Giles de Rais alias "Barba Azul"
Nació en el año 1404 en
Francia, en el castillo de
Champtocé cerca
de
Nantes. Su padre,
Guy de Laval, pertenecía a una ilustre familia
(
Laval-Montmorency) y su madre,
Marie de Craon, formaba parte de una de
las familias más ricas del reino.
Cuando muere su padre, asesinado en
Azincourt en 1415, y tiempo más
tarde su madre,
Giles de Rais se transforma en el único heredero de los
dominios familiares que se extendían desde
Bretaña hasta
Poitou, y
desde
Maine hasta
Anjou. Desde entonces, su educación estuvo en manos
de su abuelo materno,
Jean de Craon, que si bien era un hombre afable y
cariñoso no supo manejar al joven, quien se entregó a sus perversas
inclinaciones.
De su infancia, se sabe muy poco, que fue un niño muy inteligente,
capaz de leer el latín con fluidez y amante de la música, además
recibió el entrenamiento militar que todos en su familia de caballeros
medievales habían tenido. Entre tanto, secretamente leía ávidamente
Suetonio, extasiado por los detalles de la vida de los emperadores
romanos y sus excesos sexuales.
Gilles admitió, más adelante en su
vida, durante su juicio que las historias relatadas por el autor latino
habían exaltado su tendencia a las fantasías sexuales, más aún siendo
él homosexual.
Su prima,
Catherine de Thouars contrae matrimonio con él y se
instalan en el castillo de
Tiffauges. Su pobre esposa deberá soportar s
indiferencia, ya que
Giles pasaba la mayor parte del tiempo en compañía
de sus pajes dedicado a una vida ociosa y relajada satisfaciendo su
gustos por los jóvenes.
Pudo alejarse de esta licenciosa vida cuando es llamado a la corte
de
Carlos VII, al presentarse se desempeñó como
Teniente de los
ejércitos del rey durante la
Guerra de los Cien Años; en estas
circunstancias conoce a
Juana de Arco y queda mediatamente subyugado,
transformando en su devoto e intrépido compañero. Cuando
Juana es
capturada en
Ruan y es ejecutada en la hoguera, el joven Mariscal de 28
años se derrumba ante la pérdida de la mujer que idolatraba, a lo que
se suma también la muerte de su abuelo.
Sus afiebrados pensamientos no le permiten encauzar su vida y se
recluye en su castillo, evitando todo contacto sexual con las mujeres.
Dueño de una poderosa fortuna se ocupa de gastarla en la compra de
objetos de arte y en ostentosas fiestas para sus pajes. De esta forma,
en poco tiempo, ve que sus riquezas habían menguado considerablemente,
por lo cual se inclina hacia la alquimia.
Con la finalidad de subsanar su situación económica convoca a su
castillo a los más renombrados especialistas en la piedra filosofal. A
través de uno de ellos,
Preslati, se inicia en la magia negra y se
acerca al demonio. Para lograr lo que ambicionaba, celebraba misas
negras donde sacrificaba jóvenes que raptaba en las cercanías. Estos
eran mutilados para presentar los sacrificios de ojos, corazón o manos.
Las ceremonias no dieron ningún resultado, sus riquezas no aumentaban
pero sí su sed de sangre y su perversión, a partir de este momento
secuestrará a hijos de campesinos para saciar sus instintos satánicos.
Sus frenéticos días los compartía con sus pajes que participaban
del horroroso entretenimiento. Su gusto por los niños y adolescentes
hicieron que muchos desaparecieran de los alrededores de sus
propiedades en
Champtocé,
Machecoul y
Tiffauges.
Su ritual era llevarlos a las torres y, una vez allí, sodomizarlos,
estrangularlos o decapitarlos. Los cuerpos eran desmembrados y las
cabezas separadas. Otras veces los abría en canal para observar las
entrañas o los colgaba de ganchos de hierro.
En algunas oportunidades,
Giles de Rais no estaba con humor para
participar de las matanzas pero sí gustaba observar como las realizaban
sus cómplices, destripando las víctimas y masturbándose sobre los
cadáveres.
Uno de los jóvenes que fue llevado al castillo,
Etiène Corillaut,
llamado
Poitou fue violado, pero cuando el marques se preparaba para
cortar su garganta,
Gilles de Sille, su primo allí presente, le sugirió
que era un muchacho demasiado atractivo y que podrían hacer de él un
formidable paje. Así salvo su vida, pero se convirtió en uno de los
secuaces de más confianza del noble.
Como habia alarma por los rumores de las cosas extrañas que
sucedían en el castillo, el obispo de
Nantes,
Jean de Malestroit,
ordenó una investigación. Debian ser discretos, pues una persona con el
poder y la reputación del Barón seria difícil de acusar sobre estos
sucesos.
Giles de Rais caería sólo como consecuencia de su omnipotencia, el
día de
Pentecostés, interrumpió la misa en la iglesia
Saint tienne de
Mer Morte con sesenta hombres armados para secuestrar al fraile
Jean Le
Féron.
Este delito fue aprovechado por el obispo que, mediante una carta
abierta, el 13 de septiembre lo acusa de herejía, asesinatos de niños,
crímenes contra natura y pacto con el diablo. Estos delitos se pagaban
con la excomunión y la pena de muerte.
Durante sus años de asesinatos,
Gilles estuvo a punto de ser
descubierto. En 1493, llego a oídos de su familia que había intentado
vender el castillo
Champtoce, a pesar del interdicto del rey. Sin
embargo, lo único que aterrorizaba a
Gilles, era la posibilidad de que
el nuevo dueño descubriera los restos mutilados de niños que había
dejado allí, por lo que mando a sus ayudantes a retirar los restos de
los cadáveres, los cuales casi fueron sorprendidos por el personal del
nuevo propietario.
El asesino se entregó ante el capitán del duque de
Bretaña que se
presentó en
Machecoul, el 15 de septiembre. Al ser excavado su lugar de
residencia se hallaron restos mutilados de 50 adolescentes.
El juicio, que duró todo un mes, se llevó a cabo en
Nantes, y allí
Giles de
Rais negó los cargos pero luego demostró pesadumbre y reconocio
accionar.
Confesó sus aberraciones delante de la iglesia de
Nantes el 22 de
octubre de 1440 frente a una muchedumbre, dio detalles y relató:
«
Por mi ardor y mi deleite sexual he tomado y hecho tomar tantos niños
que no sabría precisar el número. Lo he matado y he cometido el pecado
de sodomía al mismo antes que después de su muerte, pero tambien
durante ella».
La cantidad de víctimas se presumía en trescientas pero él sólo
confesó 140. Fue ejecutado el 26 de octubre de 1440, en la horca. Su
cuerpo y el de dos de sus secuaces fueron también quemados en la
hoguera.
Giles de Laval-Montmorency, capitán
dex Rais, habría legado en
su testamento todas sus posesiones a Satanás, pero no su alma.
A pesar de las dudas, y de las evidencias,
Gilles de Rais no pudo
descansar en paz. Durante la revolución su tumba, ubicada en la
Iglesia
de Notre Dame du Carmel en
Nantes, fue destruida, quizás, como una
venganza póstuma de los revolucionarios al noble más cruelmente
recordado y odiado de sus historias orales.