacable de la mañana fue la declaración del
Comisario Inspector Raúl Araya, Jefe de la Comisaría Arroyito en el
momento del hecho. Este policía participó junto al Fiscal Argüello a lo
largo de la investigación. Comenzó relatando que se anotició de lo
ocurrido ese sábado a las 9:15 de la mañana y de inmediato se dirigió a
la farmacia. Allí el viudo le dijo que se trataba de un robo y según él
que los responsables se movían en un vehículo.
Araya
destacó que le extrañaron algunas cuestiones respecto al viudo. Bizone
logró ver que faltaban unos perfumes marca Kevin de la vitrina, todo a
minutos de haber encontrado a su mujer muerta. Por otro lado, relató una
frase del imputado cuando se
dirige al lugar donde guardaban el dinero en la farmacia, Bizone le
dijo: “Menos mal que no se robaron el dinero”. Algo sumamente raro,
teniendo en cuenta el momento, una frase desacertada, fuera de lugar.
Además resaltó que durante las declaraciones, Bizone estaba tranquilo,
jocoso, bromeaba con el personal policial, pues no existía
compatibilidad entre el hecho y su estado anímico.
El
comisario resaltó el desorden que había en la farmacia, al parecer no
propio de un robo, pues había shampooes tumbados y algunos artículos que
no necesariamente se podían tirar en un supuesto delito a la propiedad.
En un momento puntualizó, basándose en los años de trayectoria en
investigación que lo avalan, que le daba la impresión que la hubiesen
agarrado de atrás y la hubieran llevado al lugar donde el cuerpo se
encontraba.
En
un momento de su discurso, respecto al cuerpo de Lorena dijo que sobre
el torso, había partículas de tela que provenían de una prenda de ropa.
Justamente allí tocó el tema del famoso guante encontrado en el bolso en
la terminal de Córdoba. Dijo que cuando agarró el guante, se desgranaba
en partículas similares a las que la víctima tenía sobre su torso.
Hubo
un dato sumamente importante, indicó que en la primera declaración de
Bizone, ese mismo sábado a las 15:50, le suena el teléfono y era una
llamada entrante del celular de Lorena. Éste se asustó y no atendió.
También Flores y Arias
El
área de Homicidios de Córdoba, identificó el aparato celular que le
pertenecía a Lorena y que estaba desaparecido, tenía una nueva tarjeta
SIM con característica de Córdoba Capital. La chica que lo compró dijo
que lo había hecho en la Galería Norte del centro cordobés. En ese lugar
se negocian aparatos electrónicos de procedencia dudosa y
por bajo costo. La joven señaló en cuál local lo había adquirido,
precisamente le pertenecía a un señor Monje, oriundo de Arroyito. Este
hombre reveló que “El Calmao” Flores fue quien se lo dio.
Después de un estudio de
tráfico de antenas telefónicas, se determinó que Flores se movía y
tenía una vinculación de unas casi 500 líneas telefónicas. Por ese
motivo fue difícil ubicarlo, algunas lo señalaban en Arroyito y otras en la localidad de
Tránsito.
Por el lado de Jonatan Arias, ingresó a la causa cuando Ramona Peludero, una mujer encargada de una whiskería entre las localidades de El Tío y Villa
Concepción del Tío, se dirigió espontáneamente a la policía a declarar
que Arias le confesó llorando: “No la quise matar, se me fue la mano” y
le pidió dinero prestado. Le dijo además, “Lo que le luquié no
me alcanza para ir a Córdoba”. Al parecer, Arias tenía una relación
sumamente confidencial con Peludero. Cabe destacar que al hijo de esta
mujer a Arias los unía una relación de amistad.

En
cuanto a las llamadas telefónicas, Araya expuso un Power Point en la
sala donde mostró cómo funcionan las antenas de telefonía celular y la
sábana de llamadas telefónicas de Bizone. Se rastreó además el teléfono
de Arias, allí se determinó que ese 23 de junio a las 13 estaba en
Arroyito, mientras que a la tarde ya estaba en Córdoba, ahí lo toma una
antena que hay en el barrio Juniors de la capital cordobesa. Y a las 22
se encontraba nuevamente en Arroyito.
También mencionó
una llamada que recibieron ese mismo sábado en Radio Libre de Arroyito,
a las 8:45 precisamente, donde una voz masculina le preguntó a la
telefonista Mercedes Almada: “¿Ustedes se enteraron ya, que hay una
farmacéutica muerta?” Esa llamada tuvo una duración de 24 segundos. No
fue un dato especificado ni investigado detalladamente, pues no consta
en los expedientes de la causa.
El
policía sostuvo que esa llamada solo podría haber sido realizada por
alguien que estuvo en el lugar, pero no participó necesariamente. Debido
a ello, el Fiscal Pezzano pidió que citen a declarar a la telefonista
que recibió el llamado y a la dueña de la Radio Libre.
Más datos en la jornada
El resto de la jornada, también hubo
testimonios de menor importancia quizás, como por ejemplo empleados de
un negocio frente a la farmacia, Maggi Hogar, que escucharon la moto de
Lorena llegando esa mañana. Y también de una señora que trabajaba de
empleada doméstica en la casa de Maggi, a dos casas del negocio y frente
a la farmacia. Sin embargo no vieron ningún movimiento extraño.
Otro
testimonio en la mañana de hoy fue el del doctor Gerardo Galimberti, el
médico policial que llegó a la farmacia y constató la muerte de Lorena.
Sin tocar el cuerpo dijo que determinó que no respiraba y tenía golpes
en su cara. También recibió la orden de revisar a Bizone, extraerle
sangre, muestra de cabello y de vello pubiano. Éste tenía una herida en
el dedo pulgar de la mano derecha y dos laceraciones (heridas leves) una
en el dedo anular y la otra en el entrecejo. Además agregó que el viudo
tenía un grado de halitosis alcohólica, no estaba ebrio sino que tenía
aliento a alcohol, propio de haber bebido horas antes.
Tenía
0,75% de alcohol en sangre, lo que significa ebriedad de primer grado.
El querellante, doctor Gramática le expuso un caso hipotético si tiene
75 mg cada 100 ml de sangre y qué sucedería. Sin embargo no fue una
hipótesis ya que eran datos reales de los exámenes de Bizone, lo que el
médico desconocía. Asimismo, Galimberti dijo: “Lo vi lúcido, vigil”.
Agregó respecto a los golpes de Bizone, que podían ser recientes o al
menos dentro de las seis horas anteriores.
También
el Sargento primero Gustavo Díaz declaró en la sala, él fue quien
colaboró con la investigación y los allanamientos. Recordó que el día
lunes 25 de junio, recibió la información de que un bolso con
pertenencias de Lorena, billetera, agenda, unas pastillas de viagra y el
famoso guante, apareció en la terminal de Córdoba. De inmediato les
avisó a los Auban, quienes le pidieron que no le dijera a Bizone, que
ellos se encargarían.
El
sargento encontró una coincidencia cuando mencionó que el viudo al
momento que se entera, habla al 101 para declarar que en la farmacia
faltaban unas cajas de viagra, desde el día del crimen. Quizás lo hizo
como forma de justificar la aparición de esas pastillas en el bolso.
Por la tarde
Después
de un pequeño cuarto intermedio, comparecieron en Tribunales cuatro
amigos de Cristian Bizone. Tres chicos de la barra y la esposa de uno de
ellos. Daniel Ingoll comenzó contando que ese viernes anterior al
crimen, estuvieron junto al viudo tomando unas cervezas en un bar de la
ciudad de Arroyito, hasta cerca de las 3 de la madrugada que cada uno
tomó un rumbo distinto. Según este hombre, Bizone se había ido al
boliche del pueblo y desde allí se comunicó con él para comentarle que
en aquel lugar se encontraba una chica que le gustaba a Ingoll.
Los
demás amigos relataron lo mismo respecto a la noche del viernes 22.
Todos dijeron que Cristian y Lorena tenían una muy buena relación.
Además agregaron que la víctima no tenía inconvenientes en que todos los
miércoles se juntaran a comer un asado en su casa. Uno de los
declarantes, Fernando Rodríguez, especificó también que era amigo de
Lorena y que se llevaban muy bien, que era una excelente mujer.
Por
su parte, otro del grupo declaró ante la pregunta del Dr Gramática,
querellante, si Bizone salía con alguna mujer, el joven dijo que no. Aun
así, insistente el abogado y en base a una declaración anterior, le
preguntó si conocía a una mujer que apodaban “Ayudín”, porque Bizone le
vivía dando dinero. A lo que respondió que sí.
En
última instancia prestó testimonio el señor Hugo Bravino de San
Francisco, quien trabajaba como fletero para un laboratorio. El hombre
le llevaba a diario medicamentos a Lorena. Dijo que esa mañana llegó
apenas pasadas las 9 y le extrañó que la puerta del frente estuviera
cerrada, aunque las persianas estuvieran levantadas y las cortinas
corridas.
Finalizó
la primera semana de audiencias en Tribunales, en dos días se pudieron
recolectar datos de sumo interés que irán trazando los primeras
opiniones respecto del caso. El lunes por la mañana se reanudará el
debate.
Fuente:
Darioeduardoperez.blogspot.com.ar