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Este Blog, no es de carácter científico, pero si busca seriedad en el desarrollo de los temas.
Está totalmente dirigido a los amantes del género. Espero que todos aquellos interesados en el tema del asesinato serial encuentren lo que buscan en este blog, el mismo se ha hecho con fines únicamente de conocimiento y desarrollo del tema, y no existe ninguna otra animosidad al respecto.
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Jorge Omar Charras
ajedrez, informatica, casos reales, policiales etc.
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//02 de Agosto, 2010 |
Bruno Lüdke |
por
jocharras a las 16:44, en
Hombres Asesinos |
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Bruno Lüdke - El bruto
Bruno Lüdke nació el 03 de abril de 1908 en Köpenick
un pueblo cerca de Berlín. Era el cuarto hijo de Otto y Emma Lüdke en total fueron seis hermanos. Bruno Lüdke recibió un traumatismo craneal que
limitó sus facultades mentales siendo un niño.
Bruno ingresó a la escuela pública de
Köpenick en 1914, cinco años después los profesores de Lüdke se percataron de las dificultades de
aprendizaje que Bruno presentaba,
razón por la que fue enviado a una escuela para jóvenes con problemas de
aprendizaje. Sin embargo en 1922 el adolescente se retiró de clases para
trabajar en la lavandería de su familia. Tras el fallecimiento de su padre a
causa de un cáncer a la garganta en 1937, Bruno
se vio obligado a encargarse del trabajo pesado del negocio familiar. Es a
partir de 1938 que el joven Lüdke
comienza a tener problemas con la policía local, varias personas se quejaron
del maltrato de Bruno hacia el
caballo que jalaba la carreta de la lavandería. Al parecer Lüdke azotaba al animal con mucha fuerza
Antes de proseguir con la detención de Lüdke, la policía lo sometió a varios exámenes
médicos para ver si aun podía manejar su carreta. Aunque Bruno era un fumador empedernido
los resultados de las pruebas demostraron que era saludable físicamente, pero
su capacidad mental era limitada. Carecía de una correcta habilidad para
ubicarse en el espacio y tiempo, tampoco era capaz de calcular, escribir o
hacer simples ejercicios mentales, pero si podía manejar su carreta sin riesgo
alguno. |
Por
su buena naturaleza y poca inteligencia Bruno
era conocido como “el tonto bueno”, los niños del pueblo solían molestarlo por lo
que el gigante les tenía miedo. En enero de 1939 la ley de “prevención
y posteridad sobre enfermos mentales” obligaba a Lüdke ser esterilizado, evento que se llevo a cabo el
22 de mayo de 1940 en un hospital de Berlín.
La policía local de Köpenick tenía un archivo de los atracos de Lüdke, que en la mayoría eran simples robos y venta
de madera, crímenes que realizaba con la misma carreta que trabajaba. Motivos
como estos hacían que Bruno
pasara semanas o meses en la prisión de la comisaria, sin embargo la policía no
consideraba a Lüdke como
un criminal o amenaza, era visto como alguien enfermo cuyos actos se debían a
su limitada inteligencia. Un incidente similar sucedió el 16 de febrero de
1940, cuando Bruno al
café Fuchs en Köpenick y
trato de vender un pato muerto a un visitante, pronto un oficial de policía que
no era de la zona, arrestó a Lüdke y
confiscó el pato. En la estación de policía descubrieron que Bruno robó el animal a un granjero, por este crimen
el gigante pasó 5 semanas encerrado pero no fue juzgado debido a la clausula 51,
ley que protegía a los enfermos mentales.
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Pesadilla en Köpenick
El viernes 29 de enero de 1943, unos niños que jugaban al escondite encontraron
el cadáver de Frieda
Rössener, una viuda de 59 años que había sido estrangulada y violada
posteriormente, su cartera también fue robada. Pronto la policía local de Köpenick envió un reporte a Berlín y se formó un grupo de tres
detectives para encargarse del homicidio. El trió estaba comprendido por el
criminólogo Heinz Franz y los
investigadores Jachode y Mahnke quienes el mismo día llegaron a
la escena del crimen y tras hacer preguntas a los locales descubrieron que un
hombre con retraso mental y ropas de obrero merodeaba por el lugar con
frecuencia. Los oficiales de Berlín
pronto comprendieron que se trataba de Bruno Lüdke, el gigante bonachón del pueblo a
quien la gente apodaba tonto o bruto. El detective Franz arrestó a Bruno cuando se dio cuenta que tenía manchas
de sangre en su ropa, al preguntarle sobre esto, el gigante dijo que era de una
gallina. El investigador recordó que en la escena del crimen había plumas de
dicho animal y pronto arrestó a Bruno el 18 de marzo de 1943.
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Después de ser detenido solo Franz
interrogó a Lüdke,
al poco tiempo se dio cuenta que las respuestas de Lüdke servirían para que el
criminólogo pueda continuar con la investigación a su manera. En el
interrogatorio declaró:
-Yo había
agarrado el pollo, lo reconozco. La vieja estaba sentada en el tronco de un
árbol y yo me acerqué.
-¿Y tú que le dijiste? -preguntó el comisario.
-Pues, eso, que si quería… pero ella dijo que no.
-¿Y tú qué hiciste?
-La agarré por el cuello.
En la medida que la investigación progresaba, Franz descubrió que si se acercaba a Bruno de una manera amable, el
gigante le daría toda la información que sus preguntas revelen. Pronto las
investigaciones de Franz
descubrieron que Lüdke era el responsable de estrangular y violar a 51
mujeres en un periodo de quince años. Durante el largo periodo que le
interrogaron aparecieron los nombres de algunas víctimas como Käthe Mundt,
Bertha Schulz
y la familia Umann.
Esta nueva información sorprendió a Franz
debido a que ninguno de los lugareños señalaba a Bruno como el asesino y no había
reportes de algunas de las muertes. De inmediato el criminólogo investigó los
casos de estas víctimas.
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Debido a su limitada inteligencia
pudo ser manipulado. |
La
verdad de estos crímenes cambió cuando se leyeron los registros policiales de
Berlín en los que se descubrió que Heinz
Franz ya sabía de los asesinatos de Mundt, Schulz y los Umann. Bruno posiblemente solamente “confesaba”
lo que el detective quería escuchar y cuando se mencionaba otra víctima Lüdke
“recordaba”
haberla asesinado también, como sucedió en el interrogatorio de la familia Umann,
donde Bruno
no dijo nada sobre la señora Gutermann quien había sido asesinada dos días
antes que Lüdke
matase a todos los Umann. Meses más tarde cuando Franz le preguntaba al asesino sobre la
señora Gutermann,
el gigante “recordó” haberla matado, sin embargo no podía dar información
correcta de donde lo había hecho.
En ocasiones Lüdke
afirmaba haber matado en Munich, Hamburgo y Berlín, pero cuando era llevado a los estados donde había
asesinado, era obvio que el hombre no sabía dónde estaba.
El subterfugio de Franz y
Lüdke
Bruno Lüdke
era una persona con inteligencia limitada, pero no era el tonto que todos
creían. Al parecer en el transcurso de las preguntas se formó un vínculo entre
los dos hombres. Mientras el asesino estaba contento por ser el centro de
atención, todos querían hacerle preguntas y tomarle fotos, además tenía el
apoyo de su “amigo” el detective Heinz
Franz, la persona que se aseguraba que Lüdke coma tres veces al día y no le falten
cigarrillos. Franz en cambio era un
hombre ambicioso que veía a Bruno como el medio para crecer en su carrera
policiaca, arreglando las confesiones de Bruno y hacer entender en su reporte que “el
tonto gigante” era el asesino de varios crímenes sin resolver.
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Lüdke teniendo todo a su favor se sentía
protegido por la clausula 51, ley que decía que una persona con deficiencias
mentales no era responsable de sus actos y por esto no podía ser enjuiciado.
Pronto se volvió claro que Lüdke no le dijo a Franz sobre los asesinatos, fue el mismo detective que le dijo
sobre las víctimas y como fueron ejecutadas. En el reporte final de los
homicidios el detective FranzBruno concuerden con el resto de asesinatos de
Alemania y así “resolverlos”. hizo
que las confesiones de
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Un
asesino forjado
Cuando el informe de los asesinatos cometidos por
Lüdke
llego al escritorio de Himmler el director de la S.S.
en ese entonces, ordenó investigar profundamente
el caso porque era imposible que una persona pueda cometer
tales atrocidades durante el mandato del Tercer Reich.
Además de esto la población alemana despertaría
ante un régimen que se preparó para la
guerra y no para gobernar.
No le tomó mucho a
Himmler darse cuenta que “el
tonto gigante” estaba respondiendo por crímenes
que era posible que no hubiera cometido. Finalmente
para apaciguar a la prensa y a las otras agencias policiacas
llevaron a Bruno de “paseo” y visitaron
varias escenas donde el gigante señalaba y decía
donde había asesinado a la víctima, también
reveló información que sólo la
policía sabía, nunca había sido
publicada por la prensa y que le relacionaba con los
asesinatos.
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En una de las reconstrucciones
de los hechos y, mientras era trasladado en automóvil
por el crimen que había cometido, se adentraron
en el bosque de Köpenich cuando, de pronto, Bruno
dijo: "los señores
se han pasado de sitio". El conductor dio
marcha atrás, los oficiales le quitaron las esposas
a Bruno y le pidieron que indicara el lugar donde habían
ocurrido los hechos. Sin dudarlo un instante, "El
Bruto" caminó entre los árboles y
señaló un lugar. Después, dijo:
"Aquí la encontré,
aquí la golpeé, aquí la estrangulé,
aquí la violé".
Bruno Lüdke
no pudo ser enjuiciado por estrangular
y violar a sus víctimas sin embargo fue usado
como conejillo de indias en varias instituciones mentales
y hospitales. Como castigo fue castrado y ejecutado
por inyección letal en una prisión policial
de Viena. La ejecución fue mantenida en secreto
de las autoridades nazi para evitar el escrutinio jurídico
de abogados y que así no descubran la verdad,
que las confesiones de Lüdke eran falsas.
Hasta el día de hoy se le atribuyen más
de 50 víctimas a
Bruno Lüdke y no se sabe
con veracidad si él fue el responsable de estos
crímenes o simplemente un "pobre tonto"
manipulado para calmar a las masas.
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Autor:
Arturo
Varas |
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