Richard Speck
El
protagonista de hoy suele encasillarse como uno de los asesinos en serie más
brutales de la historia americana aunque si bien es cierto sólo mató en una
noche a ocho chicas estudiantes de enfermería, de todos modos su hazaña no
desmerece para relatar su cruel matanza como uno de los asesinos, eso sí, más
despiadados de América.
Nuestro
amigo nació el 6 de diciembre de 1941 en Kirkwood,
Illinois. donde vivió sus primeros años hasta que su familia se mudó a Dallas, (Texas). El 7º de ocho hermanos, sufre la pérdida de su madre con
tan solo 6 años. El ambiente familiar no es el más propicio para su
desarrollo pues su padre, hombre de bien pero alcohólico perdido no sería
buena influencia para nuestro chico. En su adolescencia fue arrestado 10
veces por robos y alteraciones del orden. Gamberro, brusca broncas y pequeño
delincuente, no tardó en abandonar la escuela técnica para trabajar como
jornalero, carpintero y basurero.
Se casa a
los 20 años con Shirley Malone de 15. Tuvieron una hija que quedó bajo la
custodia de su madre en 1966 tras la separación solicitada, como no, de Shirley,
tras continuos abusos tanto a ella como a su madre. Se presumía que duraría
poco el matrimonio pues estuvo largo tiempo en prisión.
En julio
de 1966 se establece en Chicago
para buscar ayuda en su hermana y encontrar trabajo en un barco que partiera
a Nueva Orleans. Su hermana le da
25 dólares y lo lleva al departamento de contrataciones de la Unión Marítima. Durante 4 años
intentó sin éxito conseguir trabajo en un barco.
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El
departamento de contrataciones de la Unión
se encontraba muy cerca del 2319 de la calle 100, donde ocho estudiantes de Enfermería vivían en una casa
perteneciente al Hospital de la Comunidad de Chicago. Una de las estudiantes, Cora Amurao, estaba en la cama
cuando golpearon en la puerta de su habitación. Abrió la puerta y se encontró
cara a cara con nuestro hombre, Richard Speck, apuntándole directamente con un
arma.
La joven
filipina, estudiante de intercambio, junto con sus dos compañeras, fue llevada
hasta una habitación trasera con otras tres enfermeras. Speck les aseguró a las chicas
que no tenía intención de agredirles pues solo quería dinero para llegar a Nueva Orleans. Las chicas rápidamente
cumplieron con lo pedido.
El hombre
armado habló deliberada y claramente, pero apestaba a alcohol. Speck
les dijo a las chicas que se acostaran. Metódicamente, ató a cada una, mano con
pie, con sábanas despedazadas. Mientras tanto les aseguraba: "No se asusten, no voy a asesinarlas".
Richard Speck desató los tobillos de Pamela Wilkening
y la sacó de la habitación. Al poco tiempo, Mary Ann Jordan y Suzanne Farris
llegaron y se les hizo unirse a sus compañeras enfermeras.
Las dos
últimas fueron retiradas de la habitación. La próxima en salir fue Nina Schmale.
Pasaba un período de 20 a 30 minutos entre la ausencia de cada chica y la
vuelta de Speck.
Durante uno de estos períodos, Cora Amurao rodó debajo de la cama para
esconderse, cosa que salvó su vida.
Merlita Gargullo, Valentina Pasion, Patricia Matusek
y Gloria Davy
fueron llevadas individualmente fuera de la habitación. Mientras tanto, Cora Amurao
estaba acostada en silencio debajo de la cama, totalmente aterrorizada mientras
escuchaba los sonidos de violación y asesinato. Finalmente, el silencio se
apoderó de la casa.
A las seis
de la mañana Cora
Amurao escapó de su escondite. Saltó los cuerpos de sus compañeras
hasta un alféizar al ras del piso que iba a lo largo del frente de la casa. La
señorita Amurao
gritaba: "Ayúdenme, ayúdenme. Todo el mundo está
muerto. Soy la única viva en el barco". En su estado de
terror, pensó por un momento que estaba de vuelta en Filipinas.
La extraña
visión de una chica gritando histérica, pronto atrajo a un transeúnte a la casa
del horror. Cora
Amurao era la única de las nueve chicas que sobrevivió a Richard Speck.
Sus ocho compañeras estaban muertas, todas violadas y acuchilladas o sofocadas
hasta morir.
La trágica
escena de las víctimas mostraba a Gloria Davy desnuda y atada con unos nudos
demasiado perfectos, con un paño alrededor del cuello y su cabeza colgando del
sofá, en sus nalgas habían rastros de semen. Patricia Matusek desnuda en el baño,
sus braguitas blancas bajadas mostraban el vello púbico. Nina Schmale en la habitación junto
a las demás, había tanta sangre derramada que apenas se les reconocían, su
vestido levantado hasta el pecho con las mismas ataduras y nudos de iguales
características, algo profesionales. Pamela Wilkening de 18 años, amordazada y
apuñalada en Corazón,
cuello y pecho, su cuerpo yacía en el reguero de sangre. Mary Ann Jordania con tres
apuñaladas en el pecho, cuello y ojo. Valentina Paison de 24 años, tumbada hacia abajo,
con profundos cortes en su garganta y sobre ella, como si de una muñeca se
tratase, se lanzó a Merlita Gargullo, apuñalada y también
estrangulada.
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Cora Amurao
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Cora describió a Speck a la policía, alto, rubio
y con voz cansina del meridional. Su descripción y los detalles de los
asesinatos múltiples recibieron mucha publicidad. Veinte minutos después de que
el informe fuera entregado a los patrulleros, la policía supo que un hombre que
cuadraba con la descripción había dejado dos bolsos en una gasolinera. Había
mencionado que estaba buscando trabajo en la Unión Marítima Nacional. Un chequeo con la Unión confirmó que un tal Richard Speck estaba buscando una litera en un
barco que saliera para Nueva Orleans.
La fotografía de Speck estaba fichada con la Guardia Costera de EEUU. Cora escogió una foto de un grupo de retratos de
la policía.
Gloria Davis P. Matusek P. Wilkening Mary A. Jordan Suzanne Farris Nina Schmale Merlita Gargullo Valentina Pasion
El FBI comunicó a la policía de Chicago el detalle del brazo izquierdo
de Speck
, tatuado con las palabras "Born to raise hell" . Sus
huellas digitales concordaban con varias huellas tomadas de la residencia de
las enfermeras.
Speck logró juntar los 90 centavos para
quedarse en el hotel Starr en la
calle West Madison en el distrito Skid Row de Chicago. Se registró como B.
Brian. Allí, Speck leyó un recuento de los asesinatos y, enseguida, se
cortó su muñeca derecha y su codo izquierdo. Mientras su sangre caía sobre el
piso, gritó a través de las delgadas paredes al hombre de la habitación de al
lado: "Ven a verme, tienes que venir a verme. Hice
algo malo".
El vecino no
respondió. Speck
salió arrastrándose de la habitación, chorreando sangre. Un empleado llamó a la
policía. Speck
fue llevado inmediatamente al Hospital
Cook County.
El doctor LeRoy Smith miró la lista de pacientes,
B. Brian y pensó que se parecía
bastante al fugitivo del que todos hablaban que había matado a ocho enfermeras.
El doctor lavó un poco la sangre seca que cubría el tatuaje. Descubrió las
palabras "Born to raise hell". El doctor Smith se acercó y preguntó: "¿Cuál es su nombre?". Obtuvo
la tenue respuesta: "Richard Speck". Así es como se dio caza a
nuestro asesino.
Richard Speck se recuperó para presentarse a
juicio por ocho cargos de asesinato. A un jurado de Illinois sólo les costó 46 minutos para hallarlo culpable por los
ocho cargos. Fue sentenciado a muerte.
En 1972,
cuando la pena de muerte fue prohibida momentáneamente en EEUU, Speck
estaba sentenciado a morir. Fue sentenciado nuevamente de 400 a 1.200 años en
prisión.
El 5 de
diciembre de 1991, Richard Speck murió en prisión por un ataque
cardíaco. Como nadie reclamó su cuerpo, fue quemado por los oficiales de la
prisión.