GARY RIDGWAY
Durante
casi 20 años, un puñado de agentes de la policía de Seattle se reunieron todas las mañanas para repasar pistas,
entrevistar a familiares de víctimas y releer nuevamente los informes de las
autopsias de las 49 mujeres que fueron asesinados en la ciudad y en el vecino
estado de Oregón durante los años 80
por un criminal que los burló con una especial habilidad.
Los
policías estaban seguros de que el asesino del Río Verde, la zona donde aparecían los cadáveres semidesnudos de
las mujeres, era Gary León Ridgway, un pintor al que interrogaron e
investigaron profundamente y al que no habían podido culpar de los crímenes
porque no había pruebas materiales que le ligaran a las víctimas.
El
10 de septiembre de 2001, finalmente Ridgway fue acusado de asesinar a cuatro
mujeres y de ser el sospechoso de muchos más crímenes que se cometieron en poco
menos de 48 meses. Los investigadores determinaron que la saliva de una pequeña
esponja que Ridgway
había mordido en 1987, durante una de sus múltiples visitas a la comisaría,
tenía las características del ADN de
los restos de semen encontrados en tres de las mujeres a las que presuntamente
asesinó.
Los
cuerpos de Opal
Mills, Marcia Chapman y Cynthia Hinds,
mujeres blancas y negras y algunas prostitutas, aparecieron semidescuartizados
y ocultos entre la maleza del río. Todas ellas fueron violadas repetidamente.
El asesino había sido relacionado también con el cadáver de Carol Christensen,
una mujer hallada muerta en un bosque de las afueras de Seattle, que también fue violada y brutalmente agredida. «Este es uno de los días más importantes de mi carrera y
es una gran noticia para toda la ciudad», comentó nada más
hacerse público el arresto el sherif Dave
Reichert, uno de los investigadores que desde 1982 persiguió al asesino.
El
sherif Reichert tuvo la sospecha que
durante este tiempo pudo haber otras personas, imitadoras, que hayan matado
mujeres y arrojado sus cuerpos en la zona del Río Verde y que Ridgway no era el autor de los 49 asesinatos
que él y sus colegas investigaron. «Quizás no ha
matado a 49 mujeres, pero sí a muchas de ellas», aseguró el
sherif, lo cual al final quedaría descartado.
Ridgway se llevó una monumental
sorpresa cuando salía de la fábrica de camiones donde trabajó como pintor
durante los últimos 30 años. Un grupo de agentes le esperaba a las puertas con
una orden de detención, unas esposas y muchos respiros de alivio.
Los
agentes esperaban haber resuelto la sucesión de crímenes en serie más larga en
la historia de Estados Unidos, y
quizás una de los más terribles, gracias a la nueva tecnología empleada para
identificar el ADN. Desde el verano
de 1982 a marzo de 1984, se identificaron los cuerpos de 42 víctimas.
Gary en el juicio en el que se
le condeno a cadena perpetua. Las otras siete son mujeres cuya desaparición fue
denunciada y que la policía creyó asesinadas, aunque sus cadáveres no había
información sobre sus cadáveres. Todas ellas aparecieron en el Río Verde y otras en los alrededores de
la ciudad de Portland, en Oregón.
La
policía estaba segura de que Ridgway era su hombre porque la saliva le
conectaba con la muerte de las tres mujeres y además tenía familia y amigos en Portland, donde aparecieron más
cuerpos. Gary
León Ridgway, de 54 años se declaró, el miércoles 05 de noviembre de
2003, culpable de haber matado a 48 mujeres en dos décadas, lo que lo convirtió
en el mayor Asesino en Serie de la historia de Estados Unidos.
"He asesinado tantas mujeres que me cuesta acordarme de
todas ellas", indicó en la Corte de la ciudad al noroeste
de Seattle, durante una audiencia en
la que admitió haber asesinado a las 48 mujeres en su casa o en su camión.
Ridgway admitió los asesinatos ante
la Corte Superior del condado King en Seattle, tras llegar a un acuerdo que podría evitarle la pena de
muerte en el Estado de Washington.
"El plan era: quería asesinar a tantas
mujeres que yo consideraba prostitutas como pudiera", dijo Ridgway.
El
acusado confirmó los detalles de su acuerdo con el fiscal Jeff Baird, ante quien admitió su responsabilidad en los 48 cargos
de homicidio agravado. De todas maneras, dos de los cuerpos de las víctimas del
asesino de Green River fueron
encontrados en el estado de Oregón,
donde también existe la pena de muerte.
La
mayoría de las víctimas eran prostitutas por lo que "pocas
de ellas se reportarían como desaparecidas", admitió Ridgway.
"Elegí a las prostitutas porque creí que podría matar
cuantas quisiera sin ser atrapado", dijo. El acuerdo en la
Corte pone punto final a un misterio que conmocionó durante años a la ciudad de
Seattle. Mediante el acuerdo con la
fiscalía, Ridgway
sería sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de reducción de la pena.